Simeone, el 1-4-3-3 y el banquillo de los 300 millones de euros

El entrenador del Atlético de Madrid le puso una variante ofensiva en la que Carrasco y Koke creaban una línea más (1-4-2-2-2), metiéndose por dentro y por delante de Thomas y Saúl.

Javier G. Matallanas
As
Salió el Atlético a intentar mandar en el campo del Espanyol. A su habitual 1-4-4-2 (Oblak; Trippier, Felipe, Savic, Lodi; Koke, Thomas, Saúl, Carrasco; Correa y Morata), Simeone le puso una variante ofensiva en la que Carrasco y Koke creaban una línea más (1-4-2-2-2), metiéndose por dentro y por delante de Thomas y Saúl, para dejar las bandas libres para la incorporación de los laterales, la única opción ofensiva de los del Cholo además del juego directo de Oblak.


Fallaron las ayudas defensivas en el Atlético en el primer gol del Espanyol y a Lodi le hicieron un dos para uno de Javi López y Wu Lei que acabó con el centro del chino que metió en propia meta Savic. Y una vez más Oblak fue Salvador y evitó que el Espanyol se fuera 2-0 al descanso con un paradón a mano cambiada a tiro desde fuera del área de Víctor Sánchez.

El Espanyol superaba en intensidad y en futbol al Atleti y R.D.T. estaba dando una exhibición de súper clase de talla mundial y Simeone debía mover ficha y contaba con un banquillo de 300 millones de euros (João Félix, Diego Costa, Vitolo, Marcos Llorente, Mario Hermoso y Vrsaljko) para buscar dar la vuelta al marcador porque ya no le vale empatar. Tener a João Félix en el banquillo era otra frivolidad más extraña del Cholo (como el ostracismo de Marcos Llorente que se había ganado la titularidad) fundamentada más en que el astro portugués no hace ya caso a las obsesiones defensivas del entrenador argentino, que hace que sus jugadores estén pensando en defender incluso cuando están atacando y ya no tiene a todos convencidos como en la época dorada del cholismo.

Calentaban ya Vitolo, Costa y João Félix cuando a Saúl se le cayó un golazo de los suyos para empatar el partido. El Atlético se desperezaba y empezaba a imponer su mayor calidad porque el Cholo arrancó el segundo tiempo con un 1-4-3-3 que le pide su plantilla (Oblak; Trippier, Savic, Felipe, Lodi; Thomas, Koke, Saúl; Correa, Morata, Carrasco). Cuando Simeone dio entrada a João Félix mantuvo diez minutos el 1-4-3-3 y puso al portugués en la izquierda. Cinco minutos después sacó a Costa por Morata. Y en el 69 salió Vitolo por Correa volviendo el Atlético al 1-4-4-2 (Oblak; Trippier, Savic, Felipe, Lodi; Koke, Thomas, Saúl, Vitolo, João Félix y Diego Costa). Fue entonces, en la vuelta al 1-4-4-2, cuando los de Abelardo, que si juegan así no merecen descender, se volvieron a meter en el partido y pudieron también ganar el encuentro.

Con todo el arsenal en el campo, al Atlético le faltaron recursos ofensivos para superar a la defensa del Espanyol. Y esos recursos no se los da Simeone. El empate fue un mal resultado, pero consecuencia del buen hacer del Espanyol y de un nuevo mal tiempo del Atleti de un Simeone al que cada partido se le ve más desquiciado en la banda y contagia su nerviosismo a los futbolistas colchoneros.

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