Los corazones solidarios se manifiestan con mayor intensidad en tiempos de crisis

La emergencia sanitaria, que obliga a la población a permanecer en cuarentena, ha logrado efectos negativos inmediatos en la economía de las familias. Los primeros en sentirlos han sido los que menos tienen. Varias personas, empresas e instituciones las socorren. Estas son sus historias

Marcelo Suarez Ramirez
El Deber
La solidaridad genera la armonía y la estabilidad necesaria para que se produzca una convivencia justa y equilibrada entre los pueblos. Pero es en tiempos de crisis cuando se pone a prueba. Y en Santa Cruz, donde la pandemia de coronavirus está obligando a quedarse en casa a mucha gente, la solidaridad se manifiesta en los corazones de los demás, quienes acuden en auxilio de los que menos tienen, de los primeros en sentir los efectos de una medida que golpea la economía de los hogares, de los bolsillos del que se gana el pan de cada día, jornada tras jornada y que hoy se ve imposibilitado de hacerlo.


“Las personas, por naturaleza, somos solidarias, cooperativas”, asegura Gustavo Espinoza, sicólogo social especializado en Barcelona. “Hay personas por definición más altruistas y otras más egoístas, dependerá de la escala de valores con que se ha educado cada uno, pero los humanos hemos desarrollado la inteligencia y la comunicación, y seguramente esa capacidad de colaboración a gran escala incluso con personas desconocidas, de otras culturas, es lo que ha permitido a la humanidad sobrevivir a dificultades que de manera individual no se habrían superado”, añade.

A 19 días de haber iniciado la cuarentena y a un mes de haberse detectado el primer caso de coronavirus, la consigna para evitar que se expanda el contagio es ‘quedate en casa’. En ese sentido, la solidaridad se ha convertido en el paliativo a las necesidades que se van desnudando, aunque uno pueda demostrar que logrará aguantar un poco más. Pero para el estómago no hay explicación que valga, sobre todo para el de los niños, que piden el alimento a sus padres, ese que hoy escasea en muchas casas.

Diversas personas, por voluntad propia, como también empresas e instituciones, unidas en proyectos solidarios, se ocupan todos los días mitigar esta necesidad.

Este es el momento

Gina Gil y Fernando Torrico, dos artistas bolivianos que unieron sus vidas para cantarle a Dios y recorrer el camino de la vida con vocación de servicio cristiano, administran el Centro de Rehabilitación de la Comunidad Renacer, ubicado a 37 kilómetros del Urubó. Allí les ha tocado conocer la realidad de cientos de familias que tienen poco y nada. En el sitio, las reciben y cubren sus necesidades inmediatas. Y con el apoyo de 15 voluntarios, organizan comisiones para ayudar a la gente que se encuentra en situación de calle, además de vecinos de la zona, que han visto llegar la crisis de golpe, y extranjeros que llegaron al país en busca de mejores días, especialmente los venezolanos, que han encontrado en este centro una casa de puertas abiertas.

“La necesidad no solo se percibe en las familias que no tienen recursos. Está en todas partes. Es importante concienciar a la gente de que no salga a las calles, pero qué le decimos a la gente que no tiene qué comer. Hay padres que se están levantando de la cama cerca del mediodía para engañarles el desayuno a sus hijos, es muy triste todo eso”, expresó Gina Gil.



Los olvidados

Al barrio Magisterio Sur llegó ayuda, gracias a las gestiones del presidente de la junta vecinal. Sin embargo, no llegó a todos. Varios se quejaron, luego de darse cuenta de que el apoyo tenía que ver más con intereses políticos.

Afortunadamente, decenas de familias que quedaron relegadas fueron favorecidas con la olla común que organizó una vecina de la zona. Después de ella, más gente se sumó. Ahora esperan que, con el pasar de los días, el apoyo no se aleje.

“Nos estamos exponiendo al salir a buscar el alimento. En este barrio hay mucha gente de la tercera edad, muchas familias con numerosos integrantes, gente vulnerable, que es la que más necesita de los víveres. De algunas realidades apenas nos enteramos, porque son personas que no tienen celular para pedir ayuda como hacen otros, a través de uno”, contó Lucy Quispe Turco, quien, junto a una amiga de la zona, recorre las calles y llega a cada de las precarias viviendas para conocer las historias de estas personas, con la intención de buscar una salida a su situación.

Juntos

Al principio de la semana, Diana Román conversó con su amigo Demmi Barba acerca de la situación que vive el mundo, especialmente el que sufre por la falta de trabajo y comida. Ambos, inquietos y siempre preocupados por dar una mano al humilde, organizaron, con la ayuda de los vecinos del Remanso (zona norte), una colecta para repartir alimentos y productos de primera necesidad.

Se juntaron en la rotonda, se pusieron barbijo y guantes, y repartieron los productos que se consiguió reunir durante tres días. Gente de todas las edades y zonas llegó para llevarse algo. “Yo tengo enfermedades de base, por eso me preocupé por protegernos con todas las medidas de seguridad. A las personas no le podemos exigir, muchos no tienen ni para el pan del desayuno. Empezamos con la ayuda de los vecinos del Remanso, que nos donaron y se entregó a gente de escasos recursos de la zona”, conto Román, que, junto con Barba, realizó la acción solidaria durante tres días con mucho éxito.

Gesto de amor

Los vecinos del barrio Jenecherú, ubicado entre la avenida Alemania y Beni del séptimo anillo, tienen la ventaja de contar con el mercado municipal minorista los Pozos para abastecerse de alimentos en estas épocas difíciles. Muchos lo hacen, puesto que en la zona habita gente de clase media, en su mayoría. Pero también hay personas que carecen de cosas básicas o les cuesta más llenar la canasta familiar. Esas personas, en estos días la están pasando muy mal.

Petrona Quintana es una de ellas. A sus 81 años, cría sola a sus cuatro nietos Daniel (7) Yery (10), Guely (15) y Carlos (16). Su hija Cinthia se fue a España hace 10 años y desde allí le manda dinero cuando puede. Últimamente no ha podido, así que los días se han convertido en más pesados en la crianza de los chicos.

Esa realidad fue percibida por los vecinos, que, en un gran gesto de generosidad, se organizaron a través de un grupo de Whatsapp y consiguieron reunir una importante cantidad de productos alimenticios y de limpieza del hogar, además de dulces para los más pequeños y se lo entregaron.

La señora Petrona se emocionó, derramó lágrimas y agradeció el desprendimiento de la gente que vive cerca de su casa y no imaginaba que algún día llegarían a ayudarla de esa manera.

Los vecinos, satisfechos por saber que en algo han aliviado la carga de la mujer y su familia, han decidido continuar con acciones de ese tipo con otros vecinos de la zona. Han brindado una ayuda similar brindaron a un hombre de la tercera edad que vive con su hija. Sin duda, no faltarán otras familias que requieran de apoyo.

A los estudiantes, con cariño

Miguel Cadima, el docente de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (que en 2016 fue la gran sorpresa de las elecciones al rectorado al lograr ir a la segunda vuelta con Saúl Rosas) también ha demostrado que los corazones grandes sobresalen en momentos difíciles, sin importar las diferencias ideológicas o el lugar que se ocupe en la escala institucional.

Cadima afirma que, fuera del aula, puede ser un amigo más con el que sus alumnos pueden contar. Así lo ha demostrado al reunirse con un grupo de estudiantes, que lo acompañaron a comprar frutas, verduras y diversos víveres, que luego fueron entregados a los universitarios que viven en alquiler por las zonas aledañas al campus universitario.

Los alumnos se mostraron sorprendidos y, sobre todo, agradecidos con el docente, que espera que la donación sirva para que estos días de cuarentena puedan ser más llevaderos.

“Los estudiantes que alquilan son los que más están sufriendo en estos momentos por la cuarentena, sobre todo los de provincia, que en su mayoría viven en los alrededores de la universidad”, dijo Verónica Vargas, estudiante que apoya a Cadima en esta actividad solidaria.

Con ganas de triunfar


Álvaro Peña marcó el gol que selló la victoria de Bolivia frente a Brasil en La Paz, en aquel memorable 2-0 de las eliminatorias al Mundial Estados Unidos 1994. Álvaro Peña marcó muchos golazos en la liga del fútbol boliviano. Y, actualmente, sigue demostrando que está para grandes cosas, como luchar contra la adversidad y ponerle el hombro al que lo necesita.

La solidaridad se pone de manifiesto en la figura del exfutbolista cruceño, que lleva adelante una campaña con el objetivo de entregar alimentos a familias que viven del día a día. Álvaro se encarga de hacer las compras y para dirigirse a los barrios cuenta con el apoyo de la Policía, que lo traslada y le ayuda en la entrega de las bolsas a vecinos que necesitan de la ayuda hoy más que nunca.

“El primer día se entregaron 24 bolsas; el segundo, 30 y el tercero 60. Feliz porque esta campaña ha sido un éxito, gracias al apoyo de gente amiga, como Quique Echeverría, exfutbolista que se sumó junto a la Mutual de Exjugadores para ayudar a la gente de los barrios”, expresó Peña.



Instituciones

Personas de la tercera edad del albergue Dios nos Ilumina y el Hogar Micoti, que refugia a 30 menores con capacidades diferentes con capacidades han recibido alimentos por parte de la Dirección Municipal del Adulto Mayor y de Personas con Discapacidad para que puedan afrontar la época de cuarentena sin mayores inconvenientes.

El objetivo es que las personas internadas y los que están a cargo del centro se mantengan confinados, sin tener que salir a buscar provisiones, considerando que este es uno de los grupos de mayor riesgo ante la amenaza de Covid-19.
"Son cosas básicas para ellos", manifestó Katherine Muyuro, directora de esa oficina municipal.

Por otra parte, el Banco de Alimentos Solidario, que se puso en funcionamiento esta semana, con el fin de tocar los corazones solidarios de los ciudadanos ha tenido una buena respuesta de la gente.

Vladimir Peña, secretario de Gobierno de la Gobernación, agradeció a la Asociación de Supermercados por apoyar la iniciativa lanzada desde el Centro de Operaciones de Emergencias Departamentales (COED), “En una situación como esta, nuestro principal objetivo es que ninguna familia en el departamento de Santa Cruz pase hambre”, manifestó.

Peña señaló que se tienen plataformas para realizar los donativos: la línea gratuita 8001209090, a través del número de cuenta de Demos de Corazón” de Cainco (1310342240 – del Banco Ganadero), la página web www.santacruzayuda.org y a través de las agencias de las cuatro cadenas de supermercados Fidalga, Hipermaxi, Tía e IC Norte.

La campaña solidaria Por la Salud y la Vida, que impulsan el Colegio Médico de Santa Cruz, el Consejo Departamental de Salud, Jóvenes por Bolivia y el grupo Jóvenes Empresarios también está teniendo buenos resultados.

El presidente del Colegio Médico de Santa Cruz, Wilfredo Anzoátegui, afirmó que se han ido sumando más personas e instituciones a esta iniciativa, que llega a aquellas familias que no se benefician con el bono o canasta familiar otorgado por el Gobierno nacional.

“Hemos entregado más de 20 cabinas de desinfección en diferentes lugares, como hospitales y mercados, además de oficinas de la Policía. También empezaremos la fumigación por diversas zonas, paralelamente al trabajo que realiza la Alcaldía.

“Hemos recibido el apoyo de la gente del pueblo e instituciones de jóvenes que se han unido para apoyar con las cámaras de desinfección. Además, tenemos dos ambulancias, que están a cargo de los brigadistas que irán a los domicilios, en coordinación con el COED”, informó el doctor Edil Toledo, coordinador de la campaña.

Las instituciones deportivas también se manifiestan con acciones solidarias. El club Blooming recolecta alimentos y los distribuye en barrios donde habita gente de pocos recursos. Han sido cientos de bolsas de alimentos de la canasta familiar los que se han entregado hasta el momento, a la cabeza del presidente Juan Jordán.

“Todos estamos unidos en este partido que significa mucho más que tres puntos. Ayudemos a los que más nos necesitan, únete a la campaña, que de esta salimos entre todos y más fuertes que nunca”, menciona Jordán.


Provincias

Las familias más necesitadas de comunidades rurales y barrios de poblaciones chiquitanas, como Concepción, San Ignacio de Velasco, Santa Rosa de Roca, San Matías y Ascensión de Guarayos vienen recibiendo alimentos, gracias a la ayuda de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB). Esta ayuda solidaria se suma a otras campañas que realizan el Comité Cívico, Alcaldía municipal, ganaderos, comerciantes mayoristas y ciudadanos solidarios.

El presidente de la CFB, Diego Justiniano, manifestó que la iniciativa privada está presente para ayudar en momentos difíciles a cientos de familias pobres de esta región de Santa Cruz, que está acatando la cuarentena decretada por el Gobierno debido a la pandemia del coronavirus.

La campaña llegará a unas 2.500 familias. La entrega de víveres comenzó en San Ignacio de Velasco y en comunidades rurales, como La Estrella y San Martín habitadas por campesinos quechuas, aimaras y chiquitanos. También se entregó en Santa Rosa de Roca, este miércoles continuará en San Matías y, finalmente, en Ascensión de Guarayos, dijo Justiniano.

La cruzada solidaria en tiempo del coronavirus llegó a instituciones, como la Fundación de Ayuda Social San Ignacio de Velasco (Fassiv), que alberga a cerca de 400 niños con capacidades diferentes y a la Asociación de Carpinteros.
Por su parte, la Secretaría municipal de San Matías prepara más de 6000 unidades de pan, que serán distribuidos en los diferentes barrios de la población fronteriza con Brasil.

En Cuatro Cañadas, Yamile Rodas, una joven voluntaria, informó que junto con la ayuda de otros personas prepara horneados para donarlos, también realiza una campaña de recolección de alimentos para ayudar a las familias de escasos recursos. La voluntaria pidió a ciudadanía que se sume a esta causa para ayudar a las personas que no tienen ingresos económicos para sustentar a su familia.



En Pailón, los concejales entregaron bolsas con alimentos a familias que viven en los barrios más alejados. Es gente que vive en casas precarias y en domicilios multifamiliares. "Dios nunca nos olvida", dijo la señora Vitalia Tomichá al momento de agradecer a los concejales, "ya no teníamos que comer, mis nietos pequeños lloraban de hambre, estos víveres nos van a aliviar el hambre", añadió.

El concejal Alberto Pérez, informó que se entregó arroz, azúcar, harina, fideo y aceite. "Esta entrega es parte de un plan que tenemos las autoridades, para los siguientes días tenemos previsto llegar a todos los barrios y comunidades de Pailón”, aseguró Pérez.

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