Arias sobre los respiradores: “No se puede jugar con la desgracia de la gente, es la peor infamia que se puede hacer”

La Paz, El Deber
“Aquí no se puede jugar con la salud de la gente, no se puede jugar con la desgracia de la gente, es la peor infamia que se puede hacer”, afirmó esta jornada el ministro de Obras Públicas, Iván Arias, sobre el presunto sobreprecio en la compra de respiradores.
En entrevista con radio Fides, la autoridad admitió que las irregularidades en la adquisición ocasionan que disminuya la fe de la población en el Gobierno y en sus autoridades, pero enfatizó que fue la presidenta Jeanine Áñez quien ordenó que se abra la investigación, “caiga quien caiga”.

“Hay que ser duro y mucho más tratándose de estas circunstancias. Cuando no hay transparencia en el proceso y la gente quiere hacer plata con la compra de un barbijo o con la compra de un equipo, la gente dice que le está robando. Y si hubo negociados en la compra de estos respiradores, la fe del Gobierno y en las autoridades disminuye”, dijo la autoridad.

Existe un proceso abierto por la compra, debido a que el Estado habría pagado cuatro veces el precio de fabricación de las herramientas, al recurrir a intermediarios, que, incluso, habían solicitado un modelo básico en lugar de uno avanzado, que era el que necesitaba el país.


Producto de la indagación, ya existen cuatro personas aprehendidas, entre ellas Fernando Valenzuela Billewicz, director jurídico del ministerio de Salud, ligado al anterior Gobierno del MAS, y Geovanni Pacheco Fiorilo fue posesionado el 29 de abril como director ejecutivo de la Agencia de Infraestructura en Salud y Equipamiento Médico (AISEM).

Respecto a funcionarios que aún tienen relación con la exadministración de Evo Morales, el ministro Arias advirtió que aún permanecen en sus cargos funcionarios que responden al MAS y que confabulan contra la gestión de Áñez.

“No hemos entrado a limpiar gente, como se hacía antes, las circunstancias nos han rebasado de repente, entramos sin haber estructurado un Gobierno. Se ha intentado sacar gente, pero luego se van a quejar a la Defensoría o al Ministerio de Trabajo y ahí estamos, el Gobierno en un intento democrático de hacer las cosas ha respetado a gente y no falta que la gente que se queja, en lugar de ser agradecida por tener trabajo, se dedica a confabular”, acotó.

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