De la gallinita de Tevez a “ese señor que no sé cómo se llama...”
Hace 16 años, Boca eliminaba a River en una semi que tuvo miles de condimentos: el recordado gol de Carlitos, las picardías de Guillermo y la atajada del Pato a Maxi López. Mirá todo lo que pasó...
Olé
Fue hace 16 años. Un 17 de junio de 2004. Estadio Monumental. Semifinal de vuelta de la Copa Libertadores. Boca había ganado 1 a 0 en la ida con gol de Schiavi. River ganaba 1 a 0 con gol de Lucho González. Y equipo de Astrada, con uno más (el colombiano Vargas había sido expulsado a los 20 del ST), se venía. Hasta que llegó el minuto 38.
-Te echó.
-¡¿Cómo que me echó?!
-Sí, te echó, andá...
El diálogo entre Guillermo Barros Schelotto y Rubens Sambueza quedó para la historia de ese partido. Y fue ahí cuando el Mellizo sacó a relucir, para la eternidad toda, su chapa de pícaro. Fue en ese momento, con los penales a la vista, que aprovechó un parate por una lesión de Ricardo Rojas y un encontronazo con Nasuti para armar otro súper revuelo (en la semi de ida se había dado el arañazo de Gallardo a Abbondanzieri). Y el Millo se descontroló. En ese amontonamiento de jugadores, el 7 de Boca engañó al volante local, que se la creyó, le fue a protestar con insultos a Baldassi por la roja que nunca le había sacado y el árbitro, efectivamente, lo terminó echando.
Todavía, claro, faltaba la gallinita de Tevez. Pero un ratito antes, el propio Guillermo había inmortalizado otra de las frases que marcaron a fuego esa semi copera. El contexto, el mismo: Boca aguantaba como podía ese 0-1 con uno menos. Y en cada parate del partido, buscaba ganar tiempo. Fue en un córner que el Melli aprovechó que le tiraban cosas desde la tribuna para empezar a hacer de las suyas. "Mirá, así no se puede seguir, así no se puede seguir...", se negaba a patear con los brazos abiertos y le reclamaba a Baldassi. Hasta que llegó el insulto del banco de River para el delantero, cansado ya de sus mañas, y el comentario más recordado del 7 para el línea, Gilberto Taddeo: "Ese señor que no sé cómo se llama me está insultando...". Era Javier Sodero, el entrenador de arqueros de Astrada. Aunque en esa discusión, el que terminó expulsado fue Hernán Díaz, el ayudante del DT de River.
Apenas unos segundos después, llegaría otro mazazo. El centro de Cángele, quien había entrado un minuto antes, y el gol de Tevez para poner el 1 a 1 a los casi 44 minutos y dejar inmortalizado el festejo de la gallinita. Es cierto que esa forma de gritarlo le costó la expulsión, y que luego llegó el 2-1 de Nasuti a los 49, y los penales que tuvieron al Pato como héroe, pero cuando se habla de esa semi del 2004, aun con el paso del tiempo, siempre se hablará de la gallinita de Tevez...
Los penales, entonces, le dieron a Boca una clasificación muy festejada. A los pibes Pablo Ledesma y Pablo Álvarez no le templaron las piernas para patear y meter, el Pato le atajó un remate decisivo a Maxi López con la serie 4 a 4, Javier Villarreal convirtió el definitivo 5-4 y los de Bianchi pasaron a la final (luego cayeron ante Once Caldas). Fue una definición con mucha polémica y muchas frases calientes. Hasta el Virrey lloró al descargar de tanta tensión (abrazado a su hijo Mauro) en un vestuario que tuvo todos los condimentos, como una de las inscripciones que dejaron en la puerta del camarín visitante, para que lean todos: "Casi casi clasifican... arañando", por la pelea Gallardo-Abbondanzieri.
"Esto es para ellos que hicieron lío los dos partidos. Para ganar hay que tener pelotas. Hernán Díaz subestimó al campeón del mundo (Boca venía de ganarle la final del 2003 al Milan) y eso no se hace", disparó Guillermo. "Quedó demostrado que no es bueno hablar antes de los partidos, sobre todo si enfrente está Boca", tiró Raúl Cascini. Una historia para la historia...
Olé
Fue hace 16 años. Un 17 de junio de 2004. Estadio Monumental. Semifinal de vuelta de la Copa Libertadores. Boca había ganado 1 a 0 en la ida con gol de Schiavi. River ganaba 1 a 0 con gol de Lucho González. Y equipo de Astrada, con uno más (el colombiano Vargas había sido expulsado a los 20 del ST), se venía. Hasta que llegó el minuto 38.
-Te echó.
-¡¿Cómo que me echó?!
-Sí, te echó, andá...
El diálogo entre Guillermo Barros Schelotto y Rubens Sambueza quedó para la historia de ese partido. Y fue ahí cuando el Mellizo sacó a relucir, para la eternidad toda, su chapa de pícaro. Fue en ese momento, con los penales a la vista, que aprovechó un parate por una lesión de Ricardo Rojas y un encontronazo con Nasuti para armar otro súper revuelo (en la semi de ida se había dado el arañazo de Gallardo a Abbondanzieri). Y el Millo se descontroló. En ese amontonamiento de jugadores, el 7 de Boca engañó al volante local, que se la creyó, le fue a protestar con insultos a Baldassi por la roja que nunca le había sacado y el árbitro, efectivamente, lo terminó echando.
Todavía, claro, faltaba la gallinita de Tevez. Pero un ratito antes, el propio Guillermo había inmortalizado otra de las frases que marcaron a fuego esa semi copera. El contexto, el mismo: Boca aguantaba como podía ese 0-1 con uno menos. Y en cada parate del partido, buscaba ganar tiempo. Fue en un córner que el Melli aprovechó que le tiraban cosas desde la tribuna para empezar a hacer de las suyas. "Mirá, así no se puede seguir, así no se puede seguir...", se negaba a patear con los brazos abiertos y le reclamaba a Baldassi. Hasta que llegó el insulto del banco de River para el delantero, cansado ya de sus mañas, y el comentario más recordado del 7 para el línea, Gilberto Taddeo: "Ese señor que no sé cómo se llama me está insultando...". Era Javier Sodero, el entrenador de arqueros de Astrada. Aunque en esa discusión, el que terminó expulsado fue Hernán Díaz, el ayudante del DT de River.
Apenas unos segundos después, llegaría otro mazazo. El centro de Cángele, quien había entrado un minuto antes, y el gol de Tevez para poner el 1 a 1 a los casi 44 minutos y dejar inmortalizado el festejo de la gallinita. Es cierto que esa forma de gritarlo le costó la expulsión, y que luego llegó el 2-1 de Nasuti a los 49, y los penales que tuvieron al Pato como héroe, pero cuando se habla de esa semi del 2004, aun con el paso del tiempo, siempre se hablará de la gallinita de Tevez...
Los penales, entonces, le dieron a Boca una clasificación muy festejada. A los pibes Pablo Ledesma y Pablo Álvarez no le templaron las piernas para patear y meter, el Pato le atajó un remate decisivo a Maxi López con la serie 4 a 4, Javier Villarreal convirtió el definitivo 5-4 y los de Bianchi pasaron a la final (luego cayeron ante Once Caldas). Fue una definición con mucha polémica y muchas frases calientes. Hasta el Virrey lloró al descargar de tanta tensión (abrazado a su hijo Mauro) en un vestuario que tuvo todos los condimentos, como una de las inscripciones que dejaron en la puerta del camarín visitante, para que lean todos: "Casi casi clasifican... arañando", por la pelea Gallardo-Abbondanzieri.
"Esto es para ellos que hicieron lío los dos partidos. Para ganar hay que tener pelotas. Hernán Díaz subestimó al campeón del mundo (Boca venía de ganarle la final del 2003 al Milan) y eso no se hace", disparó Guillermo. "Quedó demostrado que no es bueno hablar antes de los partidos, sobre todo si enfrente está Boca", tiró Raúl Cascini. Una historia para la historia...