A 20 años de la primera final con Palmeiras
Hace dos décadas, el equipo de Bianchi igualaba 2-2 ante los brasileños con un doblete del Vasco Arruabarrena. Fue el primer paso para, una semana más tarde, levantar la tercera Copa para el club en el Morumbí.
Olé
El ciclo de Bianchi fue el más exitoso de la historia de Boca. Bajo la conducción técnica del Virrey, el Xeneize ganó diez títulos, incluidas tres Libertadores y dos Intercontinentales, una de ellas ante el Real Madrid. Sin embargo, la mayoría de los integrantes de aquel plantel suelen coincidir a la hora de elegir la Copa del 2000 como el título más importante de todos. Es que aquel certamen estuvo repleto de condimentos y le permitieron al club volver a ubicarse en la cima de América después de mucho tiempo. Este domingo se cumplen 20 años de la final de ida contra Palmeiras.
Boca desfiló en la fase de grupos, luego despachó a El Nacional de Ecuador en octavos, lo eliminó a River en cuartos la noche del muletazo de Palermo y el caño de Riquelme a Yepes, y un cabezazo salvador de Samuel en México lo depositó en la final, que no resultaría tan sencilla. Un par de goles de Arruabarrena no alcanzaron para viajar a Brasil con tranquilidad. El Verdao lo empató dos veces y se volvió con la sensación de que la Copa quedaría en casa.
Siete días después, en el Morumbí, Bianchi empapeló el vestuario con frases de Felipao Scolari, el DT brasileño, en las que decía que ya se sentía campeón. Y así hizo que los jugadores salieron a la cancha como fieras. El 0-0 en los 90 estiró la serie a los penales, donde Boca ganó 4-2 y levantó, para muchos, la mejor copa de todas.
“De mis 17 títulos, me quedo con la Copa del 2000. Porque Boca hacía mucho no ganaba la Copa y la ganamos nosotros", contó hace poco más de una semana Sebastián Battaglia, titular en los dos partidos contra los brasileños. Y Julio Marchant, parte de aquel plantel, también eligió la Libertadores de ese año como su título favorito: "Ganar esa Copa fue muy importante para nosotros y para el club".
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El ciclo de Bianchi fue el más exitoso de la historia de Boca. Bajo la conducción técnica del Virrey, el Xeneize ganó diez títulos, incluidas tres Libertadores y dos Intercontinentales, una de ellas ante el Real Madrid. Sin embargo, la mayoría de los integrantes de aquel plantel suelen coincidir a la hora de elegir la Copa del 2000 como el título más importante de todos. Es que aquel certamen estuvo repleto de condimentos y le permitieron al club volver a ubicarse en la cima de América después de mucho tiempo. Este domingo se cumplen 20 años de la final de ida contra Palmeiras.
Boca desfiló en la fase de grupos, luego despachó a El Nacional de Ecuador en octavos, lo eliminó a River en cuartos la noche del muletazo de Palermo y el caño de Riquelme a Yepes, y un cabezazo salvador de Samuel en México lo depositó en la final, que no resultaría tan sencilla. Un par de goles de Arruabarrena no alcanzaron para viajar a Brasil con tranquilidad. El Verdao lo empató dos veces y se volvió con la sensación de que la Copa quedaría en casa.
Siete días después, en el Morumbí, Bianchi empapeló el vestuario con frases de Felipao Scolari, el DT brasileño, en las que decía que ya se sentía campeón. Y así hizo que los jugadores salieron a la cancha como fieras. El 0-0 en los 90 estiró la serie a los penales, donde Boca ganó 4-2 y levantó, para muchos, la mejor copa de todas.
“De mis 17 títulos, me quedo con la Copa del 2000. Porque Boca hacía mucho no ganaba la Copa y la ganamos nosotros", contó hace poco más de una semana Sebastián Battaglia, titular en los dos partidos contra los brasileños. Y Julio Marchant, parte de aquel plantel, también eligió la Libertadores de ese año como su título favorito: "Ganar esa Copa fue muy importante para nosotros y para el club".