“Vendí la medalla de campeón del mundo y lo gasté en cocaína”

El ex jugador brasileño Flávio Donizete, campeón del Mundial de Clubes 2005 con San Pablo, contó que su adicción a las drogas casi lo mata: “Cuanto más dinero tenía, más quería consumir. Perdí todo lo que tenía”.

Olé
En 2005, Flávio Donizete ganó la Copa Libertadores y luego fue campeón del Mundial de Clubes con San Pablo, que le ganó 1-0 al Liverpool ​en la final que se disputó en el estadio Yokohama de Japón. Con apenas 21 años y un futuro prometedor, el brasileño pasó rápidamente de la gloria al infierno porque su adicción a las drogas le hizo perder todo lo que había ganado en el fútbol. Ahora, además de contar que ya lleva un año sin consumir y que se gana la vida como jardinero, recordó su triste pasado.


"No estaba convocado para jugar el Mundial de Clubes porque me iban a ceder, pero en el último entrenamiento se lesionó un compañero y me inscribieron sobre la hora. Después fui a préstamo a varios clubes y en 2009 se me terminó el contrato con San Pablo. Tenía dinero, un coche, le había arreglado la casa a mi madre y en 2010, por primera vez, probé la coca", expresó en declaraciones a Globoesporte.

"Al principio la consumía con moderación, pero poco a poco empecé a perder todo. El dinero ahorrado lo gastaba en drogas. Mañana, tarde y noche consumía cocaína. No estaba sin drogas por nada del mundo. Mi hermano tenía una gran alcancía y guardaba solo billetes de 100 reales para cambiar el auto. Cuando todos se iban a dormir, sacaba un billete y por la mañana me despertaba para comprar droga. Volvía a casa a eso de las siete de la tarde porque el dinero se me terminaba", agregó.

Luego, al borde las lágrimas, hizo una última y fuerte confesión: "Vendí una camiseta mía del San Pablo y la medalla de campeón del mundo por 7.000 reales. Cuando recibí el dinero, lo usé casi todo en cocaína. El primer gasto fueron 1.000 reales, me lo terminé en dos días y sufrí un ataque al corazón. Estuve 13 años enganchado a la cocaína, es una enfermedad lenta, progresiva, incurable y fatal. Casi me mata. Por suerte, me pude recuperar con el amor de mi familia y hoy trabajo con alegría", aseguró Donizete, de 36 años, quien en 2019 jugó en Portuguesa y ahora se convirtió en un jugador amateur.

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