El vestuario del Barça se abona al riesgo
Barcelona, AS
En el vestuario del FC Barcelona no ganan para sustos. Con una plantilla tan corta -16 jugadores disponibles del primer equipo-, cualquier eventualidad es recibida como un auténtico jarro de agua fría. Y más aún si esta eventualidad no es por una causa justificada o por un incidente en un entrenamiento, ya de por sí suficientemente preocupante, sino por una actividad fuera de las instalaciones del club.
El primero en saltarse todos los protocolos y códigos internos fue Arthur Melo. Al brasileño no se le ocurrió otra cosa que tras jugar ante el Atlético de Madrid (0-1) en el Wanda el 1 de diciembre, irse a celebrar la victoria a Andorra, acompañado de su compatriota, el portero Neto. Hasta aquí nada criticable. El problema es que el centrocampista brasileño aprovechó su visita al país andorrano para disfrutar de sus estaciones de esquí practicando ‘snowboard’. Una actividad totalmente prohibida para un futbolista, y aún más si tienes antecedentes de lesión en el pubis. De hecho, unos días más tarde, el jugador tuvo que parar por culpa de una pubalgia galopante. Evidentemente no se puede señalar únicamente la práctica del ‘snowboard’ con la lesión, pero seguramente tampoco ayudó a ponerle remedio. Cuando Ernesto Valverde se enteró de esta escapada, a través de TV3, montó en cólera, sobre todo porque no era la primera vez que el jugador se saltaba a la torera la disciplina del club: el año anterior había viajado a París sin permiso para disfrutar de la fiesta de cumpleaños organizada por Neymar cuando faltaban sólo dos días para jugar un Real Madrid-Barcelona de Copa.
Pero tras el incidente de Arthur parece que no todos los jugadores han aprendido la lección. Y es que hace pocas semanas se presentó el defensa Junior Firpo con la mano izquierda inflamada y con importantes erosiones y abrasiones. La sorpresa de los técnicos, en este caso Quique Setién y su segundo, Eder Sarabia, fue enorme, sobre todo porque hacía pocos días de la lesión de Jordi Alba ante el Getafe, por lo que Junior se presentaba como la única alternativa en la banda izquierda. Cuando le preguntaron cómo se lo había hecho, el jugador se vio obligado a reconocer que fue durante una carrera de karts, una actividad que si bien no está prohibida estrictamente, sí que está limitada su práctica a la época estival.
Afortunadamente, todo se quedó en una mera anécdota, ya que Junior Firpo pudo jugar ante el Eibar y el Nápoles sin mayor problema, aunque lo hizo luciendo un aparatoso vendaje en su mano izquierda.
En el vestuario del FC Barcelona no ganan para sustos. Con una plantilla tan corta -16 jugadores disponibles del primer equipo-, cualquier eventualidad es recibida como un auténtico jarro de agua fría. Y más aún si esta eventualidad no es por una causa justificada o por un incidente en un entrenamiento, ya de por sí suficientemente preocupante, sino por una actividad fuera de las instalaciones del club.
El primero en saltarse todos los protocolos y códigos internos fue Arthur Melo. Al brasileño no se le ocurrió otra cosa que tras jugar ante el Atlético de Madrid (0-1) en el Wanda el 1 de diciembre, irse a celebrar la victoria a Andorra, acompañado de su compatriota, el portero Neto. Hasta aquí nada criticable. El problema es que el centrocampista brasileño aprovechó su visita al país andorrano para disfrutar de sus estaciones de esquí practicando ‘snowboard’. Una actividad totalmente prohibida para un futbolista, y aún más si tienes antecedentes de lesión en el pubis. De hecho, unos días más tarde, el jugador tuvo que parar por culpa de una pubalgia galopante. Evidentemente no se puede señalar únicamente la práctica del ‘snowboard’ con la lesión, pero seguramente tampoco ayudó a ponerle remedio. Cuando Ernesto Valverde se enteró de esta escapada, a través de TV3, montó en cólera, sobre todo porque no era la primera vez que el jugador se saltaba a la torera la disciplina del club: el año anterior había viajado a París sin permiso para disfrutar de la fiesta de cumpleaños organizada por Neymar cuando faltaban sólo dos días para jugar un Real Madrid-Barcelona de Copa.
Pero tras el incidente de Arthur parece que no todos los jugadores han aprendido la lección. Y es que hace pocas semanas se presentó el defensa Junior Firpo con la mano izquierda inflamada y con importantes erosiones y abrasiones. La sorpresa de los técnicos, en este caso Quique Setién y su segundo, Eder Sarabia, fue enorme, sobre todo porque hacía pocos días de la lesión de Jordi Alba ante el Getafe, por lo que Junior se presentaba como la única alternativa en la banda izquierda. Cuando le preguntaron cómo se lo había hecho, el jugador se vio obligado a reconocer que fue durante una carrera de karts, una actividad que si bien no está prohibida estrictamente, sí que está limitada su práctica a la época estival.
Afortunadamente, todo se quedó en una mera anécdota, ya que Junior Firpo pudo jugar ante el Eibar y el Nápoles sin mayor problema, aunque lo hizo luciendo un aparatoso vendaje en su mano izquierda.