Lanzan la nave más potente que desentrañará los misterios del Sol
Solar Orbiter, un proyecto de la NASA y la ESA, se acercará a nuestro astro rey más de lo que ninguna otra misión ha logrado, soportando un calor abrasador, y llevará sus telescopios hasta casi un cuarto de la distancia de nuestro planeta a la estrella
Víctor Ingrassia
vingrassia@infobae.com
El Sol, nuestra estrella y fuente de energía cercana es una enana amarilla de unos 4600 millones de años sigue siendo un misterio en muchos aspectos.
Esta enana amarilla es una bola infernal sacudida por grandes explosiones internas que emanan al espacio grandes cantidades de materia: fotones, protones y electrones extremadamente energéticos que forman el viento solar.
Y los astrónomos y científicos de todo el mundo ponen cada vez más empeño y tecnología para estudiar a nuestro astro rey y a sus emisiones de energía que periódicamente llegan a la Tierra, a veces en forma violenta y causa problemas en las comunicaciones y hasta en el tendido eléctrico.
Con ese propósito, el próximo lunes la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea), lanzarán este fin de semana una nueva misión espacial hacia el Sol, llamada Solar Orbiter para tomar las primeras imágenes de sus polos norte y sur, además de aportar nuevos datos sobre la conexión de la Tierra con nuestra estrella.
Durante su viaje, estudiará de cerca el Sol y la heliosferainterior (las regiones inexploradas y más cercanas a nuestra estrella) y así comprender, e incluso predecir, el comportamiento errático de la estrella de la cual dependen nuestras vidas. En su punto más cercano, la nave se acercará al Sol más de lo que ninguna otra misión ha logrado, soportando un calor abrasador, y llevará sus telescopios hasta casi un cuarto de la distancia de nuestro planeta a la estrella. Así, proporcionará datos e imágenes únicos del Sol.
En esta misión clave, la Argentina tiene un rol protagónico, ya que la Estación de Seguimiento de la ESA en Malargüe, Mendoza, será parte importante en las distintas fases que atravesará la nave, incluído su viaje, órbita final y posterior recepción de información clave del Sol.
“Solar Orbiter será el primer satélite en ofrecer imágenes de cerca de las regiones polares del Sol, muy difíciles de observar desde la Tierra, desde latitudes superiores a los 25 grados. Será capaz de casi coincidir con la rotación del Sol alrededor de su eje durante varios días, por lo que permitirá ver por primera vez cómo se forman las tormentas solares durante un periodo prolongado desde un mismo punto. También proporcionará datos sobre el lado del Sol no visible desde la Tierra”, destacó Diego Pazos, ingeniero de Telespazio, la operadora local de la ESA en Argentina.
La nave se ubicará a casi un cuarto de la distancia de la Tierra al Sol, y quedará expuesta a una radiación solar 13 veces más intensa que la que experimentamos en la Tierra. Así, el satélite deberá soportar potentes emisiones de partículas atómicas procedentes de explosiones en la atmósfera solar.
Para resistir al entorno adverso y a las altísimas temperaturas, Solar Orbiter debe estar bien equipada. Aprovechará las nuevas tecnologías desarrolladas por la ESA para la misión BepiColombo a Mercurio, el planeta más cercano al Sol, como paneles solares termorresistentes y una antena de alta ganancia y alta temperatura.
“Desde Argentina estamos trabajando 8 personas, técnicos e ingenieros para dar soporte técnico a la gran antena, una de las 3 ubicadas en todo el mundo capacitada para comunicarse con las naves espaciales de viaje a grandes distancias y también para recibir los datos de telemetría e información que envíen”, sostuvo Pazos.
Y agregó: "Nuestro trabajo fuerte empieza a las 4 horas del lanzamiento de la misión Solar Orbiter para verificar que el satélite esté en la posición correcta. Después, en los siguientes tres días, se monitorea la Fase de Lanzamiento y Órbita Temprana (LEOP) donde se toma el control de la sonda y concluye cuando el satélite se sitúa en su órbita definitiva".
Pazos aclara que todo el trabajo de comunicación de la antena ubicada en Mendoza con la sonda espacial y la posterior recepción de información del Sol es operada desde Alemania en forma remota. El equipo de Argentina brinda el soporte técnico para que esto suceda en forma exitosa.
“A través de la antena DSA 3, los ingenieros en Alemania envían los telecomandos para ajustar la trayectoria de la sonda o bien para encender algún instrumento. La información se recibe a través de la telemetría", precisó Pazos.
Lanzamiento al Sol
Solar Orbiter despegará desde Cabo Cañaveral, Florida, a bordo de un cohete Atlas V 411 para estudiar de cerca el Sol y así comprender, e incluso predecir, el comportamiento errático de la estrella de la cual dependen nuestras vidas.
Una vez que se haya separado del vehículo de lanzamiento, tendrá lugar una secuencia de activación automática de 22 minutos tras la cual el equipo de control en Alemania tomará las riendas para dar comienzo a la fase de lanzamiento y órbita temprana (LEOP).
Esos primeros momentos de la vida de una misión son críticos: es ahí cuando despierta la nave, extiende sus paneles y los equipos en tierra comprueban su estado tras los rigores del lanzamiento.
Es tan delicado este proceso que se puede resumir en un ejemplo: Algunos de los componentes de los instrumentos científicos de Solar Orbiter se encuentran en un brazo de 4,4 metros de longitud, alejados del cuerpo de la nave y sus posibles interferencias. Este brazo debe desplegarse antes de que se enciendan ciertos propulsores químicos, que podrían contaminar los instrumentos durante las maniobras.
Una vez que los sistemas e instrumentos de Solar Orbiter estén en funcionamiento, el satélite entrará en la fase de crucero, que se extenderá hasta noviembre de 2021. Durante este período, llevará a cabo dos maniobras de asistencia gravitatoria alrededor de Venus y otra de la Tierra para alterar la trayectoria de la nave y guiarla hacia las regiones interiores del sistema solar.
La sonda pasará por primera vez cerca del Sol a finales de marzo de 2022, a un tercio de la distancia entre nuestro planeta y la estrella. En ese momento, la nave se hallará en una órbita elíptica inicial de 180 días que le permitirá aproximarse al Sol cada seis meses. La nave se acercará al Sol más de lo que ninguna otra misión ha logrado, soportando un calor abrasador, y llevará sus telescopios hasta casi un cuarto de la distancia de nuestro planeta a la estrella. Así, proporcionará datos e imágenes únicos del Sol.
Solar Orbiter será el primer satélite en ofrecer imágenes de cerca de las regiones polares del Sol, muy difíciles de observar desde la Tierra, desde latitudes superiores a los 25 grados. Será capaz de casi coincidir con la rotación del Sol alrededor de su eje durante varios días, por lo que permitirá ver por primera vez cómo se forman las tormentas solares durante un periodo prolongado desde un mismo punto. También proporcionará datos sobre el lado del Sol no visible desde la Tierra.
Imágenes de cerca
Las imágenes de cerca de los extraños paisajes solares, donde el gas brillante danza y se ensortija en el potente campo magnético, se prometen espectaculares. Mostrarán detalles de 180 km de ancho (pensemos que el ancho del disco solar visible es de 1,4 millones de kilómetros). No solo los científicos, también el público en general quedará fascinado con la frenética actividad del Sol, tan apacible a primera vista.
En el momento de máxima velocidad a lo largo de su órbita alrededor del Sol, Solar Orbiter alcanzará la misma velocidad con que nuestra estrella rota sobre su eje. Será la primera vez en la historia de la exploración solar que una nave lo logre.
Solar Orbiter será capaz de hacer el seguimiento de una determinada región de la atmósfera solar durante mucho más tiempo que desde la Tierra. De este modo será posible observar durante días cómo se forman las tormentas en la atmósfera.
Los días de los misterios del Sol parecen estar contados a partir del próximo lanzamiento de Solar Orbiter.
Víctor Ingrassia
vingrassia@infobae.com
El Sol, nuestra estrella y fuente de energía cercana es una enana amarilla de unos 4600 millones de años sigue siendo un misterio en muchos aspectos.
Esta enana amarilla es una bola infernal sacudida por grandes explosiones internas que emanan al espacio grandes cantidades de materia: fotones, protones y electrones extremadamente energéticos que forman el viento solar.
Y los astrónomos y científicos de todo el mundo ponen cada vez más empeño y tecnología para estudiar a nuestro astro rey y a sus emisiones de energía que periódicamente llegan a la Tierra, a veces en forma violenta y causa problemas en las comunicaciones y hasta en el tendido eléctrico.
Con ese propósito, el próximo lunes la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea), lanzarán este fin de semana una nueva misión espacial hacia el Sol, llamada Solar Orbiter para tomar las primeras imágenes de sus polos norte y sur, además de aportar nuevos datos sobre la conexión de la Tierra con nuestra estrella.
Durante su viaje, estudiará de cerca el Sol y la heliosferainterior (las regiones inexploradas y más cercanas a nuestra estrella) y así comprender, e incluso predecir, el comportamiento errático de la estrella de la cual dependen nuestras vidas. En su punto más cercano, la nave se acercará al Sol más de lo que ninguna otra misión ha logrado, soportando un calor abrasador, y llevará sus telescopios hasta casi un cuarto de la distancia de nuestro planeta a la estrella. Así, proporcionará datos e imágenes únicos del Sol.
En esta misión clave, la Argentina tiene un rol protagónico, ya que la Estación de Seguimiento de la ESA en Malargüe, Mendoza, será parte importante en las distintas fases que atravesará la nave, incluído su viaje, órbita final y posterior recepción de información clave del Sol.
“Solar Orbiter será el primer satélite en ofrecer imágenes de cerca de las regiones polares del Sol, muy difíciles de observar desde la Tierra, desde latitudes superiores a los 25 grados. Será capaz de casi coincidir con la rotación del Sol alrededor de su eje durante varios días, por lo que permitirá ver por primera vez cómo se forman las tormentas solares durante un periodo prolongado desde un mismo punto. También proporcionará datos sobre el lado del Sol no visible desde la Tierra”, destacó Diego Pazos, ingeniero de Telespazio, la operadora local de la ESA en Argentina.
La nave se ubicará a casi un cuarto de la distancia de la Tierra al Sol, y quedará expuesta a una radiación solar 13 veces más intensa que la que experimentamos en la Tierra. Así, el satélite deberá soportar potentes emisiones de partículas atómicas procedentes de explosiones en la atmósfera solar.
Para resistir al entorno adverso y a las altísimas temperaturas, Solar Orbiter debe estar bien equipada. Aprovechará las nuevas tecnologías desarrolladas por la ESA para la misión BepiColombo a Mercurio, el planeta más cercano al Sol, como paneles solares termorresistentes y una antena de alta ganancia y alta temperatura.
“Desde Argentina estamos trabajando 8 personas, técnicos e ingenieros para dar soporte técnico a la gran antena, una de las 3 ubicadas en todo el mundo capacitada para comunicarse con las naves espaciales de viaje a grandes distancias y también para recibir los datos de telemetría e información que envíen”, sostuvo Pazos.
Y agregó: "Nuestro trabajo fuerte empieza a las 4 horas del lanzamiento de la misión Solar Orbiter para verificar que el satélite esté en la posición correcta. Después, en los siguientes tres días, se monitorea la Fase de Lanzamiento y Órbita Temprana (LEOP) donde se toma el control de la sonda y concluye cuando el satélite se sitúa en su órbita definitiva".
Pazos aclara que todo el trabajo de comunicación de la antena ubicada en Mendoza con la sonda espacial y la posterior recepción de información del Sol es operada desde Alemania en forma remota. El equipo de Argentina brinda el soporte técnico para que esto suceda en forma exitosa.
“A través de la antena DSA 3, los ingenieros en Alemania envían los telecomandos para ajustar la trayectoria de la sonda o bien para encender algún instrumento. La información se recibe a través de la telemetría", precisó Pazos.
Lanzamiento al Sol
Solar Orbiter despegará desde Cabo Cañaveral, Florida, a bordo de un cohete Atlas V 411 para estudiar de cerca el Sol y así comprender, e incluso predecir, el comportamiento errático de la estrella de la cual dependen nuestras vidas.
Una vez que se haya separado del vehículo de lanzamiento, tendrá lugar una secuencia de activación automática de 22 minutos tras la cual el equipo de control en Alemania tomará las riendas para dar comienzo a la fase de lanzamiento y órbita temprana (LEOP).
Esos primeros momentos de la vida de una misión son críticos: es ahí cuando despierta la nave, extiende sus paneles y los equipos en tierra comprueban su estado tras los rigores del lanzamiento.
Es tan delicado este proceso que se puede resumir en un ejemplo: Algunos de los componentes de los instrumentos científicos de Solar Orbiter se encuentran en un brazo de 4,4 metros de longitud, alejados del cuerpo de la nave y sus posibles interferencias. Este brazo debe desplegarse antes de que se enciendan ciertos propulsores químicos, que podrían contaminar los instrumentos durante las maniobras.
Una vez que los sistemas e instrumentos de Solar Orbiter estén en funcionamiento, el satélite entrará en la fase de crucero, que se extenderá hasta noviembre de 2021. Durante este período, llevará a cabo dos maniobras de asistencia gravitatoria alrededor de Venus y otra de la Tierra para alterar la trayectoria de la nave y guiarla hacia las regiones interiores del sistema solar.
La sonda pasará por primera vez cerca del Sol a finales de marzo de 2022, a un tercio de la distancia entre nuestro planeta y la estrella. En ese momento, la nave se hallará en una órbita elíptica inicial de 180 días que le permitirá aproximarse al Sol cada seis meses. La nave se acercará al Sol más de lo que ninguna otra misión ha logrado, soportando un calor abrasador, y llevará sus telescopios hasta casi un cuarto de la distancia de nuestro planeta a la estrella. Así, proporcionará datos e imágenes únicos del Sol.
Solar Orbiter será el primer satélite en ofrecer imágenes de cerca de las regiones polares del Sol, muy difíciles de observar desde la Tierra, desde latitudes superiores a los 25 grados. Será capaz de casi coincidir con la rotación del Sol alrededor de su eje durante varios días, por lo que permitirá ver por primera vez cómo se forman las tormentas solares durante un periodo prolongado desde un mismo punto. También proporcionará datos sobre el lado del Sol no visible desde la Tierra.
Imágenes de cerca
Las imágenes de cerca de los extraños paisajes solares, donde el gas brillante danza y se ensortija en el potente campo magnético, se prometen espectaculares. Mostrarán detalles de 180 km de ancho (pensemos que el ancho del disco solar visible es de 1,4 millones de kilómetros). No solo los científicos, también el público en general quedará fascinado con la frenética actividad del Sol, tan apacible a primera vista.
En el momento de máxima velocidad a lo largo de su órbita alrededor del Sol, Solar Orbiter alcanzará la misma velocidad con que nuestra estrella rota sobre su eje. Será la primera vez en la historia de la exploración solar que una nave lo logre.
Solar Orbiter será capaz de hacer el seguimiento de una determinada región de la atmósfera solar durante mucho más tiempo que desde la Tierra. De este modo será posible observar durante días cómo se forman las tormentas en la atmósfera.
Los días de los misterios del Sol parecen estar contados a partir del próximo lanzamiento de Solar Orbiter.