SLF: un fracaso a 300 km/h

El campeonato, creado en 2008, contaba con equipos de fútbol como patrocinadores, pero no logró mantenerse en la parrilla tras tres temporadas.

Felipe Manchón
As
“Fútbol a 300 kilómetros por hora”. Con este eslogan se presentó en 2008 la Superleague Fórmula, un campeonato de automovilismo cuya particularidad era que los patrocinadores eran equipos de fútbol. El proyecto tuvo cuatro ediciones, y pasó por momentos de gloria, como 2010, cuando participaron 19 escuderías, y por momentos de oscuridad, como su final abrupto en 2011 tras dos carreras y con más de la mitad del calendario por disputar. Desde entonces, no se ha vuelto a hablar de la Superleague Fórmula, a pesar de que inicialmente se planteó recuperarlo, y el proyecto ha pasado a la historia como uno de los mayores fracasos recientes del automovilismo mundial.


Aquella prueba tenía algunas diferencias con los grandes campeonatos de automovilismo. La principal era que se celebrarían dos carreras de 45 minutos en cada circuito. Todos los pilotos que participaban en ellas puntuarían, y el máximo de puntos que un corredor podía obtener por fin de semana era 100. Este sistema fue el que se puso en marcha en la primera temporada, que empezó el 31 de agosto de 2008 en el circuito de Donington Park. 18 equipos patrocinaron aquel año las primeras escuderías. Entre ellos se encontraban conjuntos del nivel del Liverpool, la Roma o el Atlético de Madrid, que se sumó al campeonato en la segunda carrera. La parrilla estaba formada por pilotos veteranos que habían corrido en la Fórmula 1, como Robert Doornbos o Antônio Pizzonia, que representaban al Milan y al Corinthians respectivamente, y jóvenes promesas que peleaban por un lugar en el automovilismo del futuro, como Andreas Zuber o Davide Rigon, que al final de la temporada se proclamó campeón.

La primera edición de la Superleague Fórmula se consideró un éxito, y por ello, la organización decidió aumentar la apuesta en 2009. Se mantuvieron las seis carreras anteriores, que se celebraron en países como Francia, Inglaterra, Portugal e Italia, y un equipo más entró en la parrilla. Sin embargo, se introdujo una pequeña novedad, la llamada Súper Final, una carrera adicional de cinco vueltas en la que participaban los cinco mejores pilotos de las pruebas anteriores. Esta final no reportaba puntos, y solamente se celebró en cuatro de las seis carreras. El campeón de 2009, con 412 puntos y a bordo del coche del Liverpool, fue el español Adrián Vallés.

Del cielo al suelo en una temporada

La Superleague Fórmula alcanzó su cénit en 2010. Entonces, el número de carreras aumentó exponencialmente, de 6 a 11, y se trasladó fuera de Europa, concretamente al circuito chino de Ordos. También del país oriental procedió la primera escudería que no representaba a un equipo de fútbol, sino a un país. Asimismo, la organización extendió la Súper Final a todas las pruebas, y determinó que puntuaría para la clasificación definitiva. La lucha por el título fue encarnizada, y se resolvió a favor de Davide Rigon, que cambió el Beijing Gouan por el Anderlecht, por una diferencia de solo dos puntos sobre el británico Craig Dolby, que ya había sido subcampeón el año anterior, y que batió ese año el récord histórico de puntos, 92 de 106 posibles, en Silverstone, así como el de carreras disputadas, 48. 2010 parecía el año de la consagración de esta prueba en el calendario automovilístico, y muchos esperaban con ansia la nueva temporada.

Por ello la decepción y la tristeza fueron máximas cuando la organización decidió inesperadamente suspender el campeonato de 2011 después de las dos primeras carreras, que se habían celebrado en los circuitos de Assen y de Zolder, el único que estuvo presente en las cuatro temporadas. La razón por la que se tomó esta abrupta decisión pudo ser organizativa, ya que el director de la carrera en sus tres primeras ediciones, el empresario Alex Andreu, dimitió y dejó su puesto a Alfredo Brisac. En aquel campeonato, en el que el australiano John Martin fue el campeón de circunstancias tras dos carreras, había más escuderías representando a países, diez, que equipos de fútbol, seis.

Así terminó esta competición, cuyo planteamiento era diferente de otros pero que finalmente se quedó por el camino. Para algunos pilotos fue un acicate, tal fue el caso de Narain Karthikeyan, que volvió a la Fórmula 1 tras participar en esta prueba, o Sébastien Bourdais, viejo conocido del Gran Circo, que pasó a disputar durante cinco temporadas el IndyCar Series. En el otro extremo, ninguno de los tres campeones consiguió dar el salto a la Fórmula 1 tras haber reinado en la Superleague Fórmula.

España, protagonista del campeonato

España tuvo un lugar particular en la historia de la Superleague Fórmula. No en vano, estuvo entre los tres países que más circuitos aportó a la competición, tres, el Jarama, Jerez y Navarra, y también estuvo a la cabeza de los pilotos, nueve, el máximo junto a los británicos. Entre ellos destacaron Adrián Vallés, campeón en 2009, Andy Soucek, que corrió en varios equipos entre 2008 y 2011, y la añorada María de Villota, que corrió en 2009, 2010 y 2011 con el Atlético de Madrid, y que fue la única mujer en participar en el campeonato.

Entre los equipos que participaron, destaca el Tottenham Hotspur, que a pesar de no haber conseguido ningún campeonato, sumó muchos puntos, concretamente 1316 en las 48 carreras que empezó. Le siguen de cerca el Anderlecht, con 1262, y el Milan, con 1226. Los equipos británicos y los brasileños fueron mayoría, mientras que España, Portugal, Italia y Francia aportaron un equipo cada uno. Hubo solo cuatro escuderías que estuvieron presentes en todas las temporadas, el Anderlecht, el Atlético de Madrid, el Galatasaray y el PSV. Solamente la primera consiguió alzarse con una victoria final, la de Davide Rigon en 2010.

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