Abramovich rearma el Chelsea
Londres, AS
Tras un periodo de titubeo, sanción e incluso posibilidad de cambio de propietario, el Chelsea de Román Abramovich parece haber recuperado el impulso que caracterizó a uno de los proyectos más ambiciosos del fútbol europeo en las dos últimas décadas. El magnate, que se sintió perseguido por el Gobierno británico cuando este lanzó una campaña contras los oligarcas rusos, ha vuelto a poner la chequera a disposición del club y parece que los blues se preparan para otro verano plagado de estrellas. Ahora, solo falta confirmar la plaza de Champions para el año que viene.
El primero en apuntarse a la llamada de Stamford Bridge fue Hakim Ziyech, uno de los artífices del gran Ajax de Erik ten Hag que trituró la pasada campaña al Real Madrid de Solari. A él, cuya llegada ha costado a los londinenses unos 40 millones de euros, se unirá también Timo Werner por una cifra que rondará su cláusula de rescisión, 55 millones de euros.
El alemán, que a sus 24 años lleva sonando para los grandes europeos varias temporadas, ha marcado 25 goles y repartido 8 asistencias en lo que va de Bundesliga, unos números que sin duda mejorarán lo logrado por un Giroud venido a menos. Esto, sin embargo, no significa que Lampard vaya a dejar de apostar por la cantera, sino que tanto Ziyech como Werner llegarán para complementar a un Mount y un Abraham que tienen su sitio asegurado de cara al futuro.
El Chelsea tiene en el punto de mira, además, a Ben Chilwell, el lateral izquierdo de moda en la Premier League, aunque el Leicester, que ya hizo muy buena caja con Maguire, está repitiendo la misma estrategia que con el inglés y ha decidido declararle intransferible. Derribar esa resistencia podría costarle a los blues entre 60 y 70 millones de euros. Mientras, en la prensa británica siguen colocando posibles nombres para un club que hasta hace nada ha vivido atenazado por una sanción, y constantemente se barajan nombres como el de Coutinho, Bernardeschi e incluso Jadon Sancho, aunque este último sí que requeriría de un desembolso mucho mayor.
Tras un periodo de titubeo, sanción e incluso posibilidad de cambio de propietario, el Chelsea de Román Abramovich parece haber recuperado el impulso que caracterizó a uno de los proyectos más ambiciosos del fútbol europeo en las dos últimas décadas. El magnate, que se sintió perseguido por el Gobierno británico cuando este lanzó una campaña contras los oligarcas rusos, ha vuelto a poner la chequera a disposición del club y parece que los blues se preparan para otro verano plagado de estrellas. Ahora, solo falta confirmar la plaza de Champions para el año que viene.
El primero en apuntarse a la llamada de Stamford Bridge fue Hakim Ziyech, uno de los artífices del gran Ajax de Erik ten Hag que trituró la pasada campaña al Real Madrid de Solari. A él, cuya llegada ha costado a los londinenses unos 40 millones de euros, se unirá también Timo Werner por una cifra que rondará su cláusula de rescisión, 55 millones de euros.
El alemán, que a sus 24 años lleva sonando para los grandes europeos varias temporadas, ha marcado 25 goles y repartido 8 asistencias en lo que va de Bundesliga, unos números que sin duda mejorarán lo logrado por un Giroud venido a menos. Esto, sin embargo, no significa que Lampard vaya a dejar de apostar por la cantera, sino que tanto Ziyech como Werner llegarán para complementar a un Mount y un Abraham que tienen su sitio asegurado de cara al futuro.
El Chelsea tiene en el punto de mira, además, a Ben Chilwell, el lateral izquierdo de moda en la Premier League, aunque el Leicester, que ya hizo muy buena caja con Maguire, está repitiendo la misma estrategia que con el inglés y ha decidido declararle intransferible. Derribar esa resistencia podría costarle a los blues entre 60 y 70 millones de euros. Mientras, en la prensa británica siguen colocando posibles nombres para un club que hasta hace nada ha vivido atenazado por una sanción, y constantemente se barajan nombres como el de Coutinho, Bernardeschi e incluso Jadon Sancho, aunque este último sí que requeriría de un desembolso mucho mayor.