Messi, el salvador de Bartomeu
Le allanó la semana al presidente. Pacificó la reunión con los capitanes, hizo declaraciones conciliadoras y calló con sus goles las protestas. Llega lanzado a una semana decisiva.
Juan Jiménez
As
Messi, Messi, Messi, Messi... Una ocasión más, cuatro veces Messi contra el Eibar. Cuatro goles por cada una de las cuatro jornadas que estuvo sin marcar. Su quinto póker en LaLiga, aunque el más recordado fue en una noche de Champions ante el Arsenal. Su trigesimosexto hat-trick en la historia de la competición que maneja con mano de hierro hace más de una década. Pero, sobre todo, lo que más impresiona de Messi ya a estas alturas de su carrera es su manera de conducir desde el césped el estado de ánimo de un club volcánico.
Definitivamente, puede decirse que Messi ha allanado una semana dificilísima para Josep Maria Bartomeu. Primero, pacificó la reunión de los capitanes cuando el presidente trató de explicarse por el lío de las redes sociales que amenaza no sólo con adelantar el periodo electoral, sino con dividir internamente a los directivos que hasta ahora han sido afines al presidente. "Es raro", admitió el argentino en la entrevista que concedió a Mundo Deportivo. Pero él no incendió una reunión tensa. Al contrario, la aplacó. Exactamente lo mismo que en sus declaraciones, donde todos sus mensajes fueron positivos. Y luego llegó lo del partido. Cuando la grada se dividía entre los pañuelos a Bartomeu y los gritos de "Bartomeu, dimisión" y "directiva, dimisión", que a su vez eran contestados por otro sector de la grada con protestas, Messi se sacó de la chistera un gol mágico, el 1-0.
Ahora mismo en el Barça, Messi es el único que pone de acuerdo a todos. La afición fue feliz. No sólo porque sus goles terminaron con las cuitas internas. También porque demostraron que afronta en plenitud la semana más importante de la temporada, con los partidos ante el Nápoles en San Paolo y ante el Madrid en el Bernabéu. De momento, Messi ya ha evitado que de aquí al martes se hable más de la cuenta de directivos y la prioridad sea el fútbol.
Juan Jiménez
As
Messi, Messi, Messi, Messi... Una ocasión más, cuatro veces Messi contra el Eibar. Cuatro goles por cada una de las cuatro jornadas que estuvo sin marcar. Su quinto póker en LaLiga, aunque el más recordado fue en una noche de Champions ante el Arsenal. Su trigesimosexto hat-trick en la historia de la competición que maneja con mano de hierro hace más de una década. Pero, sobre todo, lo que más impresiona de Messi ya a estas alturas de su carrera es su manera de conducir desde el césped el estado de ánimo de un club volcánico.
Definitivamente, puede decirse que Messi ha allanado una semana dificilísima para Josep Maria Bartomeu. Primero, pacificó la reunión de los capitanes cuando el presidente trató de explicarse por el lío de las redes sociales que amenaza no sólo con adelantar el periodo electoral, sino con dividir internamente a los directivos que hasta ahora han sido afines al presidente. "Es raro", admitió el argentino en la entrevista que concedió a Mundo Deportivo. Pero él no incendió una reunión tensa. Al contrario, la aplacó. Exactamente lo mismo que en sus declaraciones, donde todos sus mensajes fueron positivos. Y luego llegó lo del partido. Cuando la grada se dividía entre los pañuelos a Bartomeu y los gritos de "Bartomeu, dimisión" y "directiva, dimisión", que a su vez eran contestados por otro sector de la grada con protestas, Messi se sacó de la chistera un gol mágico, el 1-0.
Ahora mismo en el Barça, Messi es el único que pone de acuerdo a todos. La afición fue feliz. No sólo porque sus goles terminaron con las cuitas internas. También porque demostraron que afronta en plenitud la semana más importante de la temporada, con los partidos ante el Nápoles en San Paolo y ante el Madrid en el Bernabéu. De momento, Messi ya ha evitado que de aquí al martes se hable más de la cuenta de directivos y la prioridad sea el fútbol.