La gran jugada de Gabriel Ríos por la solidaridad
El delantero de Aurora hace pan junto a sus abuelos y luego lo distribuye entre los más necesitados. Se da modos para salir en su bici casi de noche para que no lo paren por la cuarentena. “Espero que otros futbolistas muestren su lado solidario”, dice
Juan Carlos Montaño
El Deber
“Duele ver a gente necesitada en esta cuarentena, que no tiene ni para comer” dice el atacante de Aurora, José Gabriel Ríos Banegas, que desde hace cuatro días se ha dado a la tarea de distribuir pan entre los que lo llaman a su celular. El número lo dio el futbolista al publicar en su cuenta de Facebook que a las familias que lo requieran les haría llegar alimento.
El mensaje de Ríos decía: “A mis amigos por la Radial 26 y 27, cuarto y quinto anillo, si saben de alguna necesidad de vecinos me informan para poder ayudarlos, yo y mi familia, en que tengan el pan en su mesa. Hoy por ti mañana por mí. Todo es recíproco en la vida. Saludos y bendiciones, les dejo mi número 774-75735”.
La reacción de la gente fue inmediata, y en este gesto de solidaridad se dieron a la tarea de colaborar los abuelos de Gabriel: Orlando Ríos y Clementina Banegas. “Con gusto se brindaron a ayudar elaborando pan en un horno que tenemos”, explica el exjugador de Bloomimg, Rea Santa Cruz y Wilstermann, entre otros.
Este lunes, el atacante cumplió su cuarto día distribuyendo pan a unas cinco familias por jornada. “Ver a la gente feliz de recibir algo para comer, es la satisfacción que nos queda a mis abuelos y a mí. Espero que otros futbolistas muestren su lado solidario. Todo sirve, y la intención es ayudar en esta cuarentena”, sostiene el futbolista que cumple por la mañanas el plan de trabajo que le dio el cuerpo técnico del equipo del pueblo.
El único problema con el que se ha topado Ríos, es con la distribución, pues no puede salir todos los días por la cuarentena obligatoria para evitar la propagación del Covid-19. “Espero que se haga de noche y luego en mi bici voy y dejo los pedidos. Necesito un pase, ojalá que lo consiga”, manifestó. El jugador aseguró que seguirá ayudando hasta que acabe el confinamiento. “No podemos quedarnos con los brazos cruzados. Invito a la gente que colabore con los más necesitados de su zona”, concluyó.
El Deber
“Duele ver a gente necesitada en esta cuarentena, que no tiene ni para comer” dice el atacante de Aurora, José Gabriel Ríos Banegas, que desde hace cuatro días se ha dado a la tarea de distribuir pan entre los que lo llaman a su celular. El número lo dio el futbolista al publicar en su cuenta de Facebook que a las familias que lo requieran les haría llegar alimento.
El mensaje de Ríos decía: “A mis amigos por la Radial 26 y 27, cuarto y quinto anillo, si saben de alguna necesidad de vecinos me informan para poder ayudarlos, yo y mi familia, en que tengan el pan en su mesa. Hoy por ti mañana por mí. Todo es recíproco en la vida. Saludos y bendiciones, les dejo mi número 774-75735”.
La reacción de la gente fue inmediata, y en este gesto de solidaridad se dieron a la tarea de colaborar los abuelos de Gabriel: Orlando Ríos y Clementina Banegas. “Con gusto se brindaron a ayudar elaborando pan en un horno que tenemos”, explica el exjugador de Bloomimg, Rea Santa Cruz y Wilstermann, entre otros.
Este lunes, el atacante cumplió su cuarto día distribuyendo pan a unas cinco familias por jornada. “Ver a la gente feliz de recibir algo para comer, es la satisfacción que nos queda a mis abuelos y a mí. Espero que otros futbolistas muestren su lado solidario. Todo sirve, y la intención es ayudar en esta cuarentena”, sostiene el futbolista que cumple por la mañanas el plan de trabajo que le dio el cuerpo técnico del equipo del pueblo.
El único problema con el que se ha topado Ríos, es con la distribución, pues no puede salir todos los días por la cuarentena obligatoria para evitar la propagación del Covid-19. “Espero que se haga de noche y luego en mi bici voy y dejo los pedidos. Necesito un pase, ojalá que lo consiga”, manifestó. El jugador aseguró que seguirá ayudando hasta que acabe el confinamiento. “No podemos quedarnos con los brazos cruzados. Invito a la gente que colabore con los más necesitados de su zona”, concluyó.
