Alcaldes cruceños amenazan con entrar en huelga de hambre para ser oídos por el Gobierno

Lanzaron hoy un pronunciamiento de nueve puntos. Hay municipios que no tienen para pagar el sueldo de abril. Sus transferencias han caído al mínimo y no encuentran respuestas del Ejecutivo

Pablo Ortiz
El Deber
“Tenemos que hacernos escuchar de alguna manera, por eso no descartamos una huelga masiva de alcaldes en la plaza 24 de Septiembre y también paralizar el aparato productivo, que es lo único que está funcionando”, dice Moisés Salces, alcalde de San Ignacio y presidente de la Asociación de Municipios de Santa Cruz (Amdecruz), que nuclea a 55 alcaldías del departamento y hoy se declaró en emergencia.


Tras una reunión realizada en Porongo, los alcaldes aseguraron que están cansados de no recibir respuestas de los ministerios de Desarrollo Productivo, Economía y Salud, pese a que están informados de la iliquidez de los municipios, por lo que decidieron declararse en emergencia y les dieron 72 horas para responder a sus demandas.

Entre los principales puntos que piden están la atención inmediata a la emergencia de los municipios por falta de recursos; la creación de un fondo de emergencia para paliar la iliquidez y así pagar al sector salud, la otorgación de créditos y fideicomiso como se hizo con el sector privado; modificar los decretos 4196 y 4206 para que los gobiernos municipales puedan acceder a créditos de la banca en las mismas condiciones de los privados; la prórroga y reprogramación de los créditos del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo; que el Gobierno central otorgue más ítems o se haga cargo del pago de los trabajadores de salud que hoy financian los municipios, y que se cumpla el pacto fiscal.

Según cuenta Salces, hay muchos municipios que ya están con retrasos en los sueldos y todas las obras se han paralizado para poder atender la emergencia sanitaria.

“Recibimos transferencias pero no está entrando plata en efectivo porque nadie está pagando impuestos. El IDH, por la caída de los precios del petróleo, es muy bajo. El tema es que el Gobierno no nos escucha”, dice Salces, que es un alcalde elegido bajo la sigla de Demócratas, la misma de la presidenta Jeanine Áñez.

Uno de los puntos que más molesta a los alcaldes es que el Gobierno les dice que hagan uso de sus recursos de caja y banco, cuando son fondos comprometidos del año pasado y no son de libre disponibilidad.

“Si gastamos esos recursos, nos exponemos a procesos. Nos dicen lo mismo que nos decía el MAS”, explica Salces. Cuando José Luis Parada era secretario de Finanzas de la Gobernación, se quejaba de que Luis Arce Catacora le echara en cara a las gobernaciones los recursos que no habían podido ejecutar. “Ha caído en lo mismo del MAS”, dice.

Armando Barbery, alcalde de San Xavier y vicepresidente de Amdecruz, pone cifras a la malaria económica que viven. El mes pasado tenían presupuestado recibir Bs 1,4 millones de transferencia y le llegaron 96.000. Él tiene recursos para pagar sueldos hasta julio, pero luego tendrá que despedir a la mitad de los funcionarios y reducir sueldos al resto. Es un privilegiado. Más de 20 de los 55 municipios están en números rojos y ni siquiera tienen recursos para pagar abril. “La Guardia tiene Bs 5 millones en sus cuentas. Eso es una miseria para un municipio de ese tamaño. Comarapa tiene Bs 45.000 y es un municipio grande, del tamaño de San José, que ya no tiene para pagar abril y es un municipio escuela”, comenta.

Explica que hasta el momento el Gobierno los ha remitido a cumplir con la Ley de Participación Popular, que redistribuye las recaudaciones impositivas según población. “Como no se recauda nada, no nos traspasan nada. Quién quiere pagar impuestos ahora, con esta crisis. Y no van a pagar los próximos meses por lo que los municipios no nos vamos a poder sostener”, explica Barbery, que fue elegido bajo la sigla del MNR.

El javiereño cree que esto se puede agravar más por las elecciones generales. “Es cierto que están los apuros del MAS, pero la presidenta Jeanine Áñez, aunque diga que no quiere, también debe estar apurada. Ahorita puede estar bien, pero ya la vamos a comenzar a presionar nosotros y la gente le comenzará a pedir más bonos y más comida y eso la puede poner contra la espada y la pared”, dice.

Consultado sobre las medidas de presión, Barbery no está muy convencido de que la huelga de hambre sea la mejor opción, porque nadie le da bola. “Si bloqueamos o dejamos de pagar salud, nos matan. Vamos a analizar el mecanismo de presión que vamos a tomar. Nos haremos escuchar de alguna forma”, promete.

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