Se intensifican las protestas antigubernamentales en el Líbano: manifestantes bloquearon carreteras y puentes de Beirut

Infobae
Manifestantes bloquearon varias carreteras el viernes en Líbano, un país sacudido por fuertes protestas desde el 17 de octubre contra los políticos, acusados de corrupción e incompetencia.


El movimiento retomó fuerza esta semana por el retraso del nuevo primer ministro, Hasan Diab, en formar un nuevo gobierno, tras la renuncia de Saad Hariri a finales de octubre ante la presión popular.

El viernes de madrugada, varios coches se estacionaron sobre un puente vial que atraviesa el centro de Beirut.

"Bloqueamos la carretera con coches porque es algo que no pueden quitar", dijo a AFP Marun Karam, un manifestante. "No queremos un gobierno de políticos disfrazados de tecnócratas", agregó.

Los manifestantes reclaman un gabinete de especialistas sin afiliación política, una demanda defendida por el primer ministro quien admitió estar sin embargo "presionado" por los partidos que apoyaron su nombramiento el 19 de diciembre.

Apoyándose en su coche, Carlos Yammin, dijo que rechaza que se "comparta el pastel" entre los partidos tradicionales para formar un gobierno.

Los manifestantes también bloquearon carreteras en Trípoli (norte) y los suburbios del norte de Beirut, aunque algunas de ellas fueron abiertas por las fuerzas de seguridad.

Tras actos vandálicos nocturnos del martes y el miércoles en la capital, un centenar de manifestantes fueron arrestados y, en su gran mayoría, liberados al día siguiente.

Reclamos de la prensa

Periodistas de diferentes medios de comunicación libaneses también protagonizaron este viernes una protesta frente al Ministerio de Interior en Beirut para denunciar la violencia que sufrieron en días pasados a manos de las fuerzas de seguridad, cuando cubrían las manifestaciones que tienen lugar en el país.

Según la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), la ministra de Interior, Raya al Hassan, se acercó a los periodistas congregados frente a la sede de su departamento y les dijo que rechaza y condena esas agresiones. “Declaro mi solidaridad con el cuarto poder porque es la voz de la gente oprimida y agonizante”, afirmó la titular. Agentes bajo su mando golpearon a periodistas, camarógrafos y fotógrafos que cubrían las protestas registradas el martes por la noche en la calle Al Hamra y el miércoles frente a la comisaría de Al Hilo.

El Sindicato de Editores de Prensa libanés condenó esos incidentes y consideró que forman parte de “las violaciones flagrantes que afectan a la prensa desde el 17 de octubre”, cuando estallaron las protestas en el Líbano en contra de la corrupción y la clase dirigente. “No vamos a permanecer callados. El Ministerio de Interior debe abrir una investigación y tomar las medidas disciplinarias y de castigo por la represión continua contra los trabajadores de medios de comunicación, con el uso excesivo y totalmente injustificado de la fuerza”, agregó en la nota.

El fotógrafo del periódico “Al Ajbar” Marwan Tahtah afirmó a Efe que anoche intentó defender a dos de sus colegas que estaban siendo golpeados y gritó a los uniformados para que detuvieran sus ataques, que parecían desorganizados. “No sé si las fuerzas de seguridad tenían órdenes de reprimirnos y no dejarnos hacer nuestro trabajo”, agregó. Señaló que la de ayer fue la primera vez que uno de sus compañeros fue detenido y mantenido en custodia policial hasta el día siguiente.

Por su parte, Amnistía Internacional denunció hoy la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad libanesas en las noches del 14 y el 15 de enero, cuando propinaron a “muchos manifestantes golpes brutales y llevaron a cabo arrestos masivos arbitrarios”. La ONG indicó en un comunicado que los últimos dos días se ha registrado un “ataque alarmante a la libertad de expresión y de asamblea” en las calles libanesas.

Esta semana el movimiento de protesta se ha reavivado en el Líbano, después de un parón por las fiestas navideñas y tras la designación de un nuevo primer ministro, que aún no ha conseguido formar Gobierno, alargando la crisis política, así como la económica que afecta cada vez más a los ciudadanos.

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