Cantona-Deschamps: un odio desde 1996 por "llevar las botellas de agua"

Aunque no coincidieron, Eric nunca tragó a Didier y no lo escondió. Hoy, Deschamps irá a juicio contra King Eric, acusado de difamación por el seleccionador.

Alberto P. Sierra
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Pocos días después de que Didier Deschamps diera su lista de 23 para la Eurocopa de 2016 que Francia jugaba en casa, Eric Cantona vertió la sospecha de racismo cuestionando las motivaciones del ex de la Juventus para hacer la lista con motivo de dos ausencias, las de Karim Benzema y Hatem Ben Arfa.


"Deschamps tiene un nombre muy francés. Tal vez sea el único en Francia que tiene un nombre realmente francés. Nadie de su familia está mezclado con nadie. Como los mormones en América. No me sorprende que haya usado la situación de Benzema para no llevarlo. Ben Arfa puede ser el mejor de Francia pero tiene ciertos orígenes. ¿Si Deschamps es racista? Tal vez no, tal vez si. Algo es seguro, son dos de los mejores jugadores de Francia, no estarán y tienen raíces del norte de África. El debate existe", aseguró Cantona.

Deschamps le denunció y hoy, se verán en los juzgados ya que 'King Eric' está acusado por difamación. "Hay una línea que no se puede cruzar. Y cuando tocas a la familia, es inaceptable. Voy a ir hasta el final", prometió y cumplió el francés.
El origen de la disputa

El asunto, según explica L'Equipe en un extenso dossier, viene de lejos. La teoría más extendida, e imposible de confirmar por el diario francés, es que Deschamps trató de convencer a Jaquet, seleccionador francés, de que Cantona, capitán, no fuera convocado para la Eurocopa de 1996. El motivo: la patada de Eric al aficionado del Crystal Palace que profirió insultos racistas contra él. Su intención, según fuentes cercanas a Cantona consultadas por L'Equipe, era hacerse de manera definitiva con el vestuario de la selección.

Una versión difícil de dar por verdad absoluta que, según añaden otras fuentes, también se contrapone a la negativa de Cantona a acudir cuando el seleccionador le pidió jugar de delantero y no como mediapunta, puesto que el quería. Sea como fuera, Didier se hizo con el brazalete.

Pasada la Eurocopa, Cantona tiró con bala. El delantero dijo en la Gazetta dello Sport antes de un Juventus-United que era un jugador que solo valía para "llevar las botellas de agua" y que a alguien que pudiera hacer lo que él hacía te lo podías encontrar "en la esquina de cualquier calle".

No sería la última vez que hablaría de él. "Didier juega al monje, al monje moralizador, pero acabará cayendo en todos los vicios del mundo", aseguraba ese mismo mes. L'Equipe afirma que Cantona siempre vio a Deschamps como alguien que se mueve bien en las sombras de la política y que le molestó profundamente desde su etapa en Marsella.

Ahí, pone L'Equipe el foco, cuando Tapie, presidente del OM, echó al delantero por irse de un partido benéfico. Este diario asegura que Cantona, ya desde Manchester, estaba al día de la buena relación que mantenían Deschamps con el máximo mandatario marsellés. Algo que no le gustó en absoluto ya a finales de los 80 y que, con los años fue a más. Hoy, la batalla dialéctica entre ambos llegará a los tribunales de París.

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