Así perdió el torneo River

Al equipo de Gallardo, de pobre campaña como local, se le escapó el título en las últimas dos fechas. Pesaron los errores arbitrales pero en el Millo hubo una importante baja individual y colectiva.

Nahuel Trasmonte
Olé
Una multiplicidad de factores se fundieron para que a River ​se le escape un título que tenía al alcance de la mano. Parece mentira, pero al omnipotente Marcelo Gallardo, Napoleón en terrenos internacionales, se le sigue haciendo esquiva la liga doméstica. Y duele más porque el campeón quedó justo en la vereda contraria. ¿Cómo fue que perdió el torneo?



Desde que arrancó el año, River disputó ocho partidos: ganó seis y empató dos. Desde lo numérico, la cosecha no es para nada mala. Sin embargo, el momento en el cual llegaron esas dos pardas, justo en los últimos dos duelos, terminó por condenarlo. La merma en el nivel colectivo e individual, tanto con Defensa como en Tucumán fue evidente, aún habiendo viajado al debut copero con una Reserva reforzada.

River perdió solamente cuatro partidos en todo el campeonato y todos ellos fueron de local. Talleres, Vélez, Central y San Lorenzo, partido en el que erró dos penales. En esa magra cosecha de puntos en casa se explica buena parte del subcampeonato.

Yendo puntualmente a lo que pasó en Tucumán, diario de lunes en mano, River fue claramente perjudicado: no le dieron dos penales y le anularon mal un casi gol. Tan cierto es como que el equipo no estuvo a la altura de lo que estaba definiendo. Atlético, que de local es fuerte pero arrastraba nueve partidos sin sumar de a tres, le hizo fuerza con lo que tenía y Gallardo no encontró reacción en su tropa.

Suárez se perdió un mano a mano insólito, Scocco tiró afuera las que siempre mete. Quintero entró más errático que nunca. De La Cruz y Nacho Fernández no aportaron su habitual conducción. El goleador Borré fue un gran ausente. Y entre Armani y Martínez Quarta todavía deben estar discutiendo quién tuvo más culpa en el gol de Atlético...

Y así como a Gallardo se lo ha elogiado en su justa medida por sus proezas inolvidables en Núñez, sigue siendo humano y, por lo tanto, también se puede equivocar. A la línea de 5 defensores que armó para suplir la falta de Palacios le fueron sacando la ficha con el correr de las fechas. Ya contra Unión había tenido que improvisar en pleno partido y el esquema quedó pagando en los dos empates que le sacaron el campeonato.

Tocará cerrar filas, reagruparse y pensar en lo que viene para River. O como dijo alguna vez el propio Gallardo: "Buscar una nueva novia que nos enamore". Viene la Copa de la Superliga, la Libertadores y una final contra Racing. Al hincha le sobran los motivos para creer que el Muñeco volverá a reinventarse. Y seguro querrá revancha.

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