La vida con Koke es mejor

Madrid, AS
Los números son incontestables pero aún más lo son las sensaciones. El Atlético de febrero nada tiene que ver con el de enero. Entonces encadenó un mes sin ganar en Liga, ahora cero derrotas en cuatro partidos. Un alta lo cambió todo. La de Koke Resurrección (Madrid, 1992), el brazalete volvía a su brazo, la victoria también al Atlético. Los pitos que una parte de la grada le dedicó en septiembre suenan más a herejía. Por eso juega siempre, que podría decir Simeone. No hay ningún futbolista del Atlético que mejore a sus compañeros como lo hace el capitán.


Koke se lesionó el 22 de diciembre en el partido ante el Betis (1-2) y fue baja también en el siguiente, ante el Levante (2-1). Forzó para estar en Arabia, la Supercopa de España, pero sólo pudo jugar 27 minutos ante el Barcelona. Ahí, clac, lesión miotendiosa, obligación a parar. Cómo vivió el derbi de la Supercopa desde la grada, sin poder ayudar a sus compañeros en el césped, sin dejar de levantarse en su asiento, bajar a animar a sus compañeros al final de los 90', antes de los penaltis, fue otro partido dentro del partido. Entonces el invierno cayó sobre el Atlético. Invierno frío, a plomo. Cinco partidos sin el capitán, cuatro derrotas. Madrid en la Supercopa, Eibar en Liga, Cultural en Copa y Madrid otra vez en Liga. Entre medias, Leganés, empate. Invierno friísimo.

Koke regresó ante el Granada. Titular. Y, voilá, el Atlético volvió a ganar. Ya sería tendencia. Si en su ausencia se tambaleó hasta la presencia en los puestos Champions, en estos momentos el equipo del Cholo vuelve a ser tercero. Después del Granada llegó el Valencia, empate, y más tarde el Liverpool, el 'coco' de Europa, el campeón de la Champions, el equipo de Klopp que sólo había perdido dos partidos en la temporada, y uno disputado con su equipo C, y 1-0, victoria rojiblanca, y luego lo hizo el Villarreal, el equipo con el que el Cholo tiene peor porcentaje de victorias (33%) en Liga por detrás del Madrid (24%) y del Barça (0%), y también victoria. Y gol de Koke, el tercero de la temporada, pero el primero de su vida que puede dedicarle a su hijo, Leo. La vida con Koke como la vida pirata, la vida mejor.

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