La lesión de Dembélé provoca una caza de brujas en el Barça

El caos médico, las decisiones erráticas, los errores de bulto y la deficiente comunicación se han apoderado del día a día en la gestión de la entidad.

Javier Miguel
As
El caso Dembélé ejemplifica perfectamente el grado de desconcierto y desatino que se ha apoderado en el club en los últimos meses. Uno de los departamentos del club que era la joya de la corona de la entidad, los servicios médicos, se ha abocado a una serie de errores y decisiones erráticas que están poniendo en brete el prestigio que se había forjado a lo largo de los años.


El pasado lunes, durante el entrenamiento matinal, Dembélé se retiraba antes de finalizar la sesión al notar un pinchazo en la parte posterior del muslo derecho. Evidentemente todas las alarmas saltaron en ‘Can Barça’: se trataba de la misma zona donde el jugador se había lesionado hace dos meses y de la que estaba a punto de recuperarse y recibir el alta. Las primeras pruebas a las que se sometió al jugador -una ecografía en la Ciutat Esportiva- descartaron la rotura y señalaron simplemente unas molestias por “fatiga muscular”. Así pues, el club emitió un comunicado en un tono tranquilizador, asegurando que el jugador seguiría “con su recuperación”.

Sin embargo, Dembélé llamó preocupado al día siguiente al delegado: le seguía haciendo mucho daño el muslo -ya estaba en frío- y que casi no podía apoyar el pie porque la pierna no le sostenía. Los médicos se pusieron manos a la obra y le volvieron a realizar más pruebas, con la sorpresa, teñida de incredulidad, de que la ecografía mostraba ahora una rotura total del tendón proximal del bíceps femoral de la pierna derecha. Una lesión que no supieron ver en las primeras pruebas y que dejan en muy mal lugar a los responsables médicos del Barcelona. Y es que no estamos hablando de una pequeña rotura, que se puede escapar en el diagnóstico, sino de una rotura completa.

Ni que decir tiene que la peor parte se la llevó el propio jugador -ahora mismo absolutamente hundido-, sobre todo porque le habían asegurado que se trataba de un percance menor y que en quince días estaría recuperado. Cosas así generan una desconfianza absoluta de los jugadores a los médicos.

Aparte de los galenos, también quedan señalados los recuperadores. Y es que una vez más ha habido una recaída en una rehabilitación. No hay que olvidar que Leo Messi esta misma temporada estuvo un mes más de baja por culpa de una mala gestión en la recuperación. Y ahora ha vuelto a pasar, en el caso del Dembélé, una situación similar, pero si cabe más grave.

Y también el departamento de comunicación queda bajo la sombra de duda porque ha pasado de emitir comunicados médicos concisos y claros a otros mucho más difusos y que a veces aportan más desinformación que información.

No se puede descartar que en las próximas horas se produzca algún movimiento en el área de los servicios médicos porque su máximo responsable, Ramon Canal, tiene más de un frente abierto. De hecho, el martes por la tarde hubo una cumbre médica donde hubo más de un reproche. Está por ver si finalmente el propio Josep Maria Bartomeu toma cartas en el asunto obligado por los acontecimientos.

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