Abelairas, jugador de Palmaflor
El Pitu Abelairas largó por un año y hace un mes volvió: está en el Palmaflor de Bolivia. Habla del parate, cuenta que llegó a perder la motivación y se emociona con River: “Hoy soy un hincha más”. Ah, y no duda: “Gallardo es el mejor DT de la historia del club”.
Olé
La historia de Matías Abelairas es similar a la de varios jugadores, que por alguna u otra razón, en un momento de su carrera llegan a perder la motivación. Y por un tiempo, deciden parar la pelota, ponerla bajo la suela y analizar su realidad. Esto le ocurrió al ex volante de River, que luego de estar casi un año sin pisar las canchas, retomó la actividad en Palmaflor, equipo de Bolivia que acaba de ascender a Primera y que recibió a Matías como un ídolo. “La gente me trató muy bien y tiene muchas expectativas conmigo”, le dice el Pitu, de 34 años, a Olé.
-¿Cómo te vas adaptando a este nuevo desafío?
-Para mí ésta es una nueva experiencia. Más que nada porque el año pasado había perdido un poco la motivación y las ganas de seguir jugando. Sin embargo, después de analizar todo el esfuerzo que hice a lo largo de mi vida para ser futbolista, era una pena que me retirara a esta edad. Si bien no soy joven para los tiempos del fútbol, aún creo que me queda un poco más para dar.
Ya sumó minutos con la camiseta de Palmaflor.
Ya sumó minutos con la camiseta de Palmaflor.
-¿Qué te llevó a perder la motivación?
-El último año y medio no estuve con mucho rodaje y para un futbolista lo más lindo es jugar, competir. A mi edad, el entrenamiento lo disfruto, pero verdaderamente lo que te mueve es jugar. Incluso, en junio rechacé varias ofertas porque estaba sin ganas. Pero saber que me fui de mi casa a los 13 años, más la suma de esfuerzos que hice, me llevaron a cambiar esa decisión.
-¿Se te cruzó por la cabeza el retiro?
-Obvio, lo pensé muchas veces. No me pasó el tema de deprimirme, por suerte lo pude tomar con tranquilidad. Pero quise volver porque sentía que me faltaba algo, esa vida de vestuario que siempre disfruté. A mí jugar al fútbol es lo que me apasiona, así que esto fue algo que volvió a llenarme de ganas.
-¿Con qué liga te encontraste?
-Es muy competitiva. El jugador boliviano es muy bueno técnicamente y es complicadísimo jugar en la altura. No es fácil adaptarse acá.
-¿Y cómo lo manejás?
-De a poco la voy llevando. Estoy hace casi un mes, pero al principio es bastante complicado. Imaginate que subir a casi 3.000 metros, y para jugar al fútbol, se siente mucho, sobre todo en las piernas.
El el diez del equipo.
El el diez del equipo.
-¿Cómo es volver tras una larga inactividad?
-Desde lo físico me siento muy bien. Quizá de lo futbolístico me falte un poco. Mi último club fue Independiente Rivadavia y ahí acumulé un largo parate. Con el correr de los días voy a ir agarrando el ritmo.
-Cada vez hay más argentinos que eligen ir a jugar a Bolivia, ¿qué es lo que llama la atención?
-Es un gran lugar. La ciudad donde está el club, Cochabamba, es hermosa. Un lugar para vivir tranquilo. Acá está el Pochi Chávez, es un ídolo y la gente lo quiere mucho. Ojalá que a mí me pueda ir así. El Pochi viene haciendo las cosas muy bien acá. Es para admirar.
El Pitu debutó en River en 2004, con 17 años. Estuvo hasta el 2011 (ganó dos títulos, Clausura 2004 y 2008). Una lesión lo mantuvo alejado de las canchas cuando el club descendió en aquel 2011. Luego pasó por el Glasgow, Puebla, Unión Española, el Vaslui de Rumania, Banfield, Independiente Rivadavia y hasta estuvo en Chipre.
-Te tocó vivir muchas cosas en River, ¿hoy cómo ves este momento que atraviesa el club?
-Es increíble. Si digo que River volvió a ser River, no estoy descubriendo nada. Pero sinceramente me llena de satisfacción. Yo soy un hincha más, estuve ahí desde los 13 años. Tuve el privilegio de jugar con Gallardo y Ortega, dos monstruos, jugadores de una gran jerarquía.
Debutó en el Millonario en el 2004.
Debutó en el Millonario en el 2004.
-¿Y cómo vivís la era de Gallardo?
-A Marcelo ya se le veía ese liderazgo que tiene en la cancha. Es una persona que exigía mucho, pero para bien. Sin dudas es el mejor entrenador en la historia del club.
Olé
La historia de Matías Abelairas es similar a la de varios jugadores, que por alguna u otra razón, en un momento de su carrera llegan a perder la motivación. Y por un tiempo, deciden parar la pelota, ponerla bajo la suela y analizar su realidad. Esto le ocurrió al ex volante de River, que luego de estar casi un año sin pisar las canchas, retomó la actividad en Palmaflor, equipo de Bolivia que acaba de ascender a Primera y que recibió a Matías como un ídolo. “La gente me trató muy bien y tiene muchas expectativas conmigo”, le dice el Pitu, de 34 años, a Olé.
-¿Cómo te vas adaptando a este nuevo desafío?
-Para mí ésta es una nueva experiencia. Más que nada porque el año pasado había perdido un poco la motivación y las ganas de seguir jugando. Sin embargo, después de analizar todo el esfuerzo que hice a lo largo de mi vida para ser futbolista, era una pena que me retirara a esta edad. Si bien no soy joven para los tiempos del fútbol, aún creo que me queda un poco más para dar.
Ya sumó minutos con la camiseta de Palmaflor.
Ya sumó minutos con la camiseta de Palmaflor.
-¿Qué te llevó a perder la motivación?
-El último año y medio no estuve con mucho rodaje y para un futbolista lo más lindo es jugar, competir. A mi edad, el entrenamiento lo disfruto, pero verdaderamente lo que te mueve es jugar. Incluso, en junio rechacé varias ofertas porque estaba sin ganas. Pero saber que me fui de mi casa a los 13 años, más la suma de esfuerzos que hice, me llevaron a cambiar esa decisión.
-¿Se te cruzó por la cabeza el retiro?
-Obvio, lo pensé muchas veces. No me pasó el tema de deprimirme, por suerte lo pude tomar con tranquilidad. Pero quise volver porque sentía que me faltaba algo, esa vida de vestuario que siempre disfruté. A mí jugar al fútbol es lo que me apasiona, así que esto fue algo que volvió a llenarme de ganas.
-¿Con qué liga te encontraste?
-Es muy competitiva. El jugador boliviano es muy bueno técnicamente y es complicadísimo jugar en la altura. No es fácil adaptarse acá.
-¿Y cómo lo manejás?
-De a poco la voy llevando. Estoy hace casi un mes, pero al principio es bastante complicado. Imaginate que subir a casi 3.000 metros, y para jugar al fútbol, se siente mucho, sobre todo en las piernas.
El el diez del equipo.
El el diez del equipo.
-¿Cómo es volver tras una larga inactividad?
-Desde lo físico me siento muy bien. Quizá de lo futbolístico me falte un poco. Mi último club fue Independiente Rivadavia y ahí acumulé un largo parate. Con el correr de los días voy a ir agarrando el ritmo.
-Cada vez hay más argentinos que eligen ir a jugar a Bolivia, ¿qué es lo que llama la atención?
-Es un gran lugar. La ciudad donde está el club, Cochabamba, es hermosa. Un lugar para vivir tranquilo. Acá está el Pochi Chávez, es un ídolo y la gente lo quiere mucho. Ojalá que a mí me pueda ir así. El Pochi viene haciendo las cosas muy bien acá. Es para admirar.
El Pitu debutó en River en 2004, con 17 años. Estuvo hasta el 2011 (ganó dos títulos, Clausura 2004 y 2008). Una lesión lo mantuvo alejado de las canchas cuando el club descendió en aquel 2011. Luego pasó por el Glasgow, Puebla, Unión Española, el Vaslui de Rumania, Banfield, Independiente Rivadavia y hasta estuvo en Chipre.
-Te tocó vivir muchas cosas en River, ¿hoy cómo ves este momento que atraviesa el club?
-Es increíble. Si digo que River volvió a ser River, no estoy descubriendo nada. Pero sinceramente me llena de satisfacción. Yo soy un hincha más, estuve ahí desde los 13 años. Tuve el privilegio de jugar con Gallardo y Ortega, dos monstruos, jugadores de una gran jerarquía.
Debutó en el Millonario en el 2004.
Debutó en el Millonario en el 2004.
-¿Y cómo vivís la era de Gallardo?
-A Marcelo ya se le veía ese liderazgo que tiene en la cancha. Es una persona que exigía mucho, pero para bien. Sin dudas es el mejor entrenador en la historia del club.