Asensio cuenta su calvario: "Vencí al dolor en mi cabeza"
El balear narra en un reportaje de RMTV el largo proceso desde su grave lesión en Houston hasta su gol al Valencia. 330 días de dudas, trabajo y superación personal...
Carlos Forjanes
As
Fueron 330 los días que transcurrieron entre el momento en el que la rodilla izquierda de Marco Asensio hizo crac en Houston (EEUU) y ese gol al Valencia en el Di Stéfano a los 29 segundos de volver a jugar de manera oficial con el Real Madrid. Un largo proceso de dolor, dudas, mucho trabajo en la sombra y crecimiento personal que el balear cuenta en primera persona en un largo reportaje emitido en RMTV ('Asensio, el desafío').
"Intento proteger el balón y clavo demasiado la pierna, noto el crujido, sé que algo no va bien. Tuve un momento de shock, de miedo, miré al banquillo pidiendo ayuda..." Así narra Asensio el momento en el que sufre su gravísima lesión de rodilla en el amistoso ante el Arsenal. "Cuatro segundos de exploración ya pensamos que era el cruzado", recuerda ante la cámara Jaime Abascal, uno de los médicos del primer equipo blanco. Enseguida Asensio se dio cuenta de lo que se le venía encima. "Marco me llamó desde la ambulancia y explotó a llorar", añade Igor, el hermano del futbolista balear. El propio Asensio cuenta, entre lágrimas, la llamada a su padre: "Intenté no preocuparlo y sólo le pregunté si había visto la jugada".
Los primeros días fueron demoledores. "Le dolía hasta pestañear", relata Sandra Garal, la novia del futbolista. "Sufría muchísimo dolor en la rodilla, lloraba de dolor, cada movimiento... tuve que aprender a vencer el dolor en mi cabeza", rememora el propio Asensio. "Tocaba aceptarlo y tirar para adelante, pero al principio costó asimilarlo. Supe que después de la operación no tenía que pensar en jugar, al principio bajar la inflamación y luego ir en pequeños ciclos, semana a semana".
Las entrañas de Valdebebas y la visita de Llull
Asensio dio inicio a larguísimas jornadas de rehabilitación junto a los fisios José Chaves y en la sala de hidroterapia, junto al especialista Jaime García. Entre sus motivaciones estuvo ver el ejemplo de Sergi Llull, que sufrió una lesión grave de rodilla también. "Al ver como se recuperó Llull y verlo en la final de un Mundial de baloncesto me da moral", confiesa Asensio en un momento del metraje. "Le pregunté algunas dudas, porque todo era nuevo para mí, me dio buenos consejos y muchos ánimos, que tuviera paciencia que se sale". El propio Llull acudiría a ver a su compañero futbolista en Valdebebas. A Asensio no le faltó el cariño del vestuario blanco. En su primera carrera sobre el césped, en el día 184 de la recuperación, las cámaras captan a Marcelo (de paisano) celebrando el hecho como si fuera casi un gol. "¡Qué alegria chaval!", le aplaude el brasileño. "Solo de verte así he ganado el día". Una recuperación que frenó la pandemia, cuando Asensio tuvo que confinarse y aprender a recuperarse en su propia casa. "Al final, no hay mal que por bien no venga, Marco le ganó 11 partidos a su calendario", asegura el croata Niko Mihic, el médico jefe de la entidad.
Marcelo felicitó a Asensio el primer día que salió a correr en Valdebebas durante el largo proceso de su vuelta al fútbol.
"Me dijo sal y mete un gol"
Así se llegó al 18 de junio, su regreso al fútbol y ese gol al Valencia. La imagen de Zidane, acudiendo a achucharles justo antes de entrar, dio la vuelta al mundo. "Nos entendemos solo con mirarnos", admite Asensio ante la cámara. "Me dijo que entrase por la derecha y que metiera un gol, así ha sido", recuerda riendo. Tampoco abandonó su sonrisa, la de mostró para la foto que inmortalizó su gol, cuando se encontró con Florentino Pérez en el túnel de vestuarios tras el encuentro. "No podía esperar más", bromeó el delantero. Cada cosa se tornó especial, incluso su camiseta del regreso: "Me encantaría partirla en muchos trocitos y dársela a tantos que me han ayudado en mi recuperación".
Un proceso del que al atacante blanco extrae una enseñanza vital. "Cuando me enfoco y tengo objetivo, lo saco, siempre lo he hecho en mi vida. Ha sido pelear contra mi mismo, contra mi cabeza... ese trabajo interior, este proceso me ayudará en el futuro, seguro. El saber donde estoy y hacia donde quiero ir".
Carlos Forjanes
As
Fueron 330 los días que transcurrieron entre el momento en el que la rodilla izquierda de Marco Asensio hizo crac en Houston (EEUU) y ese gol al Valencia en el Di Stéfano a los 29 segundos de volver a jugar de manera oficial con el Real Madrid. Un largo proceso de dolor, dudas, mucho trabajo en la sombra y crecimiento personal que el balear cuenta en primera persona en un largo reportaje emitido en RMTV ('Asensio, el desafío').
"Intento proteger el balón y clavo demasiado la pierna, noto el crujido, sé que algo no va bien. Tuve un momento de shock, de miedo, miré al banquillo pidiendo ayuda..." Así narra Asensio el momento en el que sufre su gravísima lesión de rodilla en el amistoso ante el Arsenal. "Cuatro segundos de exploración ya pensamos que era el cruzado", recuerda ante la cámara Jaime Abascal, uno de los médicos del primer equipo blanco. Enseguida Asensio se dio cuenta de lo que se le venía encima. "Marco me llamó desde la ambulancia y explotó a llorar", añade Igor, el hermano del futbolista balear. El propio Asensio cuenta, entre lágrimas, la llamada a su padre: "Intenté no preocuparlo y sólo le pregunté si había visto la jugada".
Los primeros días fueron demoledores. "Le dolía hasta pestañear", relata Sandra Garal, la novia del futbolista. "Sufría muchísimo dolor en la rodilla, lloraba de dolor, cada movimiento... tuve que aprender a vencer el dolor en mi cabeza", rememora el propio Asensio. "Tocaba aceptarlo y tirar para adelante, pero al principio costó asimilarlo. Supe que después de la operación no tenía que pensar en jugar, al principio bajar la inflamación y luego ir en pequeños ciclos, semana a semana".
Las entrañas de Valdebebas y la visita de Llull
Asensio dio inicio a larguísimas jornadas de rehabilitación junto a los fisios José Chaves y en la sala de hidroterapia, junto al especialista Jaime García. Entre sus motivaciones estuvo ver el ejemplo de Sergi Llull, que sufrió una lesión grave de rodilla también. "Al ver como se recuperó Llull y verlo en la final de un Mundial de baloncesto me da moral", confiesa Asensio en un momento del metraje. "Le pregunté algunas dudas, porque todo era nuevo para mí, me dio buenos consejos y muchos ánimos, que tuviera paciencia que se sale". El propio Llull acudiría a ver a su compañero futbolista en Valdebebas. A Asensio no le faltó el cariño del vestuario blanco. En su primera carrera sobre el césped, en el día 184 de la recuperación, las cámaras captan a Marcelo (de paisano) celebrando el hecho como si fuera casi un gol. "¡Qué alegria chaval!", le aplaude el brasileño. "Solo de verte así he ganado el día". Una recuperación que frenó la pandemia, cuando Asensio tuvo que confinarse y aprender a recuperarse en su propia casa. "Al final, no hay mal que por bien no venga, Marco le ganó 11 partidos a su calendario", asegura el croata Niko Mihic, el médico jefe de la entidad.
Marcelo felicitó a Asensio el primer día que salió a correr en Valdebebas durante el largo proceso de su vuelta al fútbol.
"Me dijo sal y mete un gol"
Así se llegó al 18 de junio, su regreso al fútbol y ese gol al Valencia. La imagen de Zidane, acudiendo a achucharles justo antes de entrar, dio la vuelta al mundo. "Nos entendemos solo con mirarnos", admite Asensio ante la cámara. "Me dijo que entrase por la derecha y que metiera un gol, así ha sido", recuerda riendo. Tampoco abandonó su sonrisa, la de mostró para la foto que inmortalizó su gol, cuando se encontró con Florentino Pérez en el túnel de vestuarios tras el encuentro. "No podía esperar más", bromeó el delantero. Cada cosa se tornó especial, incluso su camiseta del regreso: "Me encantaría partirla en muchos trocitos y dársela a tantos que me han ayudado en mi recuperación".
Un proceso del que al atacante blanco extrae una enseñanza vital. "Cuando me enfoco y tengo objetivo, lo saco, siempre lo he hecho en mi vida. Ha sido pelear contra mi mismo, contra mi cabeza... ese trabajo interior, este proceso me ayudará en el futuro, seguro. El saber donde estoy y hacia donde quiero ir".