Una boliviana atrapada en Guayaquil clama ayuda del Gobierno
El viaje a Quito dura 12 horas por tierra y todo está paralizado. Ir a la frontera con Perú, por Tumbes es más cerca, son seis horas de viaje, pero todo está cerrado por la cuarentena
Marco Antonio Chuquimia
El Deber
Guadalupe M.B.C. es el nombre de una boliviana, natural de Potosí, que llegó por razones de trabajo a la ciudad de Guayaquil a mediados de marzo, cuando ya se habían presentado casos de coronavirus en esa ciudad, aunque ella no lo sabía. Poco después cerraron todo y suspendieron viajes. Así quedó atrapada en una ciudad que se ubica a 421 kilómetros de la capital ecuatoriana.
“Justo me agarró la cuarentena y no hay un consulado aquí donde pueda pedir ayuda. Mi familia trató de contactarse en Bolivia con las autoridades, pero como la situación es difícil en todos lados no lograron nada”, relató la compatriota, en contacto telefónico.
Según el informe de las autoridades ecuatorianas, este país tiene, al 17 de abril. 8.225 casos confirmados de coronavirus y 403 fallecidos. De estas cifras, la provincia de Guayas, donde se encuentra Guayaquil es la más castigada.
Guadalupe no lo ignora, en su relato, afirma que a una cuadra de donde vive hay un fallecido por Covid-19 y las autoridades no vienen recoger el cadáver y por esa razón ella decidió autoaislarse el mayor tiempo posible.
Toque de queda
En Guayaquil, relata, todos deben estar en sus casas a las 14:00 y después de eso hay un estado de excepción porque nadie puede salir bajo pena de ser detenido. La ciudadanía no sabe hasta cuándo durará esta restricción y ella no cree que sea pronto.
La economía la ahoga, porque al ser migrante, ella se llevó dinero de Bolivia para costear gastos por unos tres meses, pero esta situación recortó todo; además toda la economía en Ecuador está basada en el dólar estadounidense y eso encarece el costo de vida.
Para evitar mayor gasto decidió alquilar una pequeña habitación en la zona oeste de la ciudad, en un suburbio, pero apenas tiene para sobrevivir. Pidió ayuda a sus familiares en Potosí, pero tampoco pudieron hacer nada porque los bancos en Bolivia están abarrotados de gente que quiere cobrar los bonos y realizar otro tipo de operaciones es imposible.
La cancillería
Desde la Cancillería boliviana informaron que todas las delegaciones diplomáticas en el mundo crearon sus páginas en Facebook y colocaron números de contacto para las emergencias de bolivianos que requieran auxilio.
Guadalupe afirma que llamó a los números del consulado en Guayaquil, pero esa oficina está cerrada porque es un consulado honorario. De ese modo llegó hasta el consulado de Perú y logró contactarse con la cancillería de Perú en Lima para ver si la podían ayudar y le dijeron que los bolivianos que iban a partir hacia Bolivia se pagaron todo, que el Estado boliviano no les asistió económicamente.
Ella no sabe cómo abandonar Guayaquil, y relata que el viaje por tierra hasta la capital, Quito, dura 12 horas, además todo el transporte está suspendido y es imposible cualquier intento. La frontera con Perú es más cerca, averiguó que podría llegar en seis horas hasta la frontera con Perú, por Tumbes, pero no tiene medios para llegar hasta esa población.
Otro compatriota boliviano estaba con ella los dos primeros días que llegó, pero ya perdió todo contacto y ella no sabe si hay una comunidad en esta ciudad. “Pero en Ecuador no hay muchos bolivianos, sé que hay en Quito, pero aquí en Guayaquil no conocen las personas”, lamentó
Las autoridades nacionales afirman que están tratando de contactar al mayor número posible de bolivianos que estén detrás de las fronteras, pero que atienden en la medida de las posibilidades. Mientras tanto, Guadalupe espera resistir la pandemia y espera también alguna señal desde Bolivia.
Marco Antonio Chuquimia
El Deber
Guadalupe M.B.C. es el nombre de una boliviana, natural de Potosí, que llegó por razones de trabajo a la ciudad de Guayaquil a mediados de marzo, cuando ya se habían presentado casos de coronavirus en esa ciudad, aunque ella no lo sabía. Poco después cerraron todo y suspendieron viajes. Así quedó atrapada en una ciudad que se ubica a 421 kilómetros de la capital ecuatoriana.
“Justo me agarró la cuarentena y no hay un consulado aquí donde pueda pedir ayuda. Mi familia trató de contactarse en Bolivia con las autoridades, pero como la situación es difícil en todos lados no lograron nada”, relató la compatriota, en contacto telefónico.
Según el informe de las autoridades ecuatorianas, este país tiene, al 17 de abril. 8.225 casos confirmados de coronavirus y 403 fallecidos. De estas cifras, la provincia de Guayas, donde se encuentra Guayaquil es la más castigada.
Guadalupe no lo ignora, en su relato, afirma que a una cuadra de donde vive hay un fallecido por Covid-19 y las autoridades no vienen recoger el cadáver y por esa razón ella decidió autoaislarse el mayor tiempo posible.
Toque de queda
En Guayaquil, relata, todos deben estar en sus casas a las 14:00 y después de eso hay un estado de excepción porque nadie puede salir bajo pena de ser detenido. La ciudadanía no sabe hasta cuándo durará esta restricción y ella no cree que sea pronto.
La economía la ahoga, porque al ser migrante, ella se llevó dinero de Bolivia para costear gastos por unos tres meses, pero esta situación recortó todo; además toda la economía en Ecuador está basada en el dólar estadounidense y eso encarece el costo de vida.
Para evitar mayor gasto decidió alquilar una pequeña habitación en la zona oeste de la ciudad, en un suburbio, pero apenas tiene para sobrevivir. Pidió ayuda a sus familiares en Potosí, pero tampoco pudieron hacer nada porque los bancos en Bolivia están abarrotados de gente que quiere cobrar los bonos y realizar otro tipo de operaciones es imposible.
La cancillería
Desde la Cancillería boliviana informaron que todas las delegaciones diplomáticas en el mundo crearon sus páginas en Facebook y colocaron números de contacto para las emergencias de bolivianos que requieran auxilio.
Guadalupe afirma que llamó a los números del consulado en Guayaquil, pero esa oficina está cerrada porque es un consulado honorario. De ese modo llegó hasta el consulado de Perú y logró contactarse con la cancillería de Perú en Lima para ver si la podían ayudar y le dijeron que los bolivianos que iban a partir hacia Bolivia se pagaron todo, que el Estado boliviano no les asistió económicamente.
Ella no sabe cómo abandonar Guayaquil, y relata que el viaje por tierra hasta la capital, Quito, dura 12 horas, además todo el transporte está suspendido y es imposible cualquier intento. La frontera con Perú es más cerca, averiguó que podría llegar en seis horas hasta la frontera con Perú, por Tumbes, pero no tiene medios para llegar hasta esa población.
Otro compatriota boliviano estaba con ella los dos primeros días que llegó, pero ya perdió todo contacto y ella no sabe si hay una comunidad en esta ciudad. “Pero en Ecuador no hay muchos bolivianos, sé que hay en Quito, pero aquí en Guayaquil no conocen las personas”, lamentó
Las autoridades nacionales afirman que están tratando de contactar al mayor número posible de bolivianos que estén detrás de las fronteras, pero que atienden en la medida de las posibilidades. Mientras tanto, Guadalupe espera resistir la pandemia y espera también alguna señal desde Bolivia.