Achraf se disfraza de Haaland
Alemania, AS
No marcó Haaland. Ésa fue la noticia de la vigesimoséptima jornada de la Bundesliga, más allá de la victoria por 2-0 del Dortmund en su visita a Wolfsburgo. Sí lo hicieron Guerreiro y Achraf, el marroquí por octava vez esta temporada, aumentando la presión sobre el Bayern a tan solo tres días del gran clásico del fútbol alemán. A falta de disputarse el choque de los bávaros frente al Frankfurt, el BVB se sitúa a un punto del campeón alemán y llega al gran partido de la máxima competición teutona en pleno estado de forma. Y demostrando que también sabe sacar adelante los partidos cuando la perla Haaland no aparece.
Se encontraron los pupilos de Lucien Favre con un Wolfsburgo muy ordenado sobre el césped del Volkswagen Arena. La posesión era para los visitantes, que saltaron al terreno de juego sin Sancho una vez más, pero las líneas apretadas de los locales impidieron que Haaland entrara en acción durante gran parte de la primera mitad. Sí lo hicieron los vendavales en las bandas de las abejas, Guerreiro por la izquierda y Achraf por la derecha, que, poco a poco, fueron descosiendo a una zaga muy trabajada por Oliver Glasner, entrenador del conjunto de la Volkswagen.
Fue entonces cuando, también, comenzaron a aparecer Brandt y Hazard en el centro, adelantando la posición del Borussia y acercándose tímidamente al marco protegido por Casteels. Se notaba la especial atención que tenía la defensa a Haaland, descuidando al resto de virtuosos que reúne el cuadro borusser en el centro del campo y que, pasada la media hora del choque, fabricaron una verdadera obra de arte de gol. Brandt filtró el cuero a Achraf, el marroquí tocó con Hazard y el belga la cruzó. Ocurrió lo imposible: Haaland no alcanzó el balón y tuvo que aparecer Guerreiro en velocidad para finalizar.
Fue el octavo tanto del extremo portugués en lo que va de temporada, pero el Wolfsburgo no bajó los brazos. El empate estuvo en las botas de Steffen, que se quedó solo ante Bürki a los tres minutos de la reanudación y estrelló el esférico en el travesaño. Era gol cantado. Y los locales siguieron. Ginczek a bocajarro y una latigazo de Steffen estuvieron a punto de castigar a un BVB más pasivo, en el que Can tuvo que susitituir al lesionado Hummels. Entró también Sancho para revivir a los de Favre. Y lo consiguió. Conduj una contra, asistió (por decimoséptima vez en lo que va de Bundesliga) y un derechazo de Achraf sentenció. Que venga el Bayern.
No marcó Haaland. Ésa fue la noticia de la vigesimoséptima jornada de la Bundesliga, más allá de la victoria por 2-0 del Dortmund en su visita a Wolfsburgo. Sí lo hicieron Guerreiro y Achraf, el marroquí por octava vez esta temporada, aumentando la presión sobre el Bayern a tan solo tres días del gran clásico del fútbol alemán. A falta de disputarse el choque de los bávaros frente al Frankfurt, el BVB se sitúa a un punto del campeón alemán y llega al gran partido de la máxima competición teutona en pleno estado de forma. Y demostrando que también sabe sacar adelante los partidos cuando la perla Haaland no aparece.
Se encontraron los pupilos de Lucien Favre con un Wolfsburgo muy ordenado sobre el césped del Volkswagen Arena. La posesión era para los visitantes, que saltaron al terreno de juego sin Sancho una vez más, pero las líneas apretadas de los locales impidieron que Haaland entrara en acción durante gran parte de la primera mitad. Sí lo hicieron los vendavales en las bandas de las abejas, Guerreiro por la izquierda y Achraf por la derecha, que, poco a poco, fueron descosiendo a una zaga muy trabajada por Oliver Glasner, entrenador del conjunto de la Volkswagen.
Fue entonces cuando, también, comenzaron a aparecer Brandt y Hazard en el centro, adelantando la posición del Borussia y acercándose tímidamente al marco protegido por Casteels. Se notaba la especial atención que tenía la defensa a Haaland, descuidando al resto de virtuosos que reúne el cuadro borusser en el centro del campo y que, pasada la media hora del choque, fabricaron una verdadera obra de arte de gol. Brandt filtró el cuero a Achraf, el marroquí tocó con Hazard y el belga la cruzó. Ocurrió lo imposible: Haaland no alcanzó el balón y tuvo que aparecer Guerreiro en velocidad para finalizar.
Fue el octavo tanto del extremo portugués en lo que va de temporada, pero el Wolfsburgo no bajó los brazos. El empate estuvo en las botas de Steffen, que se quedó solo ante Bürki a los tres minutos de la reanudación y estrelló el esférico en el travesaño. Era gol cantado. Y los locales siguieron. Ginczek a bocajarro y una latigazo de Steffen estuvieron a punto de castigar a un BVB más pasivo, en el que Can tuvo que susitituir al lesionado Hummels. Entró también Sancho para revivir a los de Favre. Y lo consiguió. Conduj una contra, asistió (por decimoséptima vez en lo que va de Bundesliga) y un derechazo de Achraf sentenció. Que venga el Bayern.