Una cosa es una plantilla corta y otra lo que tiene Setién

Tras confirmarse la cesión de Wagué, el Barcelona se queda con una plantilla de sólo 18 jugadores, que en realidad son 17 por la lesión Luis Suárez.

Javier Miguel
As
Habitualmente el mercado de invierno se utiliza para reforzar algunas de las piezas que han quedado descubiertas a lo largo de la temporada o para mejorar las plantillas con algún efectivo que sume. Sin embargo, el Barcelona ha utilizado el mercado de invierno para desprenderse de activos de una manera tan inusitada como precipitada. Empezó con el centrocampista Carles Aleñá, cedido al Betis, siguió con el central Jean Clair Todibo, cedido al Schalke 04, continuó con los delanteros del filial Carles Pérez y Abel Ruiz, traspasados a la Roma y al Sporting de Braga, respectivamente, y acabó al filo de la madrugada del viernes con la cesión del defensa Moussa Wagué al Niza. Es decir, de una tacada el Barcelona se ha desprendido de cinco jugadores.

¿Y los refuerzos? Pues también se han cerrado. En concreto, dos: el brasileño del Palmeiras Matheus Fernandes, que jugará cedido lo que resta de temporada en el Valladolid, y el delantero del Sporting de Braga, Francisco Trincao, que se incorporará a partir del 1 de julio a la disciplina blaugrana.

Sin embargo, a efectos prácticos, para Quique Setién este mercado de invierno se puede calificar como desastroso a todos los niveles, ya que se ha quedado con una plantilla tan al límite que no puede ni tan siquiera completar una convocatoria con sólo jugadores del primer equipo. De hecho, el Barcelona sólo tiene 18 fichas del primer equipo, es decir, cuatro menos de cuando empezó la temporada, ya que a la marcha de los tres jugadores ya mencionados en el mercado de invierno hay que sumar la de Rafinha Alcántara a principio de temporada.

Teniendo en cuenta además que Luis Suárez no estará disponible hasta dentro de tres meses y medio como mínimo, estamos hablando que Setién tendrá que hacer frente a las tres competiciones más importantes de la temporada -Champions, Liga y Copa- con sólo 17 jugadores del primer equipo. Si a esta cifra restamos los jugadores lesionados -a día de hoy están en la enfermería Ousmane Dembélé y Neto- nos encontramos con que el técnico cántabro cuenta con la cifra irrisoria de 15 jugadores para el partido del domingo ante el Levante.

A saber: Ter Stegen, Sergi Roberto, Semedo, Piqué, Lenglet, Umtiti, Alba, Junior, Sergio Busquets, Arthur, Rakitic, Arturo Vidal, De Jong, Griezmann y Messi.

Evidentemente, el riesgo que ha asumido Quique Setién es altísimo porque nunca en la historia reciente del club un entrenador había trabajado con una plantilla tan corta en efectivos. Evidentemente esta circunstancia obligará al técnico a recurrir sistemáticamente al filial. Para empezar, Ansu Fati ya no bajará en ningún caso al equipo de García Pimienta, mientras que la presencia de Riqui Puig, Collado y Araújo será a partir de ahora habitual ante el déficit tan importante de efectivos en el primer equipo.

Asimismo, las rotaciones tendrán que ser mucho más espaciadas y mesuradas porque no cuenta con un armario de fondo suficiente para completarlas. Sin duda, una situación de altísimo riesgo que Setién tendrá que hacer frente de aquí a lo que resta de temporada con el peligro añadido de ‘quemar’ a más de un jugador de cara al tramo final del curso.

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