Cuando el Inter dejó ir a Pirlo al Milan
Antes de ser figura del Rossonero y la Juventus, Andrea tuvo un paso sin gloria por el Nerazzurro que además era el club del que era hincha. Y lo vendieron al vecino...
Olé
Pensar en la carrera de Andrea Pirlo inmediatamente lleva a dos camisetas: la del Milan y la de la Juventus. Con ambas se transformó en ídolo, más todavía habiendo siendo parte importante de la Italia campeona del mundo en 2006. Sin embargo antes de conseguir todo eso, en el recuerdo olvidado queda una etapa en la carrera del ex volante que no fue de alegrías y títulos. Pirlo jugó en el Inter que además era el club del que "era hincha de chiquito y mi ídolo era Lothar Matthäus". Pero nunca se pudo ganar el lugar y lo terminaron vendiendo al vecino de rojo y negro donde jugaría más de 400 partidos...
Su historia se remonta a 1995 cuando con 16 años debutó en la Serie A con la camiseta del Brescia, de donde surgió. Enganche y hasta casi segundo punta, de a poco se fue destacando hasta que en 1998 el Inter lo fue a buscar. Sin embargo, las cosas no salieron como él soñaba. Nunca pudo afirmarse y tener continuidad en un equipo que contaba con figuras como Ronaldo, Álvaro Recoba, Diego Simeone, Javier Zanetti, Iván Zamorano y Youri Djorkaeff. Así también lo mandaron a préstamo a dos equipos, la Reggina y de vuelta al Brescia. Volvió y a pesar de que las cosas no cambiaban se encontró con un ofertón: el Milan ponía 17.000.000 de euros para que cruzara de vereda. Y así fue.
Arribó al Rossonero a mediados del 2001. Meses más tarde la llegada de Carlo Ancelotti como entrenador le cambió la vida porque quien le propuso jugar unos metros más atrás, como cinco de juego y el principio de una leyenda. Sí, casi como lo que vivió su ídolo Matthäus en Alemania y el Inter, pero con la otra camiseta... Así, y con los resultados que fueron acompañando Pirlo se convirtió en Pirlo. Apenas en un año llegó a la mayor de la Azzurra por primera vez, con la que años más tarde se ganaría la medalla de campeón del mundo en Alemania 2006. Y con el Milan consiguió nueve títulos, incluidas dos Champions en 401 partidos jugados.
A pesar de ser ídolo, el Milan lo dejó libre buscando rejuvenecer el plantel. Un error que aún hoy sigue pagando. Porque tras la salida de Pirlo y otros históricos, el equipo no volvió a ganar nunca más una Serie A. Y Andrea fue recibido con brazos abiertos en la Juventus, sí el otro gran rival del Inter. Y allí comenzó otra gran historia de amor, con siete títulos en cuatro años y una salida como leyenda después de 164 encuentros disputados. Sólo le faltó ganar la Champions, de la que perdió la final en 2015 en su último juego, contra el Barcelona que ahora sueña con dirigir.
Si bien se alejó de su amor por el Inter por cómo se fue dando su carrera, ¡estuvo a punto de volver! Cuando se terminó su vínculo con la Juve fue Roberto Mancini, el DT del Nerazurro en ese momento, quien lo quiso llevar. Sin embargo, prefirió terminar su carrera en la MLS y el New York City.
Una historia que nunca se pudo dar. Quien sabe, a lo mejor algún día Andrea Pirlo esté en el banco del Inter como DT y soñando con cumplir sus deseos de pibe...
Olé
Pensar en la carrera de Andrea Pirlo inmediatamente lleva a dos camisetas: la del Milan y la de la Juventus. Con ambas se transformó en ídolo, más todavía habiendo siendo parte importante de la Italia campeona del mundo en 2006. Sin embargo antes de conseguir todo eso, en el recuerdo olvidado queda una etapa en la carrera del ex volante que no fue de alegrías y títulos. Pirlo jugó en el Inter que además era el club del que "era hincha de chiquito y mi ídolo era Lothar Matthäus". Pero nunca se pudo ganar el lugar y lo terminaron vendiendo al vecino de rojo y negro donde jugaría más de 400 partidos...
Su historia se remonta a 1995 cuando con 16 años debutó en la Serie A con la camiseta del Brescia, de donde surgió. Enganche y hasta casi segundo punta, de a poco se fue destacando hasta que en 1998 el Inter lo fue a buscar. Sin embargo, las cosas no salieron como él soñaba. Nunca pudo afirmarse y tener continuidad en un equipo que contaba con figuras como Ronaldo, Álvaro Recoba, Diego Simeone, Javier Zanetti, Iván Zamorano y Youri Djorkaeff. Así también lo mandaron a préstamo a dos equipos, la Reggina y de vuelta al Brescia. Volvió y a pesar de que las cosas no cambiaban se encontró con un ofertón: el Milan ponía 17.000.000 de euros para que cruzara de vereda. Y así fue.
Arribó al Rossonero a mediados del 2001. Meses más tarde la llegada de Carlo Ancelotti como entrenador le cambió la vida porque quien le propuso jugar unos metros más atrás, como cinco de juego y el principio de una leyenda. Sí, casi como lo que vivió su ídolo Matthäus en Alemania y el Inter, pero con la otra camiseta... Así, y con los resultados que fueron acompañando Pirlo se convirtió en Pirlo. Apenas en un año llegó a la mayor de la Azzurra por primera vez, con la que años más tarde se ganaría la medalla de campeón del mundo en Alemania 2006. Y con el Milan consiguió nueve títulos, incluidas dos Champions en 401 partidos jugados.
A pesar de ser ídolo, el Milan lo dejó libre buscando rejuvenecer el plantel. Un error que aún hoy sigue pagando. Porque tras la salida de Pirlo y otros históricos, el equipo no volvió a ganar nunca más una Serie A. Y Andrea fue recibido con brazos abiertos en la Juventus, sí el otro gran rival del Inter. Y allí comenzó otra gran historia de amor, con siete títulos en cuatro años y una salida como leyenda después de 164 encuentros disputados. Sólo le faltó ganar la Champions, de la que perdió la final en 2015 en su último juego, contra el Barcelona que ahora sueña con dirigir.
Si bien se alejó de su amor por el Inter por cómo se fue dando su carrera, ¡estuvo a punto de volver! Cuando se terminó su vínculo con la Juve fue Roberto Mancini, el DT del Nerazurro en ese momento, quien lo quiso llevar. Sin embargo, prefirió terminar su carrera en la MLS y el New York City.
Una historia que nunca se pudo dar. Quien sabe, a lo mejor algún día Andrea Pirlo esté en el banco del Inter como DT y soñando con cumplir sus deseos de pibe...