El Monumental cumple y no se muda
El Antonio Liberti cumple años en un contexto en el que la opción mudanza quedó archivada: aunque lo arreglaron, el desafío es mejorar la estructura y renovar sus butacas.
Olé
El 5 de septiembre pasado, el vice primero Jorge Brito decía que ya en ese momento que era “imposible pensar en una inversión tan grande porque la economía local no nos permite proyectar a cuatro años. Así que es un tema terminado”. Brito se refería a la controversia que dividió aguas algunos meses antes: ¿qué hacer con el Monumental? ¿Mudanza y estadio nuevo o remodelación? Si hace poco menos de un año a la dirigencia ya le parecía “un debate lejano”, hoy que el Antonio Vespucio Liberti cumple su 82° aniversario está tan lejos que ni se ve en el horizonte. Y es que la situación económica del país y de River se agravó aún más con la pandemia y la prioridad de la CD es el día a día, literalmente: lo esencial en un contexto de caída de ingresos cercano al 50% es cubrir los salarios de los más de mil empleados.
Por eso y por la perspectiva de un futuro posCovid-19 muy complicado para Argentina y el mundo entero, no parece muy aventurado adivinar que la cancha de River seguirá donde está por un largo tiempo y que llegará a ser un estadio centenario. El proyecto para hacer uno nuevo tenía que ver también con un escenario que a River le presentaba esa posibilidad a causa de un megaemprendimiento inmobiliario de la Ciudad que podía acercar el dinero para pensar en mudar la cancha algunas cuadras hacia el Río de La Plata.
Hoy ese tema está postergado: nunca se pudo terminar la fase de relevamiento, estudio y análisis de las distintas opciones para acercárselas a los socios y, recién ahí, encarar el proceso de decisión. Lo que sí es cierto es que tarde o temprano (más tarde que temprano, en estas circunstancias) el debate deberá salir a la luz: pasaron ya más de cuatro décadas de la remodelación profunda que se hizo para el Mundial 78. Y las fisuras en el hormigón existen y los asientos de madera están allí desde 1938. Pero ojo: no hay ningún riesgo de derrumbe. Eso es lo que aseguró Jorge Aslan, del estudio Aslan-Ezcurra, que fue el que construyó el Liberti: Aslan, arquitecto como su padre José, fue uno de los que llevó adelante en 2006 un estudio pormenorizado de las fisuras del estadio, con cada tipología de dificultad. Lo cierto es que una remodelación sería también costosa: el propio D’Onofrio dijo en 2017 que saldría cerca de 40 millones de dólares (y un estadio nuevo, unos 250). ¿De qué constaría? De un nuevo primer anillo de plateas eliminando la pista de atletismo, un techado (que debería ser una estructura independiente al estadio: Aslan-Ezcurra presentó un proyecto en 1999) y la reparación de estructuras internas.
¿Las dificultades? La primera es que se debería movilizar un capital humano muy grande por todas las actividades que se desarrollan en el estadio (Instituto, Terciario, deportes, etc.). La segunda, que la localía seguramente deba perderse por uno o dos años. De todas maneras, esta CD hizo obras durante estos años en el estadio: cambió por completo una iluminación que era obsoleta, mejoró algunos baños y renovó la fachada que da a Figueroa Alcorta, con cartel y ventanales nuevos, entre otras cosas. Pero por el momento, las obras serán las que se puedan hacer en esta difícil coyuntura, que asegura un Monumental para rato...
Olé
El 5 de septiembre pasado, el vice primero Jorge Brito decía que ya en ese momento que era “imposible pensar en una inversión tan grande porque la economía local no nos permite proyectar a cuatro años. Así que es un tema terminado”. Brito se refería a la controversia que dividió aguas algunos meses antes: ¿qué hacer con el Monumental? ¿Mudanza y estadio nuevo o remodelación? Si hace poco menos de un año a la dirigencia ya le parecía “un debate lejano”, hoy que el Antonio Vespucio Liberti cumple su 82° aniversario está tan lejos que ni se ve en el horizonte. Y es que la situación económica del país y de River se agravó aún más con la pandemia y la prioridad de la CD es el día a día, literalmente: lo esencial en un contexto de caída de ingresos cercano al 50% es cubrir los salarios de los más de mil empleados.
Por eso y por la perspectiva de un futuro posCovid-19 muy complicado para Argentina y el mundo entero, no parece muy aventurado adivinar que la cancha de River seguirá donde está por un largo tiempo y que llegará a ser un estadio centenario. El proyecto para hacer uno nuevo tenía que ver también con un escenario que a River le presentaba esa posibilidad a causa de un megaemprendimiento inmobiliario de la Ciudad que podía acercar el dinero para pensar en mudar la cancha algunas cuadras hacia el Río de La Plata.
Hoy ese tema está postergado: nunca se pudo terminar la fase de relevamiento, estudio y análisis de las distintas opciones para acercárselas a los socios y, recién ahí, encarar el proceso de decisión. Lo que sí es cierto es que tarde o temprano (más tarde que temprano, en estas circunstancias) el debate deberá salir a la luz: pasaron ya más de cuatro décadas de la remodelación profunda que se hizo para el Mundial 78. Y las fisuras en el hormigón existen y los asientos de madera están allí desde 1938. Pero ojo: no hay ningún riesgo de derrumbe. Eso es lo que aseguró Jorge Aslan, del estudio Aslan-Ezcurra, que fue el que construyó el Liberti: Aslan, arquitecto como su padre José, fue uno de los que llevó adelante en 2006 un estudio pormenorizado de las fisuras del estadio, con cada tipología de dificultad. Lo cierto es que una remodelación sería también costosa: el propio D’Onofrio dijo en 2017 que saldría cerca de 40 millones de dólares (y un estadio nuevo, unos 250). ¿De qué constaría? De un nuevo primer anillo de plateas eliminando la pista de atletismo, un techado (que debería ser una estructura independiente al estadio: Aslan-Ezcurra presentó un proyecto en 1999) y la reparación de estructuras internas.
¿Las dificultades? La primera es que se debería movilizar un capital humano muy grande por todas las actividades que se desarrollan en el estadio (Instituto, Terciario, deportes, etc.). La segunda, que la localía seguramente deba perderse por uno o dos años. De todas maneras, esta CD hizo obras durante estos años en el estadio: cambió por completo una iluminación que era obsoleta, mejoró algunos baños y renovó la fachada que da a Figueroa Alcorta, con cartel y ventanales nuevos, entre otras cosas. Pero por el momento, las obras serán las que se puedan hacer en esta difícil coyuntura, que asegura un Monumental para rato...