La FIA no puede demostrar que Ferrari tenía un motor ilegal

El organismo responde al enfado de los equipos con otro comunicado: se alcanzó un acuerdo privado porque era imposible "evidenciar si se iba contra las normas".

Jesús Balseiro
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La FIA responde a través de un comunicado al enfado de las siete escuderías que este miércoles reclamaron explicaciones por su opaco acuerdo con Ferrari. Después de una investigación que se presume extensa a la unidad de potencia de Maranello, el organismo anunció que habían alcanzado un "acuerdo privado confidencial" que no contenta al resto de competidores (McLaren, Mercedes, Red Bull, Racing Point, Alpha Tauri, Williams y Renault) porque no aclara si, en efecto, la maquinaria italiana incurría en ilegalidades.


Ahora el organismo rector del automovilismo mundial asegura que sospecha de la ilegalidad, pero no ha podido demostrarla: "La FIA ha efectuado un detallado análisis técnico de la unidad de potencia de Ferrari, como del resto de competidores. Las investigaciones llevadas a cabo en 2019 generaron la sospecha de que esta unidad de potencia podía no operar dentro de los límites de la FIA en algunos momentos. Ferrari se opuso firmemente a estas sospechas y reiteró que su unidad de potencia siempre operó de acuerdo con la reglamentación".

Aquí reside la clave del proceso: "La FIA no estaba del todo satisfecha, pero decidió que no se llegaría necesariamente a una conclusión por la complejidad de la materia y la imposibilidad material de probar, inequívocamente, las evidencias de ilegalidad. Para evitar las consecuencias negativas de una litigación larga", y "de acuerdo con el Artículo 4 (ii) de las normas Judiciales y Disciplinarias de la FIA, se decidió hacer efectivo un acuerdo disuasorio con Ferrari para finalizar el procediiento". "Es una heramienta legal reconocida" y su confidencialidad también está recogida en las normas, así que no se puede revocar.

La potencia mayúscula del motor Ferrari, especialmente los sábados en las clasificaciones, desató toda clase de rumores y sospechas por el paddock durante la pasada temporada. Se sospechaba que los sensores no medían los picos de consumo de combustible y lubricante en los modos de máxima potencia, porque sólo se registraba la actividad media, y Red Bull preguntó a la FIA sobre la legalidad de esta clase de dispositivo, recibiendo un no por respuesta. A partir de Austin se confirmó a través de una directiva lo que se podía y no se podía hacer, y curiosamente Ferrari dejó de volar en las rectas. Además para 2020 han rediseñado por completo su motor y, por ahora, su velocidad punta no es amenazante para los rivales. Todo lleva a pensar que hubo ilegalidades, pero ni siquiera la FIA se atreve a confirmarlas. ¿Caso cerrado?

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