Messi contra los fantasmas

El Barça se enfrenta a un desafío mental en Nápoles después de las caídas de Roma y Liverpool (21:00, Mov. LC). Gattuso prepara una jaula para frenar a Messi.

Nápoles, AS
El Barça de Messi llega al templo de Maradona con muchas tareas por cumplir y traumas por superar (sigue el partido en directo en As.com). Regresa el Barcelona a la máxima competición europea (21:00 horas, San Paolo, Movistar Liga de Campeones) con un equipo mermado, con el fantasma de las debacles de Roma y Liverpool escociendo todavía y con la duda de cómo se va a comportar el equipo de Setién en su primer envite europeo ante un rival en clara progresión.



Además, Nápoles se ha tomado el partido como una liturgia. El regreso del sucesor del dios Maradona, cuya presencia sigue viva en cada rincón de la ciudad y donde se le venera como a un santo, le da al partido un aire especial. En Nápoles todo es grandilocuente: el carnaval, la celebración del prodigio de San Gennaro, el tráfico, la comida, la vida en definitiva. Y el fútbol no podía quedarse en un segundo plano ante esta celebración. Menos cuando llega el Barcelona a San Paolo. Son considerados los blaugrana un "equipo amigo" por parte de la exigente hinchada napolitana, lo que no significa en lo más mínimo que vaya a haber ningún tipo de clemencia, pero alejada de la hostilidad que reciben los grandes enemigos. Esa clase de odio visceral se reserva para equipos como la Juventus o los del norte de Italia. Por eso, a Messi se le recibió como a un héroe a su llegada al hotel, pero durante el partido San Paolo rugirá.

Y ahí llegará la primera prueba para el Barcelona, que además de competir con las piernas, deberá hacerlo con la cabeza. El equipo blaugrana aspira a sacarse de una vez por todas de encima la losa de caer ante escenarios infernales. A lo largo de estos últimos años, la Champions se le ha ido al Barça por el sumidero en momentos de desconexión en Turín, Roma o Liverpool (por no hablar del desastre de París que se arregló en la vuelta) que han dejado su cicatriz en el equipo. Dijo Setién en la rueda de prensa previa que de esas experiencias apenas se habla en el vestuario. Son como esos recuerdos amargos que están ahí y que nadie quiere recordar, pero que un día u otro hay que superarlos. Puede que sea Messi el que haya dado el primer paso para superar el trauma cuando la semana pasada aseguró que el equipo barcelonista, por cómo está actualmente, no parece ser el favorito para ganar la Champions.

Un ejercicio de realismo y una buena manera de liberarse de una responsabilidad que ha aplastado a los blaugrana en las últimas tres temporadas. Para afrontar su primer duelo de Champions, Setién llega con lo puesto, 14 jugadores del primer equipo. Las últimas lesiones de Jordi Alba y de Sergi Roberto le dejan las cartas marcadas. Una defensa con Semedo, Piqué, Lenglet y Júnior; centro del campo para Busquets, Arthur y De Jong y Arturo Vidal apoyando en ataque a Messi y Griezmann.

En el Nápoles, Gattuso se pone la piel de cordero que nunca utilizó cuando era jugador del gran Milan para elogiar al Barça de Setién. Dicen que prepara una "jaula" para controlar a Messi, que jugará vigilado por sus marcadores y por la sombra omnipresente del Diego.

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