La dura confesión de Van Dijk: “Firmé una especie de testamento”

El defensor del Liverpool reveló que en 2012 tuvo que ser operado de urgencia y que su vida corrió peligro: “Mi cuerpo estaba roto y no podía hacer nada. Pudo ser el final”.

Olé
Su llegada al Liverpool marcó un antes y un después en el equipo. Por un tiempo fue el defensor más caro del mundo (luego le sacó el trono Harry Maguire, del Manchester United), se transformó en una muralla impasable, le dio un salto de calidad a la última línea del equipo de Jürgen Klopp, fue elegido como el mejor jugador de la UEFA 2018/19 y ganó la Champions y el Mundial de Clubes con los Reds. No quedan dudas de que Virgil Van Dijk está atravesando el mejor momento de su carrera, pero su pasado no fue fácil: mientras se prepara para el regreso de la Premier League, el jugador de Países Bajos (Holanda) confesó que cuando tenía 20 años estuvo muy cerca de la muerte.


En 2012, al poco tiempo de haber debutado en Primera con el Groningen, su mamá lo fue a visitar y terminaron en el hospital. Virgil fue internado porque le detectaron apendicitis aguda, lo que derivó en una peritonitis, y una infección renal. Los médicos decidieron operarlo de urgencia y toda la familia se preparó para lo peor. "Lo único que podía ver eran tubos colgando de mí. Mi cuerpo estaba roto y no podía hacer nada. En ese momento, los peores pensamientos empezaron a zumbar alrededor de mi cabeza", aseguró en declaraciones a Daily Mail.

'Mi vida estaba en riesgo. Mi madre y yo le oramos a Dios y discutimos posibles escenarios. En algún momento tuve que firmar algunos papeles, fue una especie de testamento. Una parte de mi dinero hubiese sido para mi madre. La realidad es que nadie quería hablar de ese tema, pero teníamos que hacerlo. Pudo ser el final. Estuve 13 noches en el hospital y fue muy difícil, no podía caminar", agregó en un duro testimonio. Finalmente, Van Dijk, con la fortaleza y mentalidad ganadora que lo caracteriza, pudo salir adelante, se recuperó y un mes después recuperó su fuerza muscular.

"A los 16 años, era lateral derecho y no era lo suficientemente bueno como para jugar como central. Trabajaba de lavaplatos y andaba en bicicleta. Al cumplir los 17, me transformé en central porque crecí 18 centímetros de golpe (ahora mide 1,93 metro), algo que me provocó problemas en las rodillas. Después de superar ese díficil momento en el hospital, en 2013 pasé al Celtic", expresó. Por sus buenas actuaciones en Escocia, en 2015 llegó al Southampton y, luego de una larga insistencia, el Liverpool rompió el mercado compró su pase en casi 85 millones de euros. Aunque al principio parecía un monto exagerado, su debut no pudo ser mejor: convirtió un gol en el clásico ante Everton y de a poco se transformó en un defensor impasable. Van Dijk ya ganó el partido más importante de su vida, pero no se conforma y va por más.

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