El sueño de selección de Borré
Rafa trabaja para que la predicción de Basile se haga realidad: una de sus metas es ser importante en Colombia. Su rutina diaria de autosuperación para romperla en River a su vez también apunta a ello.
Olé
“El pibe es un ganador empedernido”. La definición de Alfio Basile resulta precisa. Exacta. Rafael Santos Borré lleva arraigada esa necesidad de autosuperación permanente. Él no sólo quiere ganar partidos o trofeos: su objetivo interior es triunfar en esa competencia que tiene consigo mismo para saltar una vara que se empeña por elevar semestre a semestre, cuando no fecha a fecha.
El deté opinó sobre el delantero de River en radio Caracol. Y aseguró que “muy pronto lo van a llamar para la selección de Colombia porque es joven, tiene gol, hace diagonales, es guapo, metedor, marca goles de zurda, de derecha, de cabeza, de todo…”. En eso también le atinó el Coco. No porque chatee con WhatsApp e intercambie información confidencial sobre las futuras convocatorias con Carlos Queiroz, sino porque para Borré es acaso su próxima gran meta, vinculada directamente con lo que logre hacer en River. Aspira a ser el delantero de su combinado nacional.
“Me gustaría ganar algo con la Selección Colombia”, le decía Borré a Olé hace unos meses, cuando todavía se encontraba de pretemporada en San Martín de los Andes. En sus charlas con Jaime Pabón, su entrenador personal con quien mantiene diálogo permanente vía WhatsApp, el tópico aparece siempre como una meta. Entiende, Rafa, que crecer como ser humano y como profesional requiere de un esfuerzo diario que repercuta, primero, en el rendimiento en River, donde ya ha logrado tildar varias metas: ser titular, ganar un título, convertir goles en Libertadores, marcar en una final. La Superliga ha quedado trunca pero él, cómodo en Núñez, prevé una revancha local cuando se el fútbol local reinicie.
“River tiene un 9 bárbaro. Es un chico muy joven, un goleador bárbaro. Es crack…”, lo definió Basile. Su proyección de selección no es utópica.A Borré le tira la posibilidad de vestir la camiseta amarilla. Borré siente “respeto y admiración”, tal y como cuentan sus más cercanos, por Carlos Bacca y Radamel Falcao García, dos de los hombres gol de Colombia. Pero su reto, en todo caso, está en superarlos dentro del contexto de una competencia sana.
Borré ha dado el primer paso: integrar las convocatorias. Ya está en consideración de Queiroz. Ahora le sigue otro: convertirse en una pieza fundamental, en acompañante del referente de área, o en goleador. Porque en el museo que su novia, Ana Caicedo, le preparó en su casa, faltan medallas de esas que se ganan con la selección. “No tiene techo para soñar”, repiten desde su entorno. Y sí, se hace el Coco.
Olé
“El pibe es un ganador empedernido”. La definición de Alfio Basile resulta precisa. Exacta. Rafael Santos Borré lleva arraigada esa necesidad de autosuperación permanente. Él no sólo quiere ganar partidos o trofeos: su objetivo interior es triunfar en esa competencia que tiene consigo mismo para saltar una vara que se empeña por elevar semestre a semestre, cuando no fecha a fecha.
El deté opinó sobre el delantero de River en radio Caracol. Y aseguró que “muy pronto lo van a llamar para la selección de Colombia porque es joven, tiene gol, hace diagonales, es guapo, metedor, marca goles de zurda, de derecha, de cabeza, de todo…”. En eso también le atinó el Coco. No porque chatee con WhatsApp e intercambie información confidencial sobre las futuras convocatorias con Carlos Queiroz, sino porque para Borré es acaso su próxima gran meta, vinculada directamente con lo que logre hacer en River. Aspira a ser el delantero de su combinado nacional.
“Me gustaría ganar algo con la Selección Colombia”, le decía Borré a Olé hace unos meses, cuando todavía se encontraba de pretemporada en San Martín de los Andes. En sus charlas con Jaime Pabón, su entrenador personal con quien mantiene diálogo permanente vía WhatsApp, el tópico aparece siempre como una meta. Entiende, Rafa, que crecer como ser humano y como profesional requiere de un esfuerzo diario que repercuta, primero, en el rendimiento en River, donde ya ha logrado tildar varias metas: ser titular, ganar un título, convertir goles en Libertadores, marcar en una final. La Superliga ha quedado trunca pero él, cómodo en Núñez, prevé una revancha local cuando se el fútbol local reinicie.
“River tiene un 9 bárbaro. Es un chico muy joven, un goleador bárbaro. Es crack…”, lo definió Basile. Su proyección de selección no es utópica.A Borré le tira la posibilidad de vestir la camiseta amarilla. Borré siente “respeto y admiración”, tal y como cuentan sus más cercanos, por Carlos Bacca y Radamel Falcao García, dos de los hombres gol de Colombia. Pero su reto, en todo caso, está en superarlos dentro del contexto de una competencia sana.
Borré ha dado el primer paso: integrar las convocatorias. Ya está en consideración de Queiroz. Ahora le sigue otro: convertirse en una pieza fundamental, en acompañante del referente de área, o en goleador. Porque en el museo que su novia, Ana Caicedo, le preparó en su casa, faltan medallas de esas que se ganan con la selección. “No tiene techo para soñar”, repiten desde su entorno. Y sí, se hace el Coco.