Alario: “¿Volver a River? No sé qué responderte...”

Alario, en exclusiva con Olé, no se anima a hablar de su vuelta porque vivo el día a día. Insiste con que no jugaría en Boca y se muestra conmovido por la pandemia: Ojalá que nunca le llegue a Argentina como a algunos países de Europa.

Olé
Gana por respeto. Alemania, uno de los países con mayor índice de infectados de coronavirus, es a su vez uno de los que menor tasa de mortalidad tiene (0,6%) por esta maldita pandemia. El gobierno de Ángela Merkel acaba de aprobar un rescate económico de 170.000 millones de dólares equivalente al 22% de su PBI. Es la contribución estatal más importante desde la Segunda Guerra Mundial. Aunque no existe un confinamiento obligatorio: el pacto social pesa más. Nadie sale de sus casas. Se respeta la prohibición de reuniones de más de dos personas. “Estamos un poco encerrado como todo el mundo, pero bien. En Alemania la cuarentena no es obligatoria”, refrenda Lucas Alario desde Leverkusen, la ciudad ubicada en la región de Renania, cerca de la cuenca del Rin. “Estoy yendo al club todos los días por la lesión en el hombro. Soy el único que lo hago todas las mañanas. Me trato con un profe y un kinesiólogo”, le cuenta telefónicamente a Olé. Está evolucionando, el delantero del Bayer Leverkusen, de una luxación sufrida el 11 de marzo. “De mi casa al club tengo unos 30 minutos de auto habitualmente, aunque ahora estoy llegando en 20. Hay menos tránsito. Se nota el aislamiento: se percibe mucho menos movimiento. La gente se lo ha tomado en serio”, explica Pipa. “Se puede salir, siempre y cuando no sean más de dos personas, aunque se puede seguir con la rutina diaria”.


-Y como a vos te agarró en plena rehabilitación del hombro, no te queda alternativa que ir a tratarte en las instalaciones del Bayer.

-Claro. Estoy yendo todas las mañanas al club y después, a la tarde, hago un poco más de entrenamiento en mi casa. Ejercito principalmente el tren superior porque, si bien la lesión es en el hombro, puedo correr. La parte física la trabajo en el club.

-¿Y tu familia de Argentina cómo está viviendo la cuarentena?

-Bien. Mi familia está en la Argentina, en Tostado. Pienso que está bien que el Gobierno se haya puesto estricto. Creo que es lo que mejor hicieron: no subestimar la situación y tomar medidas a tiempo. Todos los días nos hablamos para saber de ellos y ellos de mí. Yo también trato de decirles que se cuiden porque mis papás son más grandes y escuché que a este virus lo sufren mucho más las personas de su edad. Pero ellos son padres, viste, y ahora que estoy lejos están mucho más pendientes de lo que me pasa, se potencia todo.

-¿En Alemania reaccionaron a tiempo?

-No subestimaron tanto la situación como sí lo hicieron en Italia o España. Acá trataron de tener todo más o menos organizado para afrontarla. Y, además, el sistema de sanidad podemos decir que es perfecto: se hacen una cantidad impresionante de test por día. En este momento, de hecho, en Alemania están atendiendo a muchos italianos porque allá se desbordó todo. Ojalá que a Argentina esta enfermedad nunca llegue de la forma en que lo hizo en varios países de Europa.

¿Qué dijo Alario sobre la encuesta de Olé?

Alario, con 27 años, se encontraba atravesando una buena temporada, habiendo convertido diez goles en 28 partidos, siendo titular en los últimos encuentros de su Bayer. Sin embargo, todavía tiene en la cabeza lo que le costó adaptarse al estilo de la Bundesliga y al ritmo de vida alemán. “Sufrí mucho el cambio en el ritmo de juego, también un poco los entrenamientos. Me costaron las dos cosas, aunque a mí me importa más lo futbolístico que lo externo. Igual, hoy me puedo comunicar con mis compañeros en la cancha, algo que al principio no podía y era feo, porque la comunicación adentro de la cancha siempre es muy importante”.

-¿Por qué te costó adaptarte al estilo de juego alemán?

-Es un fútbol muy ofensivo. Es muy difícil encontrar partidos que terminen 0-0: hay muchos goles, se ataca continuamente, no hay descanso. Se juegan los 90 minutos a un mismo nivel: ataque, contraataque, es muy vertical. Terminás de hacer un pique y ya tenés que estar preparado para hacer dos más. En Argentina el juego me daba tiempo para hacer una pausa y tomar aire, porque es más cortado, hay muchas faltas, se va la pelota afuera… Acá se juega mucho más rápido, aunque con el tiempo te vas acostumbrando.

-Recién nombrabas a la Argentina. ¿Con tus ex compañeros de River seguís en contacto?

-Sí, hablo. Con los chicos que compartí plantel nos mensajeamos cada tanto, ya sea por WhatsApp o por Instagram y nos hacemos alguna que otra joda.

-¿Mirás los partidos del equipo?

-Sí, sí, cada vez que puedo, por los horarios, suelo verlos. Se me complica bastante cuando River juega tarde en Argentina, pero cada vez que puedo me quedo a verlos. Y no sólo a River, sigo al fútbol argentino porque me gusta.

-¿Alguna vez sentiste que te habías apurado a irte de River? Sobre todo por lo que vino después, con la histórica final de Libertadores contra Boca en Madrid.

-No, la verdad que no me pasó. No me he arrepentido de haberme ido. Nunca dije “pucha, si hubiese esperado un poco más habría estado ahí”. Porque la decisión la tomé muy convencido, era lo que sentía. Después sí me puse muy contento por esa final que ganó el equipo en Madrid.
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"Me puse muy contento por la final que River ganó en Madrid. La pude ver en vivo. ¿Si me arrepiento de haberme ido? No, nunca dije: 'Pucha, si hubiese esperado...'".
Alario, sobre el 3-1 ante Boca en el Bernabéu

-¿Te sentiste parte de ese título?

-No. Para sentirme parte de algo tengo que participar. Y no tuve ninguna participación en esa Copa Libertadores...

-Desde lo sentimental, te pregunto.

-Y, no sé si la palabra es sentirme parte. Sí me puso muy contento y muy orgulloso por mis compañeros y el cuerpo técnico. Quería que les fuera súper bien y cuando se dio fue como decir “pucha, qué bueno”. Por el grupo, por el club y por la gente.

-¿Lo viste en vivo el partido?

-Sí, claro, lo vi solo en mi casa.

-¿Y con Gallardo volviste a hablar?

-No, después de que me fui de River no volví a hablar con Marcelo.

-¿Terminó bien tu relación con él? Porque te fuiste con el mercado de pases casi cerrado y en plena competencia...

-Sí, la relación terminó bien. Nos despedimos como tenía que ser. Le agradecí todo lo que él hizo por mí, le dije que se portó muy bien siempre conmigo, que gracias a él yo pude jugar esos dos años en River...

-¿Te sorprendió que a este plantel de River se le haya escapado la final de la Libertadores 2019 contra Flamengo en los últimos minutos y la Superliga en la última fecha?

-Fue algo raro, extraño. A mí no se me pasaba por la cabeza que iban a pasar esas cosas, siempre pensé que River iba a ganar esos dos títulos, pero es fútbol y puede pasar cualquier cosa en pocos minutos, como pasó con Flamengo. Pero eso tampoco tiene que manchar todo lo que River consiguió en estos años. No se puede ganar todo y lo positivo tiene que ser que el equipo sigue llegando hasta la final tanto en la Copa como en el torneo. Eso tiene que ser muy valorado.

-¿Cuánto te ayudó para adaptarte al fútbol alemán el haber tenido a Gallardo como técnico teniendo en cuenta lo exigente que es con los atacantes?

-Seguro que me sirvió para llegar más formado acá. Esa exigencia que tiene Marcelo es muy buena, porque si no das el 100% no jugás, vas para afuera. Sirve mucho para seguir creciendo y no conformarse nunca.

Alario se toma un respiro mientras espera la siguiente pregunta de Olé. La que le trae al presente la consulta que le hizo hace un tiempo Sebastián Vignolo: la de si jugaría en Boca, o si un llamado de Riquelme torcería su decisión. “La contestación que le di al Pollo fue una broma (NdeR.: Ante la pregunta de Vignolo, él respondió “siempre me preguntás por Riquelme, me parece que te llevás algo por mes de cada nota que me hacés, ja”). Me salió eso porque cada vez que él me hacía una nota salía el tema Boca, cuando yo ya había explicado en muchas ocasiones lo que pienso. Eso con Vignolo fue más un momento de diversión”.

-¿Te molesta que te pregunten si jugarías en Boca?

-No me molesta porque la respuesta va a ser siempre la misma: que no.

-¿No podrías hacerlo por el hecho de que ya jugaste en River?

-No, no pasa por eso. Pasa por lo que yo siento. A mí lo que diga el resto, por haber jugado en River, no me interesa. Yo sólo digo lo que siento, nada más.

-O sea que nunca jugarías en Boca.

-No, no, para nada.

-¿Te cayó la ficha de que sos parte de la historia grande de River?

-Y, eso es cierto. Uno cuando se va de River, y más a un equipo de otro continente, se le vienen los recuerdos y entiende mejor lo que vivió. Tuve la suerte de jugar una Libertadores y de convertir un gol en la final. Los goles siempre quedan guardados y sobre todo cuando son en una final que ganás, mucho más. A medida que va pasando el tiempo, le voy dando más valor.

-¿Volvés a mirar los goles más importantes que hiciste en River?

-No soy de buscar para mirarlos, pero siempre los veo en Twitter cuando se cumplen los aniversarios porque me etiquetan. Parece loco pero esos goles siempre vienen a mí de alguna manera u otra. Por eso siempre vuelvo a ver el gol en la final de la Copa contra Tigres y creo que lo voy a volver a ver toda la vida. Fue muy emocionante.

-¿Qué extrañas de River?

-El grupo. Me tocó estar con muy buena gente, nos llevábamos muy bien y el día a día era muy lindo: compartir un mate, hacer chistes, jugar a las cartas en las concentraciones.

-¿Te imaginás otra vez en River?

-¡Fuuu! La verdad es que no soy de pensar más allá de los próximos años: trato de disfrutar el día a día. No sé qué responder a eso porque no me pongo a pensar en qué va a pasar dentro de algunos años, pero es obvio que me gustaría volver como así también a Colón, un club que me dio mucho.

-¿Cuál es tu objetivo a corto plazo?

-Seguir creciendo acá o, si se da la chance, ir a otro club en Europa. Pero lo tomo con mucha calma. Pienso en recuperarme bien para seguir dando lo mejor para el equipo. En este momento, para mí lo más importante en mi carrera es poder competir al máximo nivel.

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