Zidane sentencia a Bale

El técnico no convoca al galés para el encuentro ante el Sevilla sin que éste tuviera alguna molestia física: el club ha afirmado a AS que no tiene problema físico alguno.

Agustín Martín
As
Tras una semana de tranquilidad después de haberse proclamado campeón de la Supercopa, las aguas volvieron a enturbiarse en el seno del Real Madrid. Zinedine Zidane decidió no convocar a Gareth Bale, ausente en el torneo supercopero de Arabia aquejado de la infección en el tracto respiratorio, para el partido ante el Sevilla (este sábado, 16:00 horas, Movistar LaLiga). El galés, que se había entrenado toda la semana, vuelve a caerse de una convocatoria blanca. AS ha preguntado al club y éste aseguró que Bale no tenía nada físico. No hay parte médico del Madrid a esta hora, así que todo confirma que es una decisión puramente técnica. Parece que Zidane le ha sentenciado.


Como Bale, Zidane tampoco citó a Sergio Ramos, James y Mariano. El primero está recuperándose de una torcedura en su tobillo, mientras que los dos últimos son también por decisión técnica.

Aunque la plantilla se encontraba en Arabia, tanto Bale como Benzema acudieron a las instalaciones blancas para seguir con su recuperación. Esta semana, el galés se ejercitó con normalidad. En la web del club hay imágenes del galés estos días trabajando con total normalidad. Incluso en la mañana del viernes, en la última sesión de la semana, el 11 blanco trabajó al mismo ritmo que el resto de la plantilla. Ahora, y ante un encuentro como el del Sevilla, el galés lo volverá a ver desde el palco de jugadores. Apuesten a que se irá antes del término del mismo, como ha venido haciendo a lo largo de esta temporada.

Cierto es que Bale ha venido contando con minutos a lo largo de la campaña pese a no tener el cariño de Zidane. Su frase en Kiev, tras la final de la Champions ante el Liverpool ("Necesito jugar cada fin de semana, algo que no ha ocurrido esta temporada. Estuve lesionado 5 semanas y no he tenido regularidad. Obviamente me tengo que sentar con mi representante para hablar"), cayeron como una bomba en el seno de la directiva… y de Zidane, que se sintió atacado. Zizou, un formidable gestor de grupos que valora al grupo por encima de todos los elementos, veía atacado su hábitat. Acabó marchándose por diferencias con la directiva. A su regreso, aseguró que iban "a cambiar cosas", pero el caso Bale no sólo no se cambia. Es que no deja de dar vueltas.

El galés (cobra 17 millones de euros, otro hándicap para su posible venta y con contrato hasta 2022) comenzó bien, pese a las intenciones del técnico en pretemporada ("Está negociando su salida; si se va mañana, mejor"). Salió como titular en Vigo, asistió a Benzema en el gol que abrió la Liga para los blancos, hizo un doblete en la tercera jornada en Villarreal y… ahí se frenó el olfato goleador del galés, que suma 140 días sin ver puerta.

Poco a poco, lo que parecía un problema que se estaba resolviendo paulatinamente, dio un giro de 180 grados. Una acertada medida de Zidane (no le convocó para el primer encuentro del Madrid en Champions en el primer encuentro de los blancos en el Bernabéu en esta competición ante el Brujas para darle descanso) le dejó descolocado. Llegó tarde al estadio: el partido empezaba a las 18:55 y él llegó a las 18:59 (cierto es que ese día hubo un tráfico infernal en los alrededores del estadio). Ese mismo mes de octubre se marchó con su selección y volvió lesionado. No jugó en un mes y se volvió a marchar con la selección galesa.

Allí y tras clasificarse para jugar la fase final de la Eurocopa 2020, volvió a llenar los focos tras una polémica celebración: Bale saltaba de felicidad con una pancarta que ponía "Wales. Golf. Madrid. In that order Gales. Golf. Madrid. En ese orden"), algo que enervó a los aficionados blancos. Cabe destacar la sonora pitada que recibió al saltar al campo el 23 de noviembre, en el encuentro que el Madrid ganó a la Real Sociedad (3-1).

Su relación con la grada está siendo como una montaña rusa: tras empezar escuchando aplausos, la afición blanca parece haberse cansado de él por sus continuos gestos: simulando golpes de golf durante los entrenamientos (hasta recibió un palo en la cena de navidad que celebró la plantilla a comienzos de diciembre), jugando en el banquillo de Mestalla ante de saltar al terreno de juego… el galés parece estar ausente de todo lo que rodea al equipo blanco. Y Zidane, que sigue asegurando que cuenta con todos los jugadores, ya se ha cansado de la actitud del galés (incapaz, por ejemplo, de sonreír en la entrega de vehículos a los jugadores).

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