El otro laberinto de Ferrari

Quieren que el SF1000 sea flexible en sus reglajes para satisfacer a ambos pilotos. Vettel y Leclerc parten con el mismo estatus, aunque habrá "órdenes de equipo".

Jesús Balseiro
As
Ferrari quiere que su SF1000 permita una configuración flexible. Unos reglajes que puedan satisfacer por igual a Vettel y a Leclerc, que son dos pilotos con requerimientos muy diferentes en el asfalto. El alemán quiere un coche fijado al suelo, al monegasco no le molesta cierto sobreviraje y un tren trasero algo más suelto, y por ahí han ido algunas de las decisiones de la Scuderia durante el invierno. Los dos pilotos confirman esta flexibilidad en el 'set-up', que es una de las particularidades del monoplaza que los italianos están testando hasta el extremo durante los entrenamientos de Barcelona.


"Queremos confirmar la correlación en muchas condiciones, tener una foto completa del coche, entender lo que pueda ir mal y corregir los problemas. No ha habido problemas, simplemente queremos entender bien nuestro paquete", explica Binotto, jefe del equipo. Y es que, aunque hayan transmitido inferioridad, el programa de pruebas de Ferrari se ha seguido al dedillo sin buscar vueltas rápidas, "sin optimizar los reglajes y sin buscar prestaciones", algo que harán durante la segunda semana. Si bien es cierto que no habrá grandes alardes tecnológicos en forma de piezas nuevas, el coche rojo aún tiene mucho que mostrar.

Vettel, sobre el plan de trabajo: "Obviamente en pocas vueltas se sienten las características del coche, aunque en algunos puntos sea similar al del año pasado. Sigue siendo pronto, pero parece más rápido. Tenemos un plan con varios puntos que queremos corroborar y vamos en esa dirección. Ahora depende de nosotros explorar el coche entero y ver cómo responde en la pista". El tetracampeón alemán, de 32 años, sigue siendo la referencia en la pista: no en vano, él debía estrenar el coche en Barcelona y cerrar el programa el próximo viernes, aunque la gripe le impidió cumplir con el primer cometido.

El otro reto de Maranello, aparte de encontrar rendimiento y mejorar el 2019 (con nueve poles, pero sólo tres victorias y muy lejos de Mercedes), es encajar las ambiciones de Leclerc (22 años) y 'Seb'. Ya no habrá pilotos prioritarios, aunque sí objetivos comunes para la escudería. Binotto lo confirma: "El año pasado fue útil para que conociéramos nuestros roles y nuestras prioridades. Los dos pilotos se conocen mejor ahora y estoy muy contento por cómo han ido las discusiones y contribuciones al coche y al equipo. Creo que no hay mucho más que decirles porque entienden perfectamente cómo se deben comportar en el coche".

En resumen, no habrá otro accidente como el de Brasil porque no puede haberlo. Aunque las órdenes de equipo tampoco van a desaparecer de golpe. "Charles ya ha demostrado que está preparado, hizo una fantástica temporada en 2019 y alcanzó el nivel de Sebastian para encontrar los resultados. Por eso empiezan la temporada al mismo nivel, pero la primera prioridad es siempre el equipo. Seguirá habiendo órdenes de equipo para beneficiar siempre a la escudería", traslada el ingeniero suizo. Ferrari afronta curvas en todos los frentes.

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