La última bala de Guardiola

Manchester, AS
Ni en los momentos más oscuros, ya sea cuando el Real Madrid de Carlo Ancelotti le endosó a su Bayern de Múnich un 5-0 en el global de unas semifinales de la Champions, o ahora que el Liverpool le saca 19 puntos en la Premier League, existe alguien, una sola persona, que tenga dudas de que Guardiola es un genio que llegó para revolucionar el fútbol.


Más allá de los resultados, el mundo se enamoró de su estilo. El problema llega, y ha llegado siempre para él, cuando, pasados tres años de idilio, los títulos importantes dejan de levantarse, el cómo se gane pierde importancia y, tanto él, como sus jugadores, la prensa y la afición se cansan del discurso y del estilo 'Pep'. Es el momento en que Guardiola, y toda su filosofía, emigran en busca de una nueva ilusión.

Le ocurrió en Barcelona, a pesar de protagonizar una de las etapas más gloriosas de la entidad de la mano de Leo Messi; le pasó también en Alemania, donde, empachados de títulos, no terminaron de entenderle; y podría pasarle de nuevo en Inglaterra si no consigue levantar el título de campeón de Europa. La sanción de la UEFA, si es que no llega a fructificar el recurso de apelación, pondrá a prueba su compromiso con el club, que contractualmente es hasta 2021 pero que él ya ha asegurado que durará como mínimo hasta que se le levante el castigo a la entidad… o hasta que decidan echarle, situación que no parece posible en este momento.

A nivel personal la eliminatoria contra el Real Madrid podría desencadenar, por tanto, una frustración que le duraría como mínimo los dos años que se quede sin competir en Europa, o, por el contrario, desatar un estado de euforia que le haga recuperar la confianza en sí mismo y desterrar un fantasma llamado Jürgen Klopp.

La irrupción del germano con el mejor Liverpool de la historia está poniendo en duda el pensamiento único entorno al fútbol de posesión, ya que los reds, que no juegan encadenados a unos parámetros delimitados de estilo, lo están ganando todo. Lo mismo aplastan al contragolpe que desde el control de pelota, y todo desde el compromiso físico de todos sus hombres. El milagro de la caja de herramientas de Klopp ha ensombrecido el trabajo del catalán, que llegó como el gran gurú del fútbol moderno y ahora no convive bien con estar en el segundo puesto.

Además, el alemán ya ha conseguido superar una barrera mental que va camino del trauma para el ex del Barça: ganar la Champions. Desde que salió de España no ha sido capaz de volver a levantarla, algo que no se le escapa a nadie. Guardiola es consciente por tanto de que, por mucho que le fastidie el resultadismo imperante en el fútbol, si quiere sentarse en el trono de mejor entrenador de su generación debe aprovechar esta quizás la última bala en el City para volver a proclamarse campeón de Europa.

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