El silencio de Carlos Tevez

Tevez lleva dos meses sin aparecer públicamente. Luego de su nota con Fantino que despertó cierta polémica, no se lo escuchó más. ¿Cómo vive el aislamiento? ¿Dónde está? ¿Se entrena igual pese a la licencia del plantel? ¿Por qué eligió este perfil súper bajo?

Olé
Boca está de licencia, sí. Hasta el 8 de junio los jugadores no están obligados a entrenarse como lo venía haciendo, vía zoom, con las intervenciones del Profe Lanatta y de Miguel Russo. Pero esto no significa que cada uno siga en este tiempo un plan de trabajo individual. Y Carlitos está en esa lista: el ídolo es uno de los que sabe que no tiene resto para aflojar. "Es muy consciente de que, a su edad y con esta situación, si para varios días le va a costar más volver", aseguran desde su entorno.


Por eso, en su casa campo de Maipú, a 300 kilómetros de Buenos Aires, Carlitos cumple un aislamiento total. No sólo como medida preventiva (y obligatoria) por el coronavirus, sino también a nivel general. "No tiene mucha señal donde está y por eso tiene comunicación con muy poca gente. Pero está tranquilo, esperando que pase todo esto. Y entrenando, claro, con una rutina personalizada", aseguran desde su círculo más cercano.

Y en ese marco, lo que más llama la atención: desde su aparición pública en el programa de Alejandro Fantino, el 1 de abril, no volvió a dar notas. De hecho, rechazó varias propuestas televisivas y radiales. Y tampoco fue parte de las entrevistas del club: la que se publican en las redes todos los viernes con distintos protagonistas. La semana pasada, incluso, no se mostró con algún mensaje por el cumpleaños 80 de la Bombonera (aunque sí mandó un saludo por los 115 años de Boca). "No apareció porque no tiene redes sociales", explicaron en ese momento. Eso también lo diferencia de los demás futbolistas, que en esta cuarenta fueron publicando (sobre todo en Instagram) rutinas de entrenamientos, movidas solidarias y/o situaciones personales...

En ese sentido, el Apache tiene en cuenta que la última que habló, una de sus declaraciones generó revuelo. En realidad, buscó transmitir un mensaje solidario en el arranque de la pandemia, pero varios colegas lo cruzaron fuerte por una de sus frases. "El futbolista puede vivir seis meses sin jugar, tenemos que ayudar", dijo y hubo polémica. Porque muchos salieron a expresar que no vivían su misma situación económica.

Por eso, prefirió guardarse. Y evitar cualquier confrontación. Ahora, de un tiempo a esta parte, también tiene claro que uno de los temas de agenda es su continuidad en Boca. Y sabe que cualquier declaración que realice bien podría interferir en la negociación de su renovación. Su deseo está claro: quiere retirarse en el club. Lo único que le genera incertidumbre es cómo volverá a la actividad a los 36 años (algo que les pasa a todos los jugadores más grandes), en un parate inédito para su carrera (él nunca tuvo lesiones graves) y justo después de que había logrado un nivel brillante, que lo hizo figura del campeón.

Por eso, por todo, sabe que no puede aflojar. Y más allá de la licencia que le dio el club, aprovecha el espacio verde que tiene en la casa donde decidió pasar la cuarentena en familia y, por ahora, en silencio... Un silencio que ya lleva dos meses.

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