El día que Ortega no quiso salir y pagó el Diablo
A partir del palo de Monserrat a Ramón Díaz, recordamos la vez que el Burrito se negó a dejar la cancha y el volante debió ocupar su lugar. Después, el 10 clavó un golazo...
Olé
En una entrevista con Olé, Roberto Monserrat recordó que la relación del plantel de River multicampeón de los 90 con su técnico, Ramón Díaz, no era la mejor. En ese marco, viene a la memoria una perlita de aquellos años: la vez que Ariel Ortega se negó a dejar la cancha pese al pedido del Pelado y, en su lugar, el que pagó fue el Diablo.
La escena ocurrió en un tremendo clásico contra Racing en el Monumental, por el Apertura 1996, torneo que luego ganaría River. El dueño de casa ganaba 1-0 (asistencia de Ortega a Francescoli) cuando Bonano vio la roja por último recurso, antes del final del PT, al cortar un mano a mano con el brazo afuera del área.
Al toque ingresó Burgos en reemplazo del arquero, pero el problema apareció cuando Ramón indicó quién tenía que salir: Ortega. El Burrito no quería saber nada y cruzó gestos con Díaz, quien a los gritos le pedía dejar la cancha desde el banco. Al lado suyo, un joven Gallardo miraba atónito y el Pichi Escudero no podía contener la risa.
Los jugadores de River tuvieron una pequeña reunión dentro del campo y al final el que salió fue el Monserrat. ¿Lesionado? "Me parece que el Diablo no venía bien en la semana y por eso también decidimos sacarlo a él", gambeteó Ramón tiempo después, en una nota con TyC Sports.
De cualquier manera, Ortega no sólo permaneció en cancha, sino que al minuto del complemento clavó un tremendo golazo, casi sin ángulo y de emboquillada por sobre el arquero de la Academia, Nacho González. Y mientras el Burrito festejaba, la cámara enfocó a Ramón, en un clarito: "¡Qué hijo de p... !". Al final River lo ganó 4 a 3 con un hombre menos y la anécdota quedó para la historia.
Olé
En una entrevista con Olé, Roberto Monserrat recordó que la relación del plantel de River multicampeón de los 90 con su técnico, Ramón Díaz, no era la mejor. En ese marco, viene a la memoria una perlita de aquellos años: la vez que Ariel Ortega se negó a dejar la cancha pese al pedido del Pelado y, en su lugar, el que pagó fue el Diablo.
La escena ocurrió en un tremendo clásico contra Racing en el Monumental, por el Apertura 1996, torneo que luego ganaría River. El dueño de casa ganaba 1-0 (asistencia de Ortega a Francescoli) cuando Bonano vio la roja por último recurso, antes del final del PT, al cortar un mano a mano con el brazo afuera del área.
Al toque ingresó Burgos en reemplazo del arquero, pero el problema apareció cuando Ramón indicó quién tenía que salir: Ortega. El Burrito no quería saber nada y cruzó gestos con Díaz, quien a los gritos le pedía dejar la cancha desde el banco. Al lado suyo, un joven Gallardo miraba atónito y el Pichi Escudero no podía contener la risa.
Los jugadores de River tuvieron una pequeña reunión dentro del campo y al final el que salió fue el Monserrat. ¿Lesionado? "Me parece que el Diablo no venía bien en la semana y por eso también decidimos sacarlo a él", gambeteó Ramón tiempo después, en una nota con TyC Sports.
De cualquier manera, Ortega no sólo permaneció en cancha, sino que al minuto del complemento clavó un tremendo golazo, casi sin ángulo y de emboquillada por sobre el arquero de la Academia, Nacho González. Y mientras el Burrito festejaba, la cámara enfocó a Ramón, en un clarito: "¡Qué hijo de p... !". Al final River lo ganó 4 a 3 con un hombre menos y la anécdota quedó para la historia.