Bolsonaro dice que defiende la democracia un día después de estar en acto pro dictadura
Brasilia, AFP
El presidente de Brasil, Jair Bolsonarto, defendió este lunes la democracia, oponiéndose a un eventual cierre de la Corte Suprema y del Congreso, un día después de haber participado de una manifestación pro intervención militar.
"Aquí no hay que cerrar nada, esto es democracia y respeto a la Constitución brasileña y pido que no se hable de eso (un cierre de las instituciones) aquí en mi casa", declaró Bolsonaro a simpatizantes y a la prensa a su salida del Palacio da Alvorada, la residencia oficial del mandatario.
Para el líder de ultraderecha, "hay que tener un Supremo (corte) y un Congreso abiertos y transparentes y no vamos a aceptar provocaciones bajas. Respeto al Congreso y al Supremo".
"No hablé nada contra el Supremo y contra el Congreso, solo hablé en volver al trabajo y pueden escuchar mi discurso, cualquier cosa fuera de ese contexto es querer incendiar una nación", añadió el gobernante.
El domingo, con motivo del Día del Ejército Brasileño, simpatizantes de Bolsonaro se movilizaron en caravanas y concentraciones en varias capitales pidiendo una intervención militar, posicionándose contra el Congreso y la Corte Suprema y defendiendo el fin de las cuarentenas, como promulga el gobernante.
Brasil estuvo bajo una dictadura militar entre 1964 y 1985 que dejó al menos 434 muertos y desaparecidos, según la Comisión de la Verdad de 2014, que elaboró vasto documento de 4.500 páginas que recoge los crímenes del régimen.
Sin mascarilla
Al final de la caravana en Brasilia, que terminó en frente del Cuartel General del Ejército, Bolsonaro se dirigió a la manifestación sobre una camioneta y, aunque evitó una aproximación física, no usó mascarilla ni guantes y tampoco evitó la aglomeración. En varias ocasiones el presidente tosió cerca de su comitiva.
Este lunes, el mandatario volvió a criticar las medidas regionales para contener el avance de la pandemia del coronavirus, que según el último boletín oficial del Ministerio de Salud, divulgado el domingo, contabiliza 2.462 muertes y 38.654 casos.
"Esas medidas restrictivas en algunos estados, y no estoy criticando a todos los gobernadores, fueron excesivas y no alcanzaron su objetivo. El 70 por ciento de la población va a ser infectaba y no resuelve querer huir de eso. Están con miedo de la verdad", señaló Bolsonaro.
La semana pasada, el presidente relegó al popular Luiz Henrique Mandetta al mando del ministerio de Sanidad debido a discrepancias por la intensidad de las medidas de aislamiento.
Según Bolsonaro, "hubo una potencialización de las consecuencias del virus. Llevaron pavor para la opinión pública, histeria, y eso no es verdad. Lamentamos las consecuencias, pero la vida es así y personas van a morir".
"Espero que sea la última semana de combatir el virus con esa cuarentena y no voy a multar a quien esté en la calle como un ministro me sugirió. Quien está en la calle está detrás de empleo y comida para llevar para la familia. Está aumentando la violencia dentro de casa", manifestó.
En su reiterada defensa de preservación de los empleos, que a su juicio es un asunto que se debe tratar "simultáneamente" con el virus, Bolsonaro apuntó: "Cada punto porcentual de decrecimiento de Brasil o cada punto porcentual de más desempleo tiene como consecuencias violencia, caos, muertes, hambre, es una desgracia".
En su cruzada contra los medios, Bolsonaro manifestó que la prensa "se pone de acuerdo" para atacarlo y puso como ejemplo que los dos principales diarios de Sao Paulo titularon igual :"No queremos negociar, Bolsonaro", pero, a su juicio, "no ponen el después de la coma, como si yo quisiera el retroceso".
El presidente de Brasil, Jair Bolsonarto, defendió este lunes la democracia, oponiéndose a un eventual cierre de la Corte Suprema y del Congreso, un día después de haber participado de una manifestación pro intervención militar.
"Aquí no hay que cerrar nada, esto es democracia y respeto a la Constitución brasileña y pido que no se hable de eso (un cierre de las instituciones) aquí en mi casa", declaró Bolsonaro a simpatizantes y a la prensa a su salida del Palacio da Alvorada, la residencia oficial del mandatario.
Para el líder de ultraderecha, "hay que tener un Supremo (corte) y un Congreso abiertos y transparentes y no vamos a aceptar provocaciones bajas. Respeto al Congreso y al Supremo".
"No hablé nada contra el Supremo y contra el Congreso, solo hablé en volver al trabajo y pueden escuchar mi discurso, cualquier cosa fuera de ese contexto es querer incendiar una nación", añadió el gobernante.
El domingo, con motivo del Día del Ejército Brasileño, simpatizantes de Bolsonaro se movilizaron en caravanas y concentraciones en varias capitales pidiendo una intervención militar, posicionándose contra el Congreso y la Corte Suprema y defendiendo el fin de las cuarentenas, como promulga el gobernante.
Brasil estuvo bajo una dictadura militar entre 1964 y 1985 que dejó al menos 434 muertos y desaparecidos, según la Comisión de la Verdad de 2014, que elaboró vasto documento de 4.500 páginas que recoge los crímenes del régimen.
Sin mascarilla
Al final de la caravana en Brasilia, que terminó en frente del Cuartel General del Ejército, Bolsonaro se dirigió a la manifestación sobre una camioneta y, aunque evitó una aproximación física, no usó mascarilla ni guantes y tampoco evitó la aglomeración. En varias ocasiones el presidente tosió cerca de su comitiva.
Este lunes, el mandatario volvió a criticar las medidas regionales para contener el avance de la pandemia del coronavirus, que según el último boletín oficial del Ministerio de Salud, divulgado el domingo, contabiliza 2.462 muertes y 38.654 casos.
"Esas medidas restrictivas en algunos estados, y no estoy criticando a todos los gobernadores, fueron excesivas y no alcanzaron su objetivo. El 70 por ciento de la población va a ser infectaba y no resuelve querer huir de eso. Están con miedo de la verdad", señaló Bolsonaro.
La semana pasada, el presidente relegó al popular Luiz Henrique Mandetta al mando del ministerio de Sanidad debido a discrepancias por la intensidad de las medidas de aislamiento.
Según Bolsonaro, "hubo una potencialización de las consecuencias del virus. Llevaron pavor para la opinión pública, histeria, y eso no es verdad. Lamentamos las consecuencias, pero la vida es así y personas van a morir".
"Espero que sea la última semana de combatir el virus con esa cuarentena y no voy a multar a quien esté en la calle como un ministro me sugirió. Quien está en la calle está detrás de empleo y comida para llevar para la familia. Está aumentando la violencia dentro de casa", manifestó.
En su reiterada defensa de preservación de los empleos, que a su juicio es un asunto que se debe tratar "simultáneamente" con el virus, Bolsonaro apuntó: "Cada punto porcentual de decrecimiento de Brasil o cada punto porcentual de más desempleo tiene como consecuencias violencia, caos, muertes, hambre, es una desgracia".
En su cruzada contra los medios, Bolsonaro manifestó que la prensa "se pone de acuerdo" para atacarlo y puso como ejemplo que los dos principales diarios de Sao Paulo titularon igual :"No queremos negociar, Bolsonaro", pero, a su juicio, "no ponen el después de la coma, como si yo quisiera el retroceso".