Tuchel se enfrenta a un dilema con el PSG

París, AS
Desde que Thomas Tuchel llegó al PSG, uno de los principales problemas que se ha encontrado ha sido la modelización de un sistema para afrontar los partidos importantes. La temporada pasada, el técnico alemán tuvo que reinventarse con tres centrales ante la plaga de lesiones, para después sucumbir contra el Manchester United en los octavos de final de la Champions League.

Tras el empate a tres el domingo contra el Mónaco,las críticas hacia la forma de defender del PSG se han incrementado. El equipo de Robert Moreno tuvo muchas ocasiones para ganar el encuentro, y la pasividad defensiva de los parisinos han puesto en entredicho un 4-4-2 que había sido impecable hasta la fecha en la Ligue 1. El técnico, en rueda de prensa, quiso quitar hierro al asunto y afirmó que los sistemas son números y de lo que depende el fútbol es de la ocupación de espacios.

El PSG arrancó la temporada utilizando el 4-3-3 con la presencia de Marquinhos en el centro del campo. Eso permitía al equipo jugar durante mucho tiempo en campo rival, y que los riesgos se minimizaran en la transición defensiva. Si Mbappé, Neymar e Icardi no defendían, el centro del campo se estiraba al máximo para intentar contrarrestar la ausencia de tres jugadores. Sin embargo, desde que Tuchel ha cambiado al 4-4-2 para incluir a Di María en el once, los rivales han sabido indagar en los puntos débiles del sistema, atacando por banda e impidiendo a uno de los mediocentros ir a la cobertura para subsanar la falta de efectivos. El PSG defiende ahora con seis futbolistas, mientras que antes, la presencia de Marquinhos en el medio (ahora ha retrasado su posición para que el "fideo" pueda ocupar la banda derecha) daba un equilibrio que ahora mismo no tienen los parisinos.

La pregunta es, ¿es sostenible afrontar los partidos de máxima exigencia con cuatro atacantes? Tuchel ya dijo en rueda de prensa que había focalizado a Neymar y Di María sin balón para intentar evitar situaciones como la del Mónaco el domingo. Sin embargo, cuando el rival le ha sabido defender, el PSG ha sido incapaz de encontrar el equilibrio con el 4-4-2. Son muchos los que piden la vuelta el 4-3-3, aunque ello suponga el sacrificio de uno de los delanteros. El partido de mañana contra el Mónaco será decisivo para determinar si es sustentable priorizar atacar antes que ajustar al equipo en defensa.

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