En Pisiga hay 92 bolivianos que tienen residencia permanente en Chile, buscan volver a Bolivia
En el campamento "Tata Santiago" se encuentran 480 repatriados. Regresaron al país por la emergencia decretada por las autoridades chilenas a causa del coronavirus. Aseguran que reciben tres comidas al día
Marco Antonio Chuquimia
El Deber
De los 480 bolivianos que están en cuarentena en el campamento “Tata Santiago” de Pisica, casi un centenar cuenta con residencia permanente en Chile. Regresaron a Bolivia por la emergencia que también se declaró en el vecino país por la pandemia del coronavirus, confirmó el director nacional de Migración, Marcel Rivas.
“En el centro de cuarentena “Tata Santiago” existen 480 bolivianos repatriados, de los cuales 92 son residentes chilenos, es decir tienen residencia en Chile, viven y tienen su domicilio hace muchos años, pero por algún factor que depende de ellos, decidieron venir a Bolivia”, dijo el funcionario estatal a una emisora local.
Aseguró que los repatriados cumplirán la cuarentena, que significan 14 días de permanencia en ese centro, y después de eso serán trasladados a sus regiones. Los bolivianos que llegaron, antes de ser recluidos en ese centro relataron que existen compatriotas de todo el país, excepto de Pando y todos figuran en listas que elaboraron. Por esa razón, dijeron que no puede existir infiltrados, tal como sugiere Rivas.
María Suntura relató que ellos están concentrados en agradecer a Dios por tener un lugar donde dormir y comer, en lugar de preocuparse por hacer actividad política. Explicó que el descontento dentro el campamento surgió porque después de instalarlos se dieron cuenta que no había servicios ni comida para ellos. Esa fue la razón de la molestia y varios muchachos salieron a protestar, pero fueron acusados de hacer activismo político.
Para Rivas el problema es claro, ellos tienen “la certificación” de que 35 ciudadanos tienen militancia del MAS. La militancia partidaria de los ciudadanos está registrada en el Padrón Electoral y eso significa que el Gobierno pidió al Tribunal Supremo Electoral (TSE) las certificaciones de las personas que están en el campamento.
Los modos
María Suntura relató que en cada carpa están destinados entre ocho y nueve personas. Asimismo, las autoridades los separaron entre varones, mujeres y familias para evitar cualquier problema.
Explicó, también, que todos los ciudadanos pasaron los controles médicos y que reciben materiales, como barbijos y guantes, día por medio.
Para comunicarse con sus familiares dentro el territorio nacional apelan a una persona que funge como “encargado”, a quien le piden que compre tarjetas para los celulares o compras de urgencia que presenten los repatriados.
Informó que reciben tres comidas diarias, desayuno, almuerzo y cena. Desde que regularizaron esa metodología no hay más problemas, solo las declaraciones de Marcel Rivas que los acusa de tener infiltrados. Según esta autoridad, desde Huara llegaron 450 personas debidamente identificadas, pero en el campamento ingresaron 480, “eso significa que hay 30 infiltrados”, justificó.
La boliviana que hoy está en cuarentena explicó que ella es de La Paz y que viajó por seis meses a Chile a trabajar. Declaró que padece de una enfermedad de base y que por eso se asustó cuando hablaron de esta pandemia, pero no presenta ninguno de los síntomas de Covid-19.
Marco Antonio Chuquimia
El Deber
De los 480 bolivianos que están en cuarentena en el campamento “Tata Santiago” de Pisica, casi un centenar cuenta con residencia permanente en Chile. Regresaron a Bolivia por la emergencia que también se declaró en el vecino país por la pandemia del coronavirus, confirmó el director nacional de Migración, Marcel Rivas.
“En el centro de cuarentena “Tata Santiago” existen 480 bolivianos repatriados, de los cuales 92 son residentes chilenos, es decir tienen residencia en Chile, viven y tienen su domicilio hace muchos años, pero por algún factor que depende de ellos, decidieron venir a Bolivia”, dijo el funcionario estatal a una emisora local.
Aseguró que los repatriados cumplirán la cuarentena, que significan 14 días de permanencia en ese centro, y después de eso serán trasladados a sus regiones. Los bolivianos que llegaron, antes de ser recluidos en ese centro relataron que existen compatriotas de todo el país, excepto de Pando y todos figuran en listas que elaboraron. Por esa razón, dijeron que no puede existir infiltrados, tal como sugiere Rivas.
María Suntura relató que ellos están concentrados en agradecer a Dios por tener un lugar donde dormir y comer, en lugar de preocuparse por hacer actividad política. Explicó que el descontento dentro el campamento surgió porque después de instalarlos se dieron cuenta que no había servicios ni comida para ellos. Esa fue la razón de la molestia y varios muchachos salieron a protestar, pero fueron acusados de hacer activismo político.
Para Rivas el problema es claro, ellos tienen “la certificación” de que 35 ciudadanos tienen militancia del MAS. La militancia partidaria de los ciudadanos está registrada en el Padrón Electoral y eso significa que el Gobierno pidió al Tribunal Supremo Electoral (TSE) las certificaciones de las personas que están en el campamento.
Los modos
María Suntura relató que en cada carpa están destinados entre ocho y nueve personas. Asimismo, las autoridades los separaron entre varones, mujeres y familias para evitar cualquier problema.
Explicó, también, que todos los ciudadanos pasaron los controles médicos y que reciben materiales, como barbijos y guantes, día por medio.
Para comunicarse con sus familiares dentro el territorio nacional apelan a una persona que funge como “encargado”, a quien le piden que compre tarjetas para los celulares o compras de urgencia que presenten los repatriados.
Informó que reciben tres comidas diarias, desayuno, almuerzo y cena. Desde que regularizaron esa metodología no hay más problemas, solo las declaraciones de Marcel Rivas que los acusa de tener infiltrados. Según esta autoridad, desde Huara llegaron 450 personas debidamente identificadas, pero en el campamento ingresaron 480, “eso significa que hay 30 infiltrados”, justificó.
La boliviana que hoy está en cuarentena explicó que ella es de La Paz y que viajó por seis meses a Chile a trabajar. Declaró que padece de una enfermedad de base y que por eso se asustó cuando hablaron de esta pandemia, pero no presenta ninguno de los síntomas de Covid-19.