El error fatal de un utillero que provocó los calambres de Jordan
EEUU, AS
Las Finales de la NBA de 1997 estuvieron marcadas por un quinto partido en el que Michael Jordan, ajeno a su propia salud, se exhibió en Salt Lake City con 38 puntos en un día en el que apenas podía moverse. Aquello fue conocido como 'The Flu Game' (en español, 'El Partido De La Gripe') aunque la leyenda haya quedado disipada gracias a la publicación de The Last Dance: no fue gripe, fue una intoxicación alimentaria producida la noche anterior por unas pizzas a domicilio. Pero es menos conocido el hecho de que un partido antes, en el cuarto de la serie -que ganaron los Jazz por 78-73 en el Delta Center- decisiva de aquel año, ocurrió algo parecido pero con todos los jugadores de los Bulls afectados por él.
Uno de los utilleros se equivocó a la hora de preparar las bebidas que los jugadores iban a tomar en el encuentro. El habitual Gatorade, que además era uno de los patrocinadores principales de Michael Jordan, fue sustituido sin querer por Gatorlode, una variante más potente de la misma marca. En el libro Michael Jordan: The Life, de Roland Lazenby, se explica esta circunstancia: "Uno de los asistentes les puso Gatorlode, una bebida más pesada que se utilizaba para subir el nivel de carbohidratos: 'Era como comer patatas al horno', dijo el preparador Chip Schaeffer, que la probó. Los jugadores empezaron a quejarse durante el partido cuando empezaron a sentir un hormigueo en el estómago y Jordan incluso pidió sentarse en el banquillo un rato (aunque no en los momentos decisivos)". Gatorade había creado esta versión, la cual proporcionaba un golpe de energía aún mayor, nueve años antes. Gatorlode estaba recomendada, sin embargo, para la recuperación, para administrarse tras los partidos o los entrenamientos.
Los jugadores sufrieron calambres en los músculos, especialmente un Michael Jordan que, pese a ello, fue el máximo anotador de su equipo con 22 puntos.
Pese a que fue un partido igualado, los Jazz dieron un arreón final con el que se llevaron el partido. Detalles como el de la gripe o el de los tiros libres de Karl Malone pudieron desnivelar la balanza, pero los Bulls prevalecieron de igual manera.
Las Finales de la NBA de 1997 estuvieron marcadas por un quinto partido en el que Michael Jordan, ajeno a su propia salud, se exhibió en Salt Lake City con 38 puntos en un día en el que apenas podía moverse. Aquello fue conocido como 'The Flu Game' (en español, 'El Partido De La Gripe') aunque la leyenda haya quedado disipada gracias a la publicación de The Last Dance: no fue gripe, fue una intoxicación alimentaria producida la noche anterior por unas pizzas a domicilio. Pero es menos conocido el hecho de que un partido antes, en el cuarto de la serie -que ganaron los Jazz por 78-73 en el Delta Center- decisiva de aquel año, ocurrió algo parecido pero con todos los jugadores de los Bulls afectados por él.
Uno de los utilleros se equivocó a la hora de preparar las bebidas que los jugadores iban a tomar en el encuentro. El habitual Gatorade, que además era uno de los patrocinadores principales de Michael Jordan, fue sustituido sin querer por Gatorlode, una variante más potente de la misma marca. En el libro Michael Jordan: The Life, de Roland Lazenby, se explica esta circunstancia: "Uno de los asistentes les puso Gatorlode, una bebida más pesada que se utilizaba para subir el nivel de carbohidratos: 'Era como comer patatas al horno', dijo el preparador Chip Schaeffer, que la probó. Los jugadores empezaron a quejarse durante el partido cuando empezaron a sentir un hormigueo en el estómago y Jordan incluso pidió sentarse en el banquillo un rato (aunque no en los momentos decisivos)". Gatorade había creado esta versión, la cual proporcionaba un golpe de energía aún mayor, nueve años antes. Gatorlode estaba recomendada, sin embargo, para la recuperación, para administrarse tras los partidos o los entrenamientos.
Los jugadores sufrieron calambres en los músculos, especialmente un Michael Jordan que, pese a ello, fue el máximo anotador de su equipo con 22 puntos.
Pese a que fue un partido igualado, los Jazz dieron un arreón final con el que se llevaron el partido. Detalles como el de la gripe o el de los tiros libres de Karl Malone pudieron desnivelar la balanza, pero los Bulls prevalecieron de igual manera.