Mineras auríferas en Bolivia consumen 120 toneladas de mercurio por año

La Paz, ANF
La contaminación e ilegalidad de operaciones mineras en Bolivia persiste. Los impactos en el medio ambiente y en la salud de las personas inmersas en esta actividad son permanentes y la alerta crece dado que solo en Bolivia, las actividades auríferas demandan 120 toneladas de mercurio por año.
El experto en minería, Héctor Córdoba, manifiesta que es indudable que todas las operaciones mineras provocan un impacto ambiental irrecuperable, pero “en nuestro país, las que más daño causan son las operaciones auríferas que recuperan el oro con mercurio. Estadísticas, tanto del ministerio de medio ambiente como del Observatorio internacional del mercurio, muestran que el consumo de mercurio en el país está por encima de 120 toneladas por año”.


Este dato ubica al país entre los más contaminadores con este elemento, dado que el mercurio entra al biocircuito a través del agua de los ríos y de los peces que lo consumen involuntariamente.

“La minería también provoca un impacto social considerable. En muchas ocasiones, las minas absorben mano de obra local, trastocando el equilibrio habitual de ingresos y egresos; de ahí que, algunas personas, decidan trabajar temporalmente en sus terrenos y otro tiempo en las minas (los agromineros)”, agrega el experto.

La minería aurífera se ha expandido en los últimos años en áreas de La Paz y Beni a orilla de los ríos. Muchos de los hoy mineros migran de una fracasada y devaluada actividad agrícola que no les permite generar los suficientes ingresos.

“La diferencia de ingresos entre mineros y campesinos es tan grande que éstos quieren organizarse en cooperativas para explotar yacimientos por su cuenta. En cada comunidad donde aparece la actividad minera hay un cambio de cultura, de objetivos y de ambiciones que hacen desaparecer, en muchos casos, la esencia colectiva de la comunidad”, establece Córdoba.

El mercurio se usa para separar y extraer el oro de las piedras en las que se incrusta. Se adhiere al oro formando una amalgama que facilita esta separación.

Datos a nivel mundial establecen que el 15% del oro se extrae de forma artesanal, en pequeñas minas donde en la mayoría de ellas se usa el elemento del mercurio. Los mineros que lo usan se arriesgan a envenenarse, envenenar a sus hijos y contaminar el suelo y los ríos.

En Bolivia aún se carece de mecanismos adecuados para el control de este uso arbitrario y se ha determinado que solo unas 250 cooperativas cuentan con licencia ambiental, de las más de 1.800 que operan en todo el país. Es decir que un 85% no cuentan con este documento fundamental para sus operaciones.

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