Setién pasa de puntillas por La Masia
Barcelona, AS
Ya sea por necesidad o por convicción, lo cierto es que la llegada de Quique Setién no ha supuesto ni mucho menos una explosión de los jugadores del filial ni un ascensor para muchos de ellos hacia el primer equipo. Y eso que la situación de la plantilla, con cinco bajas en el mercado de invierno -Moussa Wagué, Carles Aleñá, Jean Clair Todibo, Carles Pérez y Abel Ruiz-, invitaba a pensar que el ex entrenador del Betis abriría las puertas de par en par a los chavales.
Y más aún cuando en su primera toma de contacto con la plantilla, el club se apresuró en colgar una foto con el técnico hablando animosamente con Riqui Puig. Todo hacía presagiar que la llegada de Setién iba a ser una bocanada de aire fresco para los más jóvenes y que, quien más o quien menos, iba a tener su oportunidad en el primer equipo.
Pues bien, dos meses más tarde, todas estas expectativas han quedado reducidas a la mínima expresión. De entre todos los jóvenes del filial, sólo tres han jugado con Setién: Ansu Fati, Riqui Puig y Álex Collado. Aparte del primero, que tuvo una continuidad en los primeros partidos de Setién, llegando a marcar además dos goles en el triunfo ante el Levante (2-1) en LaLiga, el resto ha tenido una participación anecdótica. Tanto Riqui Puig, que ha jugado tres partidos -dos de LaLiga (Granada y Levante) y uno de Copa (Ibiza)- con un balance total de 93 minutos, repartidos en 22 en Liga y 71 en Copa, como Álex Collado, que ha jugado cinco minutos en LaLiga (Valencia), han tenido un papel irrelevante.
El caso del jugador de Matadepera, con el agravante que Arthur estuvo todo enero y parte de febrero de baja y Aleñá se había marchado, pero ni aún así pudo sumar más minutos en el primer equipo. De hecho, el centrocampista, sólo ha jugado tres minutos (Levante) en las últimas siete jornadas de LaLiga. Cuando a Setién se le ha preguntado por la situación de Riqui Puig, no ha escondido públicamente su enorme talento, pero también ha recordado que necesita mejorar en otros aspectos, como los defensivos.
Ansu Fati es quien suma mejores números con Setién: 591 minutos en diez partidos, repartidos en 351 en LaLiga, 237 en Copa y 3 en la Champions. Tras un inicio explosivo, jugando como titular siete de los primeros ocho partidos con el nuevo técnico, su presencia se fue difuminando en las últimas semanas, hasta llegar a ser un mero complemento. La apuesta, primero de Arturo Vidal como socio en ataque de Messi y Griezmann, y después, la irrupción del danés Martin Braithwaite, le ha convertido en un actor secundario dentro de los planes del entrenador. En las tres últimas jornadas (Eibar, Real Madrid y Real Sociedad) sólo ha jugado 14 minutos.
Jugadores como el central uruguayo Ronald Araujo, que con Valverde llegaron a debutar en LaLiga, con Setién han desaparecido del mapa.
Una decepción, sin duda, para aquellos que confiaban en una apuesta más valiente desde la dirección deportiva hacia los jugadores de La Masia, sobre todo respecto a la que había realizado Ernesto Valverde. Al menos, con los números en la mano, esta mejoría e impulso de la cantera no se ha producido en ningún caso.
Ya sea por necesidad o por convicción, lo cierto es que la llegada de Quique Setién no ha supuesto ni mucho menos una explosión de los jugadores del filial ni un ascensor para muchos de ellos hacia el primer equipo. Y eso que la situación de la plantilla, con cinco bajas en el mercado de invierno -Moussa Wagué, Carles Aleñá, Jean Clair Todibo, Carles Pérez y Abel Ruiz-, invitaba a pensar que el ex entrenador del Betis abriría las puertas de par en par a los chavales.
Y más aún cuando en su primera toma de contacto con la plantilla, el club se apresuró en colgar una foto con el técnico hablando animosamente con Riqui Puig. Todo hacía presagiar que la llegada de Setién iba a ser una bocanada de aire fresco para los más jóvenes y que, quien más o quien menos, iba a tener su oportunidad en el primer equipo.
Pues bien, dos meses más tarde, todas estas expectativas han quedado reducidas a la mínima expresión. De entre todos los jóvenes del filial, sólo tres han jugado con Setién: Ansu Fati, Riqui Puig y Álex Collado. Aparte del primero, que tuvo una continuidad en los primeros partidos de Setién, llegando a marcar además dos goles en el triunfo ante el Levante (2-1) en LaLiga, el resto ha tenido una participación anecdótica. Tanto Riqui Puig, que ha jugado tres partidos -dos de LaLiga (Granada y Levante) y uno de Copa (Ibiza)- con un balance total de 93 minutos, repartidos en 22 en Liga y 71 en Copa, como Álex Collado, que ha jugado cinco minutos en LaLiga (Valencia), han tenido un papel irrelevante.
El caso del jugador de Matadepera, con el agravante que Arthur estuvo todo enero y parte de febrero de baja y Aleñá se había marchado, pero ni aún así pudo sumar más minutos en el primer equipo. De hecho, el centrocampista, sólo ha jugado tres minutos (Levante) en las últimas siete jornadas de LaLiga. Cuando a Setién se le ha preguntado por la situación de Riqui Puig, no ha escondido públicamente su enorme talento, pero también ha recordado que necesita mejorar en otros aspectos, como los defensivos.
Ansu Fati es quien suma mejores números con Setién: 591 minutos en diez partidos, repartidos en 351 en LaLiga, 237 en Copa y 3 en la Champions. Tras un inicio explosivo, jugando como titular siete de los primeros ocho partidos con el nuevo técnico, su presencia se fue difuminando en las últimas semanas, hasta llegar a ser un mero complemento. La apuesta, primero de Arturo Vidal como socio en ataque de Messi y Griezmann, y después, la irrupción del danés Martin Braithwaite, le ha convertido en un actor secundario dentro de los planes del entrenador. En las tres últimas jornadas (Eibar, Real Madrid y Real Sociedad) sólo ha jugado 14 minutos.
Jugadores como el central uruguayo Ronald Araujo, que con Valverde llegaron a debutar en LaLiga, con Setién han desaparecido del mapa.
Una decepción, sin duda, para aquellos que confiaban en una apuesta más valiente desde la dirección deportiva hacia los jugadores de La Masia, sobre todo respecto a la que había realizado Ernesto Valverde. Al menos, con los números en la mano, esta mejoría e impulso de la cantera no se ha producido en ningún caso.