La ONU denunció que el conflicto en el noroeste de Siria llegó a “un nivel horrible”: ya son casi un millón los desplazados
El secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, indicó que la mayoría de esas personas son mujeres y niños. Detalló que los campos de refugiados están llenos, por lo que se ven “obligados a dormir fuera con temperaturas gélidas”
Infobae
El conflicto en el noroeste de Siria ha llegado “a un nivel horrible” y provocado la huida de 900.000 personas desde el comienzo de la ofensiva del régimen de Bashar al Assad en diciembre de 2019, según denunció este lunes la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En un comunicado publicado este lunes, el secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, aseguró además que la mayor cantidad de personas que componen esa cifra son mujeres y niños”. La cifra representa un aumento de 100.000 desplazados respecto a la anterior, divulgada el pasado jueves.
“Están traumatizados y obligados a dormir fuera con temperaturas gélidas porque los campos (de refugiados) están llenos. Las madres queman plásticos para calentar a los niños. Bebés y niños pequeños mueren de frío”, detalló Lowcock en una misiva que transmitía su indignación.
El funcionario explicó, además, que la violencia en esa región siria es indiscriminada y la infraestructura sanitaria, las escuelas, las zonas residenciales, las mezquitas y los mercados han sido afectadas: “Las escuelas están suspendidas, muchas instalaciones de salud han cerrado. Existe un grave riesgo de brotes de enfermedades. La infraestructura básica se está desmoronando”.
Con el apoyo de Rusia, el régimen sirio lanzó en diciembre una ofensiva contra la región de Idlib y áreas adyacentes, el último gran bastión yihadista y rebelde de Siria.
Para Lowcock, “la violencia en el noroeste de Siria es ciega” y la “única opción” es un alto el fuego. “Recibimos informaciones según las cuales los lugares donde se encuentran las personas desplazadas están siendo atacados, lo que causa muertes, heridos y nuevas huidas”. “Los propios trabajadores humanitarios son desplazados o mueren”, añadió el funcionario de la ONU.
También explicó que se ha lanzado “una enorme operación de rescate” desde Turquía, pero aseguró que el personal se está viendo “superado” por la magnitud de la catástrofe. “Está en marcha una gran operación de ayuda, al otro lado de la frontera con Turquía, pero está saturada. Los equipos e instalaciones que utilizan los trabajadores humanitarios están siendo dañados. Los propios trabajadores humanitarios están siendo desplazados y asesinados”.
“La mayor tragedia humanitaria del siglo XXI solo se evitará si los miembros del Consejo de Seguridad (...) dejan de lado sus intereses individuales”, declaró.
En septiembre de 2018, en la ciudad rusa de Sochi, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, acordaron la creación de una franja de entre 15 y 20 kilómetros de ancho, que abarca las provincias de Hama, Idlib, Alepo y Latakia, para dividir las posiciones de las tropas sirias y la oposición armada.
Iniciada en marzo de 2011 con la represión de manifestaciones pacíficas, la guerra de Siria ha causado más de 380.000 muertos.
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El conflicto en el noroeste de Siria ha llegado “a un nivel horrible” y provocado la huida de 900.000 personas desde el comienzo de la ofensiva del régimen de Bashar al Assad en diciembre de 2019, según denunció este lunes la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En un comunicado publicado este lunes, el secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, aseguró además que la mayor cantidad de personas que componen esa cifra son mujeres y niños”. La cifra representa un aumento de 100.000 desplazados respecto a la anterior, divulgada el pasado jueves.
“Están traumatizados y obligados a dormir fuera con temperaturas gélidas porque los campos (de refugiados) están llenos. Las madres queman plásticos para calentar a los niños. Bebés y niños pequeños mueren de frío”, detalló Lowcock en una misiva que transmitía su indignación.
El funcionario explicó, además, que la violencia en esa región siria es indiscriminada y la infraestructura sanitaria, las escuelas, las zonas residenciales, las mezquitas y los mercados han sido afectadas: “Las escuelas están suspendidas, muchas instalaciones de salud han cerrado. Existe un grave riesgo de brotes de enfermedades. La infraestructura básica se está desmoronando”.
Con el apoyo de Rusia, el régimen sirio lanzó en diciembre una ofensiva contra la región de Idlib y áreas adyacentes, el último gran bastión yihadista y rebelde de Siria.
Para Lowcock, “la violencia en el noroeste de Siria es ciega” y la “única opción” es un alto el fuego. “Recibimos informaciones según las cuales los lugares donde se encuentran las personas desplazadas están siendo atacados, lo que causa muertes, heridos y nuevas huidas”. “Los propios trabajadores humanitarios son desplazados o mueren”, añadió el funcionario de la ONU.
También explicó que se ha lanzado “una enorme operación de rescate” desde Turquía, pero aseguró que el personal se está viendo “superado” por la magnitud de la catástrofe. “Está en marcha una gran operación de ayuda, al otro lado de la frontera con Turquía, pero está saturada. Los equipos e instalaciones que utilizan los trabajadores humanitarios están siendo dañados. Los propios trabajadores humanitarios están siendo desplazados y asesinados”.
“La mayor tragedia humanitaria del siglo XXI solo se evitará si los miembros del Consejo de Seguridad (...) dejan de lado sus intereses individuales”, declaró.
En septiembre de 2018, en la ciudad rusa de Sochi, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, acordaron la creación de una franja de entre 15 y 20 kilómetros de ancho, que abarca las provincias de Hama, Idlib, Alepo y Latakia, para dividir las posiciones de las tropas sirias y la oposición armada.
Iniciada en marzo de 2011 con la represión de manifestaciones pacíficas, la guerra de Siria ha causado más de 380.000 muertos.