Restricción paraliza el centro económico de La Paz
La Policía antimotines se desplegó por la ciudad para obligar a cerrar a los pocos comercios que desafiaban la restricción y pretendían alguna venta
Marco Antonio Chuquimia Huallpa
El Deber
Todo el centro económico de la sede de Gobierno quedó desierto en el primer día de restricción que impuso el Gobierno. Mientras la Policía incluso desplegó a la Utop para obligar a suspender actividades.
La calle Uyustus, que es el eje de todo el comercio en la ladera oeste de La Paz, no tiene movimiento y todos los comercios ya tienen las puertas cerradas. Este panorama solo se compara con las primeras horas de un día de elecciones.
La avenida Tumusla, que recibe a miles de compradores todos los días, también cesó en su actividad y es el único lugar donde se pueden ver algunos vehículos de transporte público que van hacia La Ceja de El Alto.
Hasta esta populosa zona, la Policía desplegó a la Utop y a la Policía antimotines que obligaba a cerrar a los pocos comercios que desafiaban la restricción y pretendían alguna venta.
Las calles Graneros y Max Paredes, que habitualmente están atestadas de padres de familia y escolares en esta época del año, cerraron el comercio. Incluso los comerciantes callejeros han desaparecido.
Más abajo, en la calle Santa Cruz, que a esta hora empieza a "brillar" por la cantidad de comercios dedicados a la venta de luminarias permanece en silencio y sin clientes.
Dos cuadras más abajo, la calle Linares, conocida como "calle de las brujas" ya no luce a cientos de turistas que pululan a diario por el lugar, incluso los extranjeros tuvieron que acatar la medida y permanecen en los hoteles que hay en esta zona y que también cerraron sus puertas.
Van a dar las 18:00 y en todo el centro comercial de La Paz ni siquiera hay un restaurant abierto para saciar el hambre que provoca las calles desiertas.
Marco Antonio Chuquimia Huallpa
El Deber
Todo el centro económico de la sede de Gobierno quedó desierto en el primer día de restricción que impuso el Gobierno. Mientras la Policía incluso desplegó a la Utop para obligar a suspender actividades.
La calle Uyustus, que es el eje de todo el comercio en la ladera oeste de La Paz, no tiene movimiento y todos los comercios ya tienen las puertas cerradas. Este panorama solo se compara con las primeras horas de un día de elecciones.
La avenida Tumusla, que recibe a miles de compradores todos los días, también cesó en su actividad y es el único lugar donde se pueden ver algunos vehículos de transporte público que van hacia La Ceja de El Alto.
Hasta esta populosa zona, la Policía desplegó a la Utop y a la Policía antimotines que obligaba a cerrar a los pocos comercios que desafiaban la restricción y pretendían alguna venta.
Las calles Graneros y Max Paredes, que habitualmente están atestadas de padres de familia y escolares en esta época del año, cerraron el comercio. Incluso los comerciantes callejeros han desaparecido.
Más abajo, en la calle Santa Cruz, que a esta hora empieza a "brillar" por la cantidad de comercios dedicados a la venta de luminarias permanece en silencio y sin clientes.
Dos cuadras más abajo, la calle Linares, conocida como "calle de las brujas" ya no luce a cientos de turistas que pululan a diario por el lugar, incluso los extranjeros tuvieron que acatar la medida y permanecen en los hoteles que hay en esta zona y que también cerraron sus puertas.
Van a dar las 18:00 y en todo el centro comercial de La Paz ni siquiera hay un restaurant abierto para saciar el hambre que provoca las calles desiertas.