¿Y el fútbol? ¿Y los descensos?

Las declaraciones de D'Onofrio y Nicolás Russo potenciaron la postura de Ginés González García, quien había dicho que el regreso del fútbol no es prioridad. La sensación: con suerte, se juega a partir de septiembre y no baja ningún equipo a la PN.

Olé
El escenario de extensión de la cuarentena más allá del plazo del próximo domingo ya está asegurado por las autoridades del gobierno nacional, y se sabe que las mayores flexibilizaciones no van a ocurrir en los centros urbanos. Se le insiste a la ciudadanía sobre la importancia de cumplir el aislamiento, no hay ninguna señal que anticipe la posibilidad de reiniciar el ciclo lectivo al tiempo que no llegan noticias de que un laboratorio, de acá o internacional, esté por lanzar la bendita vacuna que ayude a exterminar el Covid-19. Por eso, no llamó la atención que el ministro de Salud de la Nación, Gines González García, pateara para adelante cualquier posibilidad del regreso del fútbol.


En este contexto, las autoridades, AFA y Superliga, deben planificar a plazos medianos o largos... Sin certezas, porque hasta existe la chance de que durante 2020 la pelota no ruede en la Argentina, y si lo hace, que sea sin público en los estadios.

Ante este panorama, hubo dos dirigentes que sentaron sus posturas, y ambas en idéntica dirección: en el mejor de los casos el fútbol vuelve en septiembre y la posibilidad de que se anulen los tres descensos pautados antes del inicio de la temporada es muy concreta. Y se trató de dos personas que tienen peso: Nicolás Russo, presidente de Lanús, y Rodolfo D'Onofrio, titular de River. El primero, porque es diputado provincial por el oficialista Frente de Todos y por su antigüedad en el Grana y su experiencia es consciente del impacto de sus declaraciones. El segundo, porque el club de Núñez es uno de los grandes. Y no parece casualidad que ambos hayan salido a hablar con coincidencias conceptuales en el mismo día.

Russo, de buena relación tanto con Claudio Tapia, presidente de la AFA, como con Marcelo Tinelli, de la Superliga, se animó a revelar que "se está pensando en dar por terminada la temporada". Esto significa que la Copa Superliga, de la que se había jugado una sola fecha (River ni se presentó ante Atlético Tucumán), no continuaría y no habría campeón. Y Nicola (así le dicen en Viamonte y en el Sur), también dijo que "es imposible que haya descensos".

D'Onofrio, que no hablaba desde enero, tiró su sensación, aunque lo hizo con bastante seguridad. "Esta Copa Superliga no se va a jugar nunca, va a quedar en la nada, es imposible jugar, ¿en qué momento se va a jugar?", dijo. En esa misma entrevista sostuvo que tiene muy buena relación con Tapia, pese a que recordó que pocos años atrás su club había sido apartado de la conducción de la entidad de Viamonte.

Rodolfo, quien reveló que desde el 19 de marzo no sale desde su departamento, aclaró que está a favor de los descensos y en esto coincidió con Boca (el presidente Ameal lo dijo públicamente). Aunque en la misma nota sostuvo que sería injusto mandar a la Primera Nacional a equipos que no tuvieron la posibilidad de jugar sus partidos para defender dentro de la cancha la continuidad en Primera.

De hecho, cuatro días atrás, Tapia había abierto la puerta: "Si jugás dos años sin descenso, ¿para qué vas a querer los promedios?". Y las frases de D'Onofrio y Russo no fueron contradictorias con su pensamiento. Y Tinelli, para completar, metió un retuit sobre la información de que en Holanda no habrá campeón ni descensos...

Así, a falta de oficialización y que desde el poder (AFA, Superliga y ¿gobierno?) se establezca la instrumentación, todo lleva a pensar que Gimnasia y Esgrima La Plata, Central Córdoba y Patronato, los tres que están en zona de descenso, mantendrán la categoría sin disputar más partidos. Esto, marca una diferencia contundente con lo que sucede en España, donde el presidente de LaLiga aseguró que se mantendrán los descensos.

Por supuesto, quedan temas inconclusos, como la clasificación a las Copas, la continuidad de la Copa Argentina, los siguientes calendarios, cómo seguir con la PN para resolver los ascensos (habría 26 equipos en Primera). Y otros problemas graves: si el fútbol no vuelve hasta mediados de septiembre (D'Onofrio lo dio como fecha optimista porque regresa el calor), se cumplirán seis meses sin actividad, con el tremendo impacto que eso generará en los ingresos de los clubes. Sin dudas, ante la inevitable recesión económica y el avance inflacionario que se anticipa, habrá socios que no podrán pagar las cuotas, la televisión tendrá argumentos para no abonar y los clubes, dificultades financieras, más allá de la voluntad de algunos futbolistas de bajar los montos de sus contratos.

Poco antes del comienzo de la Superliga, que ganó Boca, estaba establecido que habría cuatro descensos para arrancar la próxima temporada con 22 equipos. En la misma semana en que se inició el certamen, por presión de los clubes con bajo promedio, se definió que los que perderían la categoría fuesen sólo tres, pese a que había sido algo establecido en el estatuto de la entidad y estaba firmado por los representantes de todos los clubes. La pandemia generó un escenario para que zafen todos. Aunque de la crisis no va a zafar nadie.

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