Viuda de una de las víctimas de Covid-19 revela que los médicos ni sospecharon del caso
La viuda del primer fallecido por coronavirus en Oruro relató que lo llevó a consultas en hospitales una semana antes de la muerte y aunque le diagnosticaron que tenía neumonía, ni se les pasó por la mente que portaba el virus.
Luis Marcelo Tedesqui
El Deber
La esposa del primer fallecido por coronavirus en Oruro relató el drama que vivió. Su versión desnuda que una semana antes de la muerte del paciente acudió al servicio de salud en esa ciudad, y los médicos, pese a que le diagnosticaron una neumonía grave, ni sospecharon que se trataba de Covid-19. La familia denuncia que es falso que el paciente no hubiera aceptado internarse y aseguraron que se enteraron del deceso del enfermo por los medios de comunicación.
Página Siete hizo una entrevista a la viuda, y en la nota se reproduce el dramático relato. El paciente estuvo en Sevaruyo cosechando quinua. Regresó a Oruro el martes 24 de marzo. Ese mismo día fue a cobrar su sueldo en la Alcaldía y nos fuimos a abastecer. Esa semana él ya presentó tos leve, “pensé que iba a pasar, sólo lo curábamos con mates, porque ya estábamos en plena cuarentena y no se podía salir”, relató la viuda.
El paciente fue empeorando y días después la esposa le sugirió al fallecido ir al hospital. “Fui a buscar ambulancia, no había en la carretera, ni un policía, nada. Decidí salir, llegué a la casa de mi mamá el miércoles 1 de abril y esperamos hasta el viernes 3 de abril para llevarlo al Hospital 10 de febrero”.
Luego de la revisión médica, la viuda relató que solamente le recetaron inyectables por tres días. “Él solicitó que le hagan una nebulización y rechazaron el pedido. Cumplió el tratamiento y no mejoró. Al lunes siguiente volvimos a ir al centro médico y esperamos toda la mañana. Le hicieron un rayos X en los pulmones, nos dieron eso en un CD y nos derivaron al Hospital Obrero. Allí yo he mendigado todo el día hasta que lo hice atender casi gritando, en Emergencias”.
La mujer continúa el relato al indicar que, "cuando lo trasladaron hasta allá, lo pasaron a Medicina interna, sección en la que le dijeron que había que hacer análisis de sangre para saber qué grado de neumonía tenía".
Añade: “Lo hicieron a las 14:00 y las 16:30 salió el resultado. Nos atendieron a las 17.00, y el médico señaló que la neumonía estaba en grado de 10, al límite. Sugirió dos formas de tratarlo, una es que hagamos de forma ambulatoria, en la casa y otra es que se interne”.
Le dijeron que el tratamiento en casa se basaba en que le darían píldoras, y debía mejorar en 24 horas. “Si eso pasaba, dijeron que harían otro tratamiento de siete días a domicilio. Si no mejora, hay que internar”.
Las autoridades sanitarias orureñas manifestaron que él había rechazado la internación, pero la esposa lo negó enfáticamente. “Yo en ningún momento he firmado un documento que afirme que rechazaba esa internación”, manifestó a Página Siete.
Indica que las píldoras no le hicieron efecto alguno, así que al día siguiente lo volvió a llevar al nosocomio para que lo internen. “Llamé el 7 de abril para que me manden una ambulancia. Me preguntaron qué caso era, y yo referí que mi esposo tenía neumonía. Di la dirección. Llegó una radiopatrulla. Pero los policías al notar que tenía fiebre, lo sacaron del vehículo a gritos y señalaron que era un caso que debía ser atendido por el Sedes".
“Llamaron, y los representantes del Sedes vinieron. Mi esposo estaba afuera, con lluvia, temblaba, lo obligamos a que se entre. Ellos estaban con implementos de bioseguridad. Yo hice la llamada a las 15:00, la ambulancia arribó después de las 18:00. Lo trasladaron al Hospital Obrero”.
Allí lo internaron, ella hizo los papeleos. “Sólo entonces me dijeron que posiblemente sea coronavirus, e hicieron el análisis. Informaron que el miércoles le iban a hacer los análisis, que los iban a enviar a La Paz para tener los resultados el jueves a mediodía”.
El paciente se quedó aislado. “Al día siguiente, miércoles a la mañana, lo llamo en la mañana y me dijo que había amanecido mejor, me alegré. A las 11.30, me llama asustado y me dice que nadie lo atendía. Llamé al servicio y me dijo que tuvo una buena evolución, señalaron que estaba estable”.
Esa fue su última charla. A partir de ese momento la señora no pudo comunicarse con nadie en el servicio y ya no le contestaba el celular. Muchas horas después, luego de que su hermano había conseguido el número de un médico, éste le informó que el paciente había tenido que ser trasladado al servicio de terapia intensiva.
“Eran las 22:00 del miércoles. Reclamé por qué no me había informado, y el médico me dijo que por cuestiones de cambios de turno. Ahí me advirtió que le iban a instalar un respirador, y yo le rogué que cualquier cosa me avisen”. Al día siguiente le informaron que la condición de su esposo no había ni mejorado ni empeorado.
El jueves no le contestaron. La familia buscó otros medios. “Me dijeron que a las 17.00 llegaría el resultado de La Paz, pero se retrasó. Desde ahí no tuvimos más información. Me quedé con la incógnita. En la noche, mi hermano llamó al Sedes a eso de las 23:00, y vinieron. Informaron que se había contagiado de coronavirus. Yo no lo podía creer. Nos aislaron”.
La esposa pidió que la mantengan informada. Le dijeron que ese personal iba a reunirse con los médicos del Hospital Obrero, “esperé hasta las 4:00 de la madrugada, y nadie llamó. La intubación la avisaron el viernes por la mañana. Ahora las autoridades sacan noticias cambiando los días de viaje, diciendo que había evitado internarse, lo cual es absolutamente mentira”.
Su esposo falleció a las 16:00 del viernes. “Yo me he enterado a las 20:00”, a través de los informes oficiales. “¿No me podían avisar antes?, por eso es mi molestia, mi rabia, mi impotencia. Cuando mi hermana me avisó que informaban del deceso. Bajé las gradas, marqué al Sedes, les grité por la impotencia, hubo negligencia médica. Al poco rato hablé con el doctor y él me dijo que nos había alertado de que corría el riesgo de fallecer en cualquier momento”. La viuda lamentó entre lágrimas que ya no pudo ver a su esposo desde que lo internaron.
Luis Marcelo Tedesqui
El Deber
La esposa del primer fallecido por coronavirus en Oruro relató el drama que vivió. Su versión desnuda que una semana antes de la muerte del paciente acudió al servicio de salud en esa ciudad, y los médicos, pese a que le diagnosticaron una neumonía grave, ni sospecharon que se trataba de Covid-19. La familia denuncia que es falso que el paciente no hubiera aceptado internarse y aseguraron que se enteraron del deceso del enfermo por los medios de comunicación.
Página Siete hizo una entrevista a la viuda, y en la nota se reproduce el dramático relato. El paciente estuvo en Sevaruyo cosechando quinua. Regresó a Oruro el martes 24 de marzo. Ese mismo día fue a cobrar su sueldo en la Alcaldía y nos fuimos a abastecer. Esa semana él ya presentó tos leve, “pensé que iba a pasar, sólo lo curábamos con mates, porque ya estábamos en plena cuarentena y no se podía salir”, relató la viuda.
El paciente fue empeorando y días después la esposa le sugirió al fallecido ir al hospital. “Fui a buscar ambulancia, no había en la carretera, ni un policía, nada. Decidí salir, llegué a la casa de mi mamá el miércoles 1 de abril y esperamos hasta el viernes 3 de abril para llevarlo al Hospital 10 de febrero”.
Luego de la revisión médica, la viuda relató que solamente le recetaron inyectables por tres días. “Él solicitó que le hagan una nebulización y rechazaron el pedido. Cumplió el tratamiento y no mejoró. Al lunes siguiente volvimos a ir al centro médico y esperamos toda la mañana. Le hicieron un rayos X en los pulmones, nos dieron eso en un CD y nos derivaron al Hospital Obrero. Allí yo he mendigado todo el día hasta que lo hice atender casi gritando, en Emergencias”.
La mujer continúa el relato al indicar que, "cuando lo trasladaron hasta allá, lo pasaron a Medicina interna, sección en la que le dijeron que había que hacer análisis de sangre para saber qué grado de neumonía tenía".
Añade: “Lo hicieron a las 14:00 y las 16:30 salió el resultado. Nos atendieron a las 17.00, y el médico señaló que la neumonía estaba en grado de 10, al límite. Sugirió dos formas de tratarlo, una es que hagamos de forma ambulatoria, en la casa y otra es que se interne”.
Le dijeron que el tratamiento en casa se basaba en que le darían píldoras, y debía mejorar en 24 horas. “Si eso pasaba, dijeron que harían otro tratamiento de siete días a domicilio. Si no mejora, hay que internar”.
Las autoridades sanitarias orureñas manifestaron que él había rechazado la internación, pero la esposa lo negó enfáticamente. “Yo en ningún momento he firmado un documento que afirme que rechazaba esa internación”, manifestó a Página Siete.
Indica que las píldoras no le hicieron efecto alguno, así que al día siguiente lo volvió a llevar al nosocomio para que lo internen. “Llamé el 7 de abril para que me manden una ambulancia. Me preguntaron qué caso era, y yo referí que mi esposo tenía neumonía. Di la dirección. Llegó una radiopatrulla. Pero los policías al notar que tenía fiebre, lo sacaron del vehículo a gritos y señalaron que era un caso que debía ser atendido por el Sedes".
“Llamaron, y los representantes del Sedes vinieron. Mi esposo estaba afuera, con lluvia, temblaba, lo obligamos a que se entre. Ellos estaban con implementos de bioseguridad. Yo hice la llamada a las 15:00, la ambulancia arribó después de las 18:00. Lo trasladaron al Hospital Obrero”.
Allí lo internaron, ella hizo los papeleos. “Sólo entonces me dijeron que posiblemente sea coronavirus, e hicieron el análisis. Informaron que el miércoles le iban a hacer los análisis, que los iban a enviar a La Paz para tener los resultados el jueves a mediodía”.
El paciente se quedó aislado. “Al día siguiente, miércoles a la mañana, lo llamo en la mañana y me dijo que había amanecido mejor, me alegré. A las 11.30, me llama asustado y me dice que nadie lo atendía. Llamé al servicio y me dijo que tuvo una buena evolución, señalaron que estaba estable”.
Esa fue su última charla. A partir de ese momento la señora no pudo comunicarse con nadie en el servicio y ya no le contestaba el celular. Muchas horas después, luego de que su hermano había conseguido el número de un médico, éste le informó que el paciente había tenido que ser trasladado al servicio de terapia intensiva.
“Eran las 22:00 del miércoles. Reclamé por qué no me había informado, y el médico me dijo que por cuestiones de cambios de turno. Ahí me advirtió que le iban a instalar un respirador, y yo le rogué que cualquier cosa me avisen”. Al día siguiente le informaron que la condición de su esposo no había ni mejorado ni empeorado.
El jueves no le contestaron. La familia buscó otros medios. “Me dijeron que a las 17.00 llegaría el resultado de La Paz, pero se retrasó. Desde ahí no tuvimos más información. Me quedé con la incógnita. En la noche, mi hermano llamó al Sedes a eso de las 23:00, y vinieron. Informaron que se había contagiado de coronavirus. Yo no lo podía creer. Nos aislaron”.
La esposa pidió que la mantengan informada. Le dijeron que ese personal iba a reunirse con los médicos del Hospital Obrero, “esperé hasta las 4:00 de la madrugada, y nadie llamó. La intubación la avisaron el viernes por la mañana. Ahora las autoridades sacan noticias cambiando los días de viaje, diciendo que había evitado internarse, lo cual es absolutamente mentira”.
Su esposo falleció a las 16:00 del viernes. “Yo me he enterado a las 20:00”, a través de los informes oficiales. “¿No me podían avisar antes?, por eso es mi molestia, mi rabia, mi impotencia. Cuando mi hermana me avisó que informaban del deceso. Bajé las gradas, marqué al Sedes, les grité por la impotencia, hubo negligencia médica. Al poco rato hablé con el doctor y él me dijo que nos había alertado de que corría el riesgo de fallecer en cualquier momento”. La viuda lamentó entre lágrimas que ya no pudo ver a su esposo desde que lo internaron.