Bolivianos que sufren en Colchane mantienen la ilusión de volver a casa
Los políticos pusieron su condimento a un tema humano. Muchos bolivianos quieren regresar a su país, pero se estrellan con la guerra política. Los afectados tienen trabajos por temporada en Chile
Ivan Alejandro Paredes
El Deber
Iquique se volvió el foco central para muchos bolivianos que trabajan en diferentes partes de Chile. Se concentran en esa ciudad y de ahí parten a la frontera. Contratan buses y hasta taxis para llegar lo más cerca posible a Colchane. En esta comuna chilena están cerca a 500 compatriotas esperando retornar a su país. Sobreviven como pueden y con alimentos escasos que corren por cuenta de las autoridades locales del vecino país. Solo quieren cruzar la frontera, pero más allá del límite la guerra política se vive en base a sus circunstancias.
El Gobierno transitorio dice que identificó a 35 "activistas" del Movimiento Al Socialismo (MAS) junto al grupo de más de 500 personas. El director de Migración, Marcel Rivas, los llamó "terroristas" y que tiene un único objetivo: desestabilizar la gestión de Jeanine Áñez en plena pandemia de coronavirus. El funcionario detalla que por ahora no pueden ingresar porque no hay condiciones para su retorno, sobre todo para que cumplan la cuarentena de 14 días. Mientras, los connacionales sufren cada día que pasa.
Hoy, el ministro de Defensa, Fernando López, también le puso el ingrediente político a la situación que pasan los bolivianos tras la frontera y señaló que los ciudadanos tienen una "misión política" para "desestabilizar" el país. Lo dijo bajo, supuestamente, informes de Migración y Cancillería.
La tarde del martes se dio un enfrentamiento entre los connacionales varados en la frontera con Chile y militares que custodian el paso de fronterizo en Pisiga. Durante la refriega un soldado fue despojado de su fusil, que más tarde fue devuelto por la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile. Ese grupo intentó ingresar a la fuerza al país sin ningún tipo de control. Los afectados dijeron que lo hicieron ante la impotencia de no ser escuchados por el Gobierno transitorio.
El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, culpó a Evo Morales, Luis Arce, Álvaro García y Juan Ramón Quintana de financiar a este grupo. La autoridad, dijo que estas exautoridades pagan 300 bolivianos a los bolivianos en la frontera para que intenten hostigar al Gobierno transitorio. Lo mismo dijo Rivas hace dos días y hasta ahora no presentó pruebas.
"Están financiando, tratando de desestabilizar y meter gente por las fronteras pagando 300 bolivianos a las personas para que se sacrifiquen en las fronteras. No ha terminado los intentos que tienen de tomar el poder, el señor Morales sigue intentando desestabilizar el país", declaró Murillo.
Al respecto, el jefe de bancada del MAS en el Senado, Efraín Chambi, pide a las autoridades transitorias presentar pruebas, caso contrario, dijo, se iniciará una demanda penal por difamar al partido de Evo Morales. El legislador remarca que el Gobierno viola los derechos fundamentales de los bolivianos varados en la frontera.
"Lamentamos que en un Estado de Derecho se vulneren las garantías constitucionales por posturas políticas y por calumnias. Las versiones del gobierno transitorio tienen un tinte político fuera de lugar, en un escenario en el que todos estamos preocupados por la salud. Desmentimos y rechazamos las aseveraciones del director de Migración, quien realizó declaraciones temerarias y políticas ante los hechos sucedidos en Pisiga. De ser así pedimos que demuestre con nombre y apellido, qué persona realizó el supuesto pago para generar dicha movilización", remarca Chambi.
Los migrantes afectados rechazan las acusaciones de las autoridades transitorias de que ellos son militantes del MAS que tienen residencia y casa en Bolivia. Lamentan que los acusen de que quieren ingresar al país solo para generar violencia y para romper la cuarentena.
“Son declaraciones totalmente fuera de la realidad. Quisiera que den nombres y apellidos y nos demuestren que somos del MAS. Pero lo peor es que nos acusan de terroristas. Quisiera que el señor (Arturo) Murillo venga y sufra unos días lo que nosotros sufrimos", lamenta Isaac Laura, un paceño que quiere retornar a su casa porque se dedica en Chile a la construcción y ahora el rubro está parado.
La mayoría de los bolivianos varados en Colchane tienen un trabajo por temporada en Chile. Muchos de los oficios en el vecino país tuvieron que parar por la cuarentena por el coronavirus y prefieren no gastar dinero en alojamiento y comida sin generar recursos. Por ahora, sufren y esperan que el Gobierno pueda dejarlos ingresar.
Ivan Alejandro Paredes
El Deber
Iquique se volvió el foco central para muchos bolivianos que trabajan en diferentes partes de Chile. Se concentran en esa ciudad y de ahí parten a la frontera. Contratan buses y hasta taxis para llegar lo más cerca posible a Colchane. En esta comuna chilena están cerca a 500 compatriotas esperando retornar a su país. Sobreviven como pueden y con alimentos escasos que corren por cuenta de las autoridades locales del vecino país. Solo quieren cruzar la frontera, pero más allá del límite la guerra política se vive en base a sus circunstancias.
El Gobierno transitorio dice que identificó a 35 "activistas" del Movimiento Al Socialismo (MAS) junto al grupo de más de 500 personas. El director de Migración, Marcel Rivas, los llamó "terroristas" y que tiene un único objetivo: desestabilizar la gestión de Jeanine Áñez en plena pandemia de coronavirus. El funcionario detalla que por ahora no pueden ingresar porque no hay condiciones para su retorno, sobre todo para que cumplan la cuarentena de 14 días. Mientras, los connacionales sufren cada día que pasa.
Hoy, el ministro de Defensa, Fernando López, también le puso el ingrediente político a la situación que pasan los bolivianos tras la frontera y señaló que los ciudadanos tienen una "misión política" para "desestabilizar" el país. Lo dijo bajo, supuestamente, informes de Migración y Cancillería.
La tarde del martes se dio un enfrentamiento entre los connacionales varados en la frontera con Chile y militares que custodian el paso de fronterizo en Pisiga. Durante la refriega un soldado fue despojado de su fusil, que más tarde fue devuelto por la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile. Ese grupo intentó ingresar a la fuerza al país sin ningún tipo de control. Los afectados dijeron que lo hicieron ante la impotencia de no ser escuchados por el Gobierno transitorio.
El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, culpó a Evo Morales, Luis Arce, Álvaro García y Juan Ramón Quintana de financiar a este grupo. La autoridad, dijo que estas exautoridades pagan 300 bolivianos a los bolivianos en la frontera para que intenten hostigar al Gobierno transitorio. Lo mismo dijo Rivas hace dos días y hasta ahora no presentó pruebas.
"Están financiando, tratando de desestabilizar y meter gente por las fronteras pagando 300 bolivianos a las personas para que se sacrifiquen en las fronteras. No ha terminado los intentos que tienen de tomar el poder, el señor Morales sigue intentando desestabilizar el país", declaró Murillo.
Al respecto, el jefe de bancada del MAS en el Senado, Efraín Chambi, pide a las autoridades transitorias presentar pruebas, caso contrario, dijo, se iniciará una demanda penal por difamar al partido de Evo Morales. El legislador remarca que el Gobierno viola los derechos fundamentales de los bolivianos varados en la frontera.
"Lamentamos que en un Estado de Derecho se vulneren las garantías constitucionales por posturas políticas y por calumnias. Las versiones del gobierno transitorio tienen un tinte político fuera de lugar, en un escenario en el que todos estamos preocupados por la salud. Desmentimos y rechazamos las aseveraciones del director de Migración, quien realizó declaraciones temerarias y políticas ante los hechos sucedidos en Pisiga. De ser así pedimos que demuestre con nombre y apellido, qué persona realizó el supuesto pago para generar dicha movilización", remarca Chambi.
Los migrantes afectados rechazan las acusaciones de las autoridades transitorias de que ellos son militantes del MAS que tienen residencia y casa en Bolivia. Lamentan que los acusen de que quieren ingresar al país solo para generar violencia y para romper la cuarentena.
“Son declaraciones totalmente fuera de la realidad. Quisiera que den nombres y apellidos y nos demuestren que somos del MAS. Pero lo peor es que nos acusan de terroristas. Quisiera que el señor (Arturo) Murillo venga y sufra unos días lo que nosotros sufrimos", lamenta Isaac Laura, un paceño que quiere retornar a su casa porque se dedica en Chile a la construcción y ahora el rubro está parado.
La mayoría de los bolivianos varados en Colchane tienen un trabajo por temporada en Chile. Muchos de los oficios en el vecino país tuvieron que parar por la cuarentena por el coronavirus y prefieren no gastar dinero en alojamiento y comida sin generar recursos. Por ahora, sufren y esperan que el Gobierno pueda dejarlos ingresar.