La estrategia que Russo hizo para Román y hoy repite con Tevez
Con Boca ya en Venezuela, el entrenador arrancará la Copa Libertadores 2020 con la misma fórmula que implementó en el 2007: para cuidarlo, no lleva a su número diez a los partidos de visitante.
Olé
Era el día en que Boca debutaba en la Copa Libertadores 2007. La delegación capitaneada por Miguel Ángel Russo ya estaba en el estadio Hernando Siles, en los 3.500 metros sobre el nivel del mar, mientras el noticiero del canal 13 anunciaba un móvil desde Don Torcuato con Juan Román Riquelme. ¿Por qué no estaba en Bolivia para enfrentar al Bolívar? El entrenador había decidido cuidarlo y dejarlo en Argentina para ese primer viaje de visitante. La misma estrategia que ahora lleva adelante con Carlos Tevez. No es casualidad, es una costumbre del DT.
Si bien aquel Riquelme tenía 29 años y Tevez está por los 36, esto se trata de cuidar a la máxima figura del equipo y, en medio de una seguidilla de partidos importantes, no arriesgarlo en un partido debut que tiene revancha en los otros cinco siguientes de la fase de grupos. El que no tiene revancha es el del domingo frente a Gimnasia, claro.
En ese primer partido del 2007, sin Román, Russo apostó por un 4-4-2 con un mediocampo conformado por Orteman, Banega, Battaglia y Neri Cardozo, nada de enganche para jugar de visitante. Un esquema que podría repetir en su visita a Caracas con el ingreso de Nicolás Capaldo.
En aquella Libertadores, la ausencia del ídolo se mantuvo en todos los partidos de visitante de la fase de grupos ante Toluca (0-2) y Cienciano (0-3). Es más, para el segundo en México tampoco viajó Martín Palermo. "Para evitar lesiones", fue la explicación de ese momento. Y para el tercer encuentro, además de JR y el Loco, se quedaron Guillermo Barros Schelotto y Rodrigo Palacio.
Ya en los octavos de final, Riquelme aparecería en toda su dimensión para convertirse en la gran figura de esa Copa Libertadores. Por lo mismo quiere ir Tevez. Para cumplir un objetivo que se le viene negando desde su vuelta en el 2015...
Olé
Era el día en que Boca debutaba en la Copa Libertadores 2007. La delegación capitaneada por Miguel Ángel Russo ya estaba en el estadio Hernando Siles, en los 3.500 metros sobre el nivel del mar, mientras el noticiero del canal 13 anunciaba un móvil desde Don Torcuato con Juan Román Riquelme. ¿Por qué no estaba en Bolivia para enfrentar al Bolívar? El entrenador había decidido cuidarlo y dejarlo en Argentina para ese primer viaje de visitante. La misma estrategia que ahora lleva adelante con Carlos Tevez. No es casualidad, es una costumbre del DT.
Si bien aquel Riquelme tenía 29 años y Tevez está por los 36, esto se trata de cuidar a la máxima figura del equipo y, en medio de una seguidilla de partidos importantes, no arriesgarlo en un partido debut que tiene revancha en los otros cinco siguientes de la fase de grupos. El que no tiene revancha es el del domingo frente a Gimnasia, claro.
En ese primer partido del 2007, sin Román, Russo apostó por un 4-4-2 con un mediocampo conformado por Orteman, Banega, Battaglia y Neri Cardozo, nada de enganche para jugar de visitante. Un esquema que podría repetir en su visita a Caracas con el ingreso de Nicolás Capaldo.
En aquella Libertadores, la ausencia del ídolo se mantuvo en todos los partidos de visitante de la fase de grupos ante Toluca (0-2) y Cienciano (0-3). Es más, para el segundo en México tampoco viajó Martín Palermo. "Para evitar lesiones", fue la explicación de ese momento. Y para el tercer encuentro, además de JR y el Loco, se quedaron Guillermo Barros Schelotto y Rodrigo Palacio.
Ya en los octavos de final, Riquelme aparecería en toda su dimensión para convertirse en la gran figura de esa Copa Libertadores. Por lo mismo quiere ir Tevez. Para cumplir un objetivo que se le viene negando desde su vuelta en el 2015...