Qué hay detrás de la reforma constitucional que busca Vladimir Putin y la renuncia de todo su gobierno

El presidente ruso anunció sus intenciones de fortalecer al primer ministro y al parlamento, y de dar status constitucional al Consejo de Estado que él mismo creó en el año 2000. Ambas enmiendas parecen indicar que busca mantener el poder luego de que concluya su mandato

Infobae
Sorpresivamente, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció este miércoles durante su discurso anual ante la Duma, cámara baja de la Asamblea Federal rusa, que buscará realizar una serie de modificaciones a la constitución de su país mediante un referéndum. Poco después, el primer ministro Dmitry Medvedev y todo el gabinete de gobierno anunció su renuncia, en acuerdo con el mandatario.


“Considero necesario celebrar una votación entre los ciudadanos del país sobre todo el paquete de enmiendas a la Constitución de la Federación Rusa”, dijo Putin, de acuerdo a la agencia EFE.

De acuerdo a sus palabras durante el discurso, la reforma apunta principalmente a establecer de ahora en más que la Duma deba aprobar la candidatura del primer ministro, cuando actualmente se limita a dar el visto bueno al cargo elegido por el presidente. Lo mismo ocurriría con los viceministros y el resto de los miembros del Ejecutivo.

De aprobarse, esto significara un acercamiento al sistema parlamentario, dejando atrás, en parte, el presidencialismo que rige en Rusia desde 1993.

Los sistemas presidencialistas se basan en la separación de poderes y en la elección directa de un jefe de Estado y de Gobierno, el presidente, cuyo mandato está limitado temporalmente. La práctica diaria del poder consiste entonces en la negociación entre el presidente y el Congreso, que puede o no influenciar de acuerdo de los resultados de las elecciones directas de legisladores, y existe además un sistema de pesos y contrapesos intenta equilibrar las fuerzas. Se trata del sistema utilizado por Estados Unidos, Brasil y la inmensa mayoría de los países americanos.

El parlamentarismo, en cambio, funciona de acuerdo a la fusión de poder entre el parlamento, cuyos miembros son elegidos en forma directa, y el primer ministro, suerte de poder ejecutivo elegido por esta cámara legislativa sin plazo para la finalización de su mandato, pero susceptible de ser removido en cualquier momento y sin mayor justificación que la falta de apoyo. Es el sistema predominante en Europa y sus ex colonias en África y Asia.

En la práctica, el primer ministro, que se convierte en el jefe de gobierno dejando la figura ceremonial de jefe de Estado a un presidente o rey, opera dentro de la fuerte disciplina del partido mayoritario en el parlamento que lo ha elegido, en una situación de poder concentrado, al menos hasta que su figura pierda apoyo o bien el partido al que pertenece pierda la mayoría en las elecciones legislativas ante la oposición, su principal contrapeso. También, en algunos sistemas tiene la prerrogativa de disolver el parlamento y llamar a nuevas elecciones.

Presidencialismo y parlamentarismo son sistemas de gobierno con beneficios y limitaciones, que suelen ajustarse a diferentes culturas políticas. En el caso del parlamentarismo, se suele considerar que los requisitos para su buen funcionamiento son la existencia de una fuerte disciplina partidaria (ya que el sistema plantea el voto a un espacio y no a un nombre) y un sistema bipartidario con una oposición real y consolidada, que funciona como contrapeso.

Rusia, un país marcado por el creciente autoritarismo, la persecución a opositores, los liderazgos carismáticos y la concentración de la riqueza en un grupo de oligarcas, no parece contar con ninguno de estos requisitos, por lo que un parlamentarismo podría derivar no en el sistema de representación y consenso en el que puede convertirse sino en una concentración de los poderes ejecutivo y legislativo en una sola persona, gobernando de por vida.

Al respecto Putin subrayó que las enmiendas no acarrearán una reforma en profundidad de la Constitución presidencialista y aseguró que “Rusia debe seguir siendo una fuerte república presidencialista”.

Un segundo gran punto en la reforma propuesta busca darle estatus constitucional al Consejo de Estado, un órgano asesor de la presidencia que Putin creó en 2000, según reportó el Washington Post.

El avance hacia el parlamentarismo y la consolidación del Consejo de Estado parecen ofrecer una aproximación a los planes a futuro de Putin, quien se encuentra en este momento cursando su cuarto mandato presidencial.

El ex militar y oficial de inteligencia, iniciado en la política como asesor del alcalde de San Petersburgo, llegó por primera vez al poder ejecutivo de Rusia en 2000 tras ganar las elecciones. Fue reelecto en 2004, pero debió abandonar el cargo en 2008 ya que la constitución Rusia no admite que un candidato sea presidente durante tres mandatos consecutivos.

En ese año asumió entonces Medvedev, histórico aliado de Putin que de inmediato lo eligió primer ministro. Aunque la presidencia de Medvedev tuvo algunos elementos propios, como el acercamiento parcial con el presidente estadounidense Barack Obama, fue vista en gran parte del mundo como una administración fantasma, con Putin aún controlando el país.

Medvedev extendió los mandatos de cuatro a seis años y desistió de participar en las elecciones de 2012, en las que se impuso Putin, retornando al poder formal. Fue reelecto en 2018, pero en 2024 debería una vez más alejarse del Kremlin según la Constitución Rusa.

Pero cuando eso ocurra Putin tendrá un menú de opciones más abundantes que en 2008 para continuar manteniendo una posición influyente en el país aún sin el título de presidente. Si decide volver a convertirse en primer ministro, y su proyecto actual de reforma tiene éxito, se convertirá en un poderoso jefe de gobierno y líder parlamentario sin fecha de vencimiento alguna, siempre y cuando su partido siga reteniendo la mayoría. Actualmente controla 341 de las 450 bancas en la Duma.

También podrá optar por otro camino. Una vez más, si la reforma triunfa y el Consejo de Estado obtiene estatus constitucional, Putin también podría ubicarse en este órgano asesor y mantener una posición de influencia.

Actualmente el Consejo de Estado está compuesto por el presidente de Rusia, el presidente del Consejo Federal, cámara alta de la Asamblea Federal, el presidente de la Duma, representantes plenipotenciarios de los 7 distritos federales, funcionarios de alto rango en el gobierno federal, y líderes de los partidos políticos representados en la Duma, de acuerdo a datos de la presidencia de Rusia. Además, la membresía puede ser ofrecida a otros individuos que mantengan posiciones importantes en el gobierno ruso y experiencia en el servicio público.

Aunque esta conformación podría cambiar en la reforma constitucional, cuyos detalles precisos aún se desconocen, al igual que la fecha para el referéndum.

Según ha trascendido este miércoles en la prensa, otros puntos en la enmienda propuesta apuntan a elevar el requisito de residencia en el país de 10 a 25 años para los candidatos a presidentes, prohibir que los funcionarios públicos tengan ciudadanía extranjera, entre otras medidas.

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