Mou a Pep: "No montéis la fiesta, que esto no se ha terminado"
Londres, AS
Corría el minuto 28 de la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones 2009/10. El Barcelona recibía al Inter de Milán después de haber caído en San Siro por 3-1 y parecía que su suerte empezaba a cambiar. En un lance de juego entre Thiago Motta y Sergio Busquets, el centrocampista blaugrana exageró al recibir un golpe del brasileño y este fue expulsado por Frank De Bleeckere. El Barça tenía que remontar y el Inter se quedaba con diez antes de la media hora.
El conjunto blaugrana tenía más fácil darle la vuelta a la eliminatoria y Guardiola llamó a Ibrahimovic para darle nuevas instrucciones ante esta situación distinta del partido. Mourinho aprovechó la ocasión y le dijo algo al oído dejando una imagen para el recuerdo de cualquier aficionado que siguiera esa eliminatoria.
Cuando se cumple una década del triplete del Inter, Mourinho reconoce en una entrevista con la Gazzetta dello Sport que pasó aquel día en el área técnica del Camp Nou. "Cuando Busquets cae casi noqueado, yo estaba en diagonal entre nuestro banquillo, el suyo y el sitio donde Motta es expulsado. Por el rabillo del ojo vi al banquillo del Barcelona celebrándolo como si ya hubieran ganado y a Guardiola llamando a Ibra para hablar de táctica en 11 contra 10. Yo solo le dije: "No montéis la fiesta, que el partido no se ha terminado", desvela el entrenador de Setúbal.
El partido es recordado como un ejemplo de resistencia numantina sobre el verde ante el asedio de un Barcelona que solo consiguió un gol (Piqué, min 84) y quedó eliminado. Ahora, Mourinho reconoce que esa no era la idea inicial. "El partido emblemático del Mourinho defensivo fue el Camp Nou pero el Barcelona perdió 3-1 en San Siro y nos habíamos ganado el derecho de jugar contra ellos como quisiéramos. Además, si Pandev no se hubiera lesionado en el calentamiento, habríamos jugado con él, Sneijder, Eto'o y Milito", asegura, prometiendo que tenía en la cabeza un once más ofensivo del que salió.
Si esa épica se disfrutó o padeció en las gradas y a través del televisior, Mourinho lo recuerda como una dura jornada de trabajo. "En las gradas tienes tiempo para vivir el drama. Al límite puedes rezar pero en el campo tienes que encontrar soluciones. Esta fue la derrota más maravillosa de mi carrera: no perdimos 1-0, ganamos 3-2 en condiciones épicas", sentenció.
Corría el minuto 28 de la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones 2009/10. El Barcelona recibía al Inter de Milán después de haber caído en San Siro por 3-1 y parecía que su suerte empezaba a cambiar. En un lance de juego entre Thiago Motta y Sergio Busquets, el centrocampista blaugrana exageró al recibir un golpe del brasileño y este fue expulsado por Frank De Bleeckere. El Barça tenía que remontar y el Inter se quedaba con diez antes de la media hora.
El conjunto blaugrana tenía más fácil darle la vuelta a la eliminatoria y Guardiola llamó a Ibrahimovic para darle nuevas instrucciones ante esta situación distinta del partido. Mourinho aprovechó la ocasión y le dijo algo al oído dejando una imagen para el recuerdo de cualquier aficionado que siguiera esa eliminatoria.
Cuando se cumple una década del triplete del Inter, Mourinho reconoce en una entrevista con la Gazzetta dello Sport que pasó aquel día en el área técnica del Camp Nou. "Cuando Busquets cae casi noqueado, yo estaba en diagonal entre nuestro banquillo, el suyo y el sitio donde Motta es expulsado. Por el rabillo del ojo vi al banquillo del Barcelona celebrándolo como si ya hubieran ganado y a Guardiola llamando a Ibra para hablar de táctica en 11 contra 10. Yo solo le dije: "No montéis la fiesta, que el partido no se ha terminado", desvela el entrenador de Setúbal.
El partido es recordado como un ejemplo de resistencia numantina sobre el verde ante el asedio de un Barcelona que solo consiguió un gol (Piqué, min 84) y quedó eliminado. Ahora, Mourinho reconoce que esa no era la idea inicial. "El partido emblemático del Mourinho defensivo fue el Camp Nou pero el Barcelona perdió 3-1 en San Siro y nos habíamos ganado el derecho de jugar contra ellos como quisiéramos. Además, si Pandev no se hubiera lesionado en el calentamiento, habríamos jugado con él, Sneijder, Eto'o y Milito", asegura, prometiendo que tenía en la cabeza un once más ofensivo del que salió.
Si esa épica se disfrutó o padeció en las gradas y a través del televisior, Mourinho lo recuerda como una dura jornada de trabajo. "En las gradas tienes tiempo para vivir el drama. Al límite puedes rezar pero en el campo tienes que encontrar soluciones. Esta fue la derrota más maravillosa de mi carrera: no perdimos 1-0, ganamos 3-2 en condiciones épicas", sentenció.