Corinthians se opone al regreso del fútbol
El club paulista rechazó que la pelota vuelva a rodar hasta que no se controle la pandemia del Covid-19 que está causando miles de muertes diarias a lo largo y ancho de Brasil.
Olé
"El deporte es vida y salud. Además, los futbolistas quieren volver a jugar". Esas palabras pertenecen al Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien no ve el momento en que la pelota vuelva a rodar en su país. Si bien cuenta con el apoyo de algunos clubes, entre los que se destacan Flamengo, Palmeiras y Vasco da Gama (todos de Río de Janeiro), hay otros, como Corinthians, que rechazan la idea. De hecho, Andrés Sánchez, máximo mandatario de la institución paulista, aseguró que el fútbol no puede anticiparse al control de la pandemia del Covid-19.
"Después de 23.000 muertes causadas por el Covid-19 hay menos debate. Por esta razón, en nombre de los hinchas del club, expreso nuestra solidaridad con cada brasileño afectado por la enfermedad, el dolor o una pérdida familiar", sentenció Sánchez en el comienzo de una carta abierta que publicó a través de las redes sociales del Timao.
Además, prosiguió: "La caída en los ingresos ya ha obligado a realizar recortes y despidos. Corinthians ha adoptado medidas de austeridad, como la reducción temporal de salarios y horas de trabajo. Hacemos y rehacemos las cuentas a diario, pero somos realistas: ésta es la peor epidemia en el país en los últimos 100 años y ninguna actividad económica saldrá de esto sin cambios inevitables. Nuestro compromiso con el fútbol es tan fuerte como la parte social y para eso estamos trabajando".
Finalmente, detalló: "Como negocio sostenible, el fútbol sólo puede regresar después de una articulación eficiente centrada tanto en el bienestar de las personas como en la seguridad de la salud en los estados involucrados".
Sánchez comentó que el club está preparado para jugar, pero que actualmente las prioridades deben estar puestas en otro lado. Asimismo, evitó trazar una comparación con la Bundesliga, dado que la sociedad alemana confió en un plan nacional de confinamiento impulsado por el gobierno, hecho que no sucedió en Brasil, donde cada estado tenía la potestad de tomar sus propias decisiones.
El coronavirus causó 23.473 muertes y 374.898 contagiados en tierras brasileñas, situación que colocó al país como uno de los epicentros del virus junto a los Estados Unidos.
Olé
"El deporte es vida y salud. Además, los futbolistas quieren volver a jugar". Esas palabras pertenecen al Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien no ve el momento en que la pelota vuelva a rodar en su país. Si bien cuenta con el apoyo de algunos clubes, entre los que se destacan Flamengo, Palmeiras y Vasco da Gama (todos de Río de Janeiro), hay otros, como Corinthians, que rechazan la idea. De hecho, Andrés Sánchez, máximo mandatario de la institución paulista, aseguró que el fútbol no puede anticiparse al control de la pandemia del Covid-19.
"Después de 23.000 muertes causadas por el Covid-19 hay menos debate. Por esta razón, en nombre de los hinchas del club, expreso nuestra solidaridad con cada brasileño afectado por la enfermedad, el dolor o una pérdida familiar", sentenció Sánchez en el comienzo de una carta abierta que publicó a través de las redes sociales del Timao.
Además, prosiguió: "La caída en los ingresos ya ha obligado a realizar recortes y despidos. Corinthians ha adoptado medidas de austeridad, como la reducción temporal de salarios y horas de trabajo. Hacemos y rehacemos las cuentas a diario, pero somos realistas: ésta es la peor epidemia en el país en los últimos 100 años y ninguna actividad económica saldrá de esto sin cambios inevitables. Nuestro compromiso con el fútbol es tan fuerte como la parte social y para eso estamos trabajando".
Finalmente, detalló: "Como negocio sostenible, el fútbol sólo puede regresar después de una articulación eficiente centrada tanto en el bienestar de las personas como en la seguridad de la salud en los estados involucrados".
Sánchez comentó que el club está preparado para jugar, pero que actualmente las prioridades deben estar puestas en otro lado. Asimismo, evitó trazar una comparación con la Bundesliga, dado que la sociedad alemana confió en un plan nacional de confinamiento impulsado por el gobierno, hecho que no sucedió en Brasil, donde cada estado tenía la potestad de tomar sus propias decisiones.
El coronavirus causó 23.473 muertes y 374.898 contagiados en tierras brasileñas, situación que colocó al país como uno de los epicentros del virus junto a los Estados Unidos.